El fenómeno de la especulación del suelo en españa o cincuenta años (1956-2006) desaprovechados en su erradicación-aminoración: de la resignación pasada y conformismo presente, a la desesperanza y escepticismo, ante su, inminente, nueva regulación por la ya, en ciernes, quinta ley estatal del suelo

AutorFernando García-Moreno Rodríguez
CargoProfesor de Derecho Administrativo. Doctor en Derecho Facultad de Derecho. Universidad de Burgos

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I Proemio: especial referencia a la voluntad manifestada, nítida y expresamente, por el constituyente -en el artículo 47 de la carta magna- de impedir la especulación del suelo, como reflejo cierto, ya por entonces, de su preocupación real por tan más que evidente problema

La Especulación del Suelo es hoy, a todas luces, un tema de rabiosa actualidad, generador de controvertidos debates, agrias discusiones, cuando no objeto de acaloradas polémicas de la más variada índole, a saber: Políticas, jurídicas, económicas, sociológicas, ético-morales, etc... Tal es así y a las pruebas me remito, que las referidas controversias, discusiones y polémicas que surgen o derivan de tan infausto tema, transcienden, con mucho, las meras conversaciones entre amigos, las típicas tertulias de trabajo, las habituales confidencias familiares, las súbitas y espontáneas charlas y parrafadas, con conocidos, vecinos, etc..., para, dando un salto de extraordinaria dimensión y transcendencia, instalarse, con naturalidad y cierta asiduidad, en el ´nichoª de los Mass Media y por si ello fuera poco, en las franjas horarias de máxima audiencia, o en los Editoriales y Artículos de Opinión de los Diarios y Semanales más prestigiosos y reputados. En definitiva, la Especulación del Suelo, se quiera o no reconocer, despierta hoy en día, más que nunca, una expectación inusitada, exteriorizada, la más de las veces, a través de diversas manifestaciones de repulsa y desaprobación. Con ser ello grave y harto preocupante de por sí, más lo es, si tenemos en cuenta, que, en la actualidad, se percibe en el sentir popular una especie de psicosis generalizada, o pandemia endémica, respecto de la misma (Especulación del Suelo), hasta el punto de poder considerar, sin miedo a equivocarnos, que tal situación genera en el presente, al menos, cierta (cuando no ´todaª) Alarma Social, la cual y frente a lo que sería deseable, lejos de decrecer en intensidad y pujanza, se constata, que va en franco aumento, quizá por la dinámica de ´arrastreª que ejercen, respecto de aquella, los cada vez más numerosos, conocidos y escabrosos casos que, sobre todo en los últimos tiempos, van saliendo a la luz pública en relación con tan pernicioso fenómeno: La Especulación del Suelo. Es indudable, por tanto -que es, al fin y a la postre, a donde quiero ir a parar-, que en la actualidad el fenómeno de la Especula- Page 14ción del Suelo a nadie deja indiferente, dado que todos los ciudadanos, unos más y otros menos, pero en términos globales la inmensa generalidad -salvo algunos escasísimos privilegiados, y aun así, considero que también estos últimos-, la han padecido, la padecen o a buen seguro y de manera irremediable, la padecerán, además y lo que es peor, en toda su crudeza y virulencia. Es precisamente esta circunstancia y no otra u otras, coyunturales, circunstanciales o de cualquier otra índole, la que propicia, como efecto lógico y consecuente, que todos los ciudadanos, sin excepción, tengan algo que decir, que manifestar, de lo que quejarse, y sobre todo -y no sin razón-, que reprochar (fundamentalmente a los Poderes Públicos, responsables, primigenios y últimos, de su persecución, sin descanso ni tregua, y a ser posible, de su total erradicación o cuando menos y de no considerarse ello factible -ciertamente lo veo, siendo realista, muy difícil, cuando no del todo utópico- de su aminoración sustancial), por cuanto que los efectos que derivan de la misma, son, siempre, funestos y perniciosos y en algunos casos y lo que es todavía más grave, dramáticos e irreversibles, fundamentalmente, para los estratos sociales más necesitados y para aquellos colectivos de la población en situación de inferioridad y mayor desamparo (ancianos, madres solteras, mujeres maltratadas, inválidos físicos o psíquicos, familias que padecen paro estructural, inmigrantes, etc...).

Tal situación, anteriormente descrita, o si se prefiere, el panorama dibujado y perfilado a grosso modo, que con respecto a la Especulación del Suelo y en rededor de la misma, acontece en nuestros días por doquier, no constituye, ni de hecho es, un fenómeno novedoso e inédito, ni mucho menos. Sí lo es, por la repercusión masiva y constante que tiene en los Mass Media, pero no en tanto que tal fenómeno, en tanto que tal problema. La prueba más palpable y evidente de tal afirmación, la encontramos en el hecho, incontestable, de que ya en el año 1978, en nuestra propia Constitución, reflejó, de manera expresa y prístina, el constituyente, su preocupación por tal problema, y desde la aprobación de aquella, recuérdese, han transcurrido ya nada menos que 28 años, lo que denota a las claras, que al máximo nivel normativo en nuestro ordenamiento jurídico, es decir, a nivel Constitucional, era el fenómeno de la Especulación del Suelo harto conocido, a la par que temido por sus efectos nocivos. Abundando en el tema de la Page 15 antig¸edad de tal fenómeno y si bajamos un escalón en la pirámide normativa -más propiamente, prisma normativo- respecto de la Constitución Española, es decir, si nos situamos al nivel de las Leyes en sentido formal, es decir, en cuanto que normas emanadas del poder Legislativo, nos encontramos con que ya en el año 1956, fecha de arranque en España del que bien podemos denominar cómo urbanismo moderno, se contemplaba, precisamente, en la Ley con la que se inauguró tal etapa, Ley del Suelo de 12 de mayo de 1956 [la cual, precisamente, en este año 2006 que acaba de finalizar, celebra su cincuenta cumpleaños (1956-2006)], la existencia, ¡ya por entonces!, de tal fenómeno (Especulación del Suelo), estableciendo frente al mismo -con el propósito claro de plantarle cara, a la par que, desde un principio, darle batalla sin tregua-, una serie de medidas antiespeculativas, las cuales, ciertamente, no han variado mucho de entonces a ahora, al presente, al ser copiadas, sucesivamente, por las Leyes posteriores, primero estatales y posteriormente autonómicas, sin, prácticamente, añadir o innovar, tanto aquellas, como estas últimas, nuevas medidas o técnicas distintas de las propuestas en su día por aquella. Pero volviendo nuevamente a la Constitución Española, una vez demostrado, más que de sobra, que la preocupación por la Especulación del Suelo no responde en nuestros días a una mera moda pasajera o preocupación coyuntural que han traído los nuevos tiempos, sino que tal problema viene de antaño, debemos destacar y transcribir, en su literalidad, la mención que en ella (Constitución) y respecto de aquella (Especulación del Suelo), lleva a cabo el constituyente, por cuanto que resulta harto significativa de su sentir y de sus preocupaciones, insisto, ya por entonces (¡que no diría hoy!). La referida alusión que lleva a cabo el constituyente respecto del fenómeno especulativo que acontece en rededor del suelo, la encontramos en el artículo 47 de la Carta Magna, en donde preceptúa que: ´Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulaciónª. De tal dicción, merece la pena reseñar los siguientes aspectos, al considerarles, los más destacados y por ende, dignos de mención: 1. La Especulación del Suelo se regula, precisamente, en el artículo en el que el constituyente regula el derecho que tienen ´todos los españoles... a disfrutar de Page 16una vivienda digna y adecuadaª, al ser consciente, a lo mejor -seguro-, de la nefasta incidencia que la Especulación del Suelo produce en la debida y deseable consecución de tal propósito. Se establece por tanto y es por ello importante, una correlación o conexión directa y frontal entre Especulación del Suelo y vivienda, o lo que es lo mismo, entre suelo y edificación, o si se prefiere, entre urbanismo...

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