El desafío de la taxatividad

AutorPablo E. Navarro/Laura Manrique
CargoConicet, Argentina /UPF Barcelona, España
Páginas807-836

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    Diferentes versiones de este trabajo han sido discutidas en el INECIP (Córdoba), la Universidad Nacional del Sur, y el Instituto Brasilero de Estudios Tributarios (IBET). Estamos en deuda con Jorge Rodríguez, Andrés Bouzat, Luis Esandi, Alejandro Cántaro e Inés Álvarez por sus comentarios y sugerencias.
I Introducción

La exigencia de taxatividad es una de las dimensiones centrales del principio de legalidad. De acuerdo a ella, la imputación de responsabilidad penal no sólo debe justificarse en leyes expresamente formuladas sino que estas normas tienen que indicar con precisión qué conductas están prohibidas y cuál es la pena correspondiente. Las dificultades para implementar esta dimensión del principio de legalidad comienzan con la limitada precisión del lenguaje. A causa de los márgenes de indeterminación de los conceptos del lenguaje ordinario, el legislador no puede lograr una absoluta precisión en la formulación de las leyes penales. En ocasiones, los análisis de esta indeterminación del lenguaje conducen a conclusiones escépticas acerca de las reglas y de la relevancia práctica de su formulación precisa. Sin embargo, en general la doctrina y la jurisprudencia señalan que la taxatividad es central para una adecuada reconstrucción del ideal de Estado de Derecho ya que se conecta de manera directa con las expectativas sustantivas de certeza jurídica e imparcialidad en la aplicación de la ley penal. Page 808

De manera tradicional se entiende que mediante leyes precisas se pretende asegurar que los individuos puedan prever las consecuencias normativas de sus conductas y que las mismas acciones sean castigadas de igual manera 1. A su vez, Roxin ha subrayado las consecuencias de las leyes imprecisas de la siguiente manera 2:

Una ley indeterminada o imprecisa y por ello poco clara no puede proteger al ciudadano de la arbitrariedad, porque no implica una autolimitación del ius puniendi estatal a la que se pueda recurrir; además es contraria al principio de división de poderes, porque le permite al juez hacer cualquier interpretación que quiera e invadir con ello el terreno del legislativo; no puede desplegar eficacia preventivo-general, porque el individuo no puede reconocer lo que se le quiere prohibir; y precisamente por eso su existencia tampoco puede proporcionar la base para un reproche de culpabilidad.

En la literatura especializada contemporánea se pueden encontrar numerosas interpretaciones de la exigencia de taxatividad, pero es difícil trazar un mapa de ellas ya que los criterios que guían a las diferentes propuestas no son siempre explícitamente articulados. A los efectos de simplificar esta geografía conceptual clasificaremos a las diferentes propuestas únicamente a la luz del papel que se asigna al significado de las palabras empleadas por el legislador. En este trabajo distinguiremos entre estrategias internas y externas para la interpretación de la taxatividad. Para las estrategias internas, la verdad de un juicio de taxatividad se basa exclusivamente en un hecho semántico, es decir, depende de rasgos específicos del significado de una expresión. Por ejemplo, sostener que la exigencia de taxatividad requiere que el legislador redacte sus normas de la manera más precisa posible es una estrategia interna ya que el hecho de que la formulación del legislador sea la «más precisa posible» depende únicamente del significado de la expresión. Por el contrario, para las estrategias externas, el criterio para determinar si una formulación supera la exigencia de Page 809 taxatividad es un hecho externo a la relación semántica entre una formulación y su significado. Por ejemplo, algunas veces se señala que al momento de evaluarse si una ley se adecua a las exigencias de taxatividad hay que analizar la gravedad de la sanción impuesta; es decir: a mayor pena, mayor exigencia de precisión. Este criterio es una estrategia externa ya que la mayor o menor gravedad de una pena es un hecho externo a la relación semántica entre la formulación de una norma y la precisión del significado.

Nuestra conclusión puede resumirse en la siguiente conjetura: las estrategias contemporáneas no ofrecen una reconstrucción aceptable de la exigencia de taxatividad. Las estrategias internas se basan en una comprensión deficiente de la naturaleza del lenguaje y las estrategias externas son incapaces de explicar la relevancia normativa de la exigencia de taxatividad. Para llegar a estas conclusiones reconstruiremos diferentes conceptos de precisión, analizaremos diversas interpretaciones de la exigencia de taxatividad, exploraremos las condiciones de verdad de los juicios de taxatividad y discutiremos los compromisos que se siguen del ideal de Estado de Derecho.

El alcance de nuestra investigación está limitado de tres maneras diferentes. En primer lugar, nos ocupamos de los problemas que surgen como consecuencia de la vaguedad del significado de las palabras usadas por el legislador y dejaremos de lado otras fuentes de indeterminación como, por ejemplo, el uso de conceptos valorativos en la formulación de las normas penales 3.) En segundo lugar, no tomaremos partido en la discusión acerca de la naturaleza epistémica o semántica de la vaguedad 4, ni explicaremos las relaciones entre vaguedad y otras formas de indeterminación 5. Finalmente, presupondremos sin mayor discusión una concepción convencionalista del lenguaje, es decir, asumiremos que el significado está determinado por usos y convenciones sociales 6. Page 810

II Los conceptos de precisión

La exigencia de taxatividad es tradicionalmente entendida como la obligación de formular normas precisas. Por ello, para comprender el contenido conceptual de esta exigencia, es necesario clarificar la noción de precisión. En el lenguaje ordinario la expresión «precisión de un concepto» tiene diferentes sentidos. Por ejemplo, algunas veces decimos que un concepto es preciso cuando se han establecido expresamente sus criterios de uso, y ellos ofrecen una guía explícita para controlar si su aplicación es correcta o incorrecta. Por otra parte, también señalamos que un concepto es preciso cuando su aplicación no produce casos marginales o de penumbra, i.e. casos en los que tenemos dificultades y desacuerdos para aplicar la expresión en cuestión 7. En el primer caso, la precisión se asocia a reglas semánticas expresamente formuladas (i.e. definiciones) que suministran un criterio para evaluar la correcta aplicación de una palabra, mientras que en el segundo caso, la precisión depende de la mayor o menor amplitud de la zona de penumbra de un concepto.

¿Qué concepto de precisión usan los juristas cuando señalan que el legislador tiene que formular leyes precisas y, al mismo tiempo, admiten que un cierto margen de indeterminación es inevitable en la formulación de las normas? Aunque no es posible formular una respuesta concluyente a esta pregunta, al debatir sobre el margen de indeterminación compatible con la exigencia de taxatividad, los juristas no parecen preocupados por la mayor o menor dificultad para formular explícitamente reglas de uso de las expresiones. Más bien, ellos parecen interesarse por la mayor o menor dificultad para resolver casos marginales 8. Así, cuando se afirma que la precisión de las normas penales impide la arbitrariedad de los órganos de aplicación, no se atiende principalmente al carácter explícito de las reglas de uso de un concepto sino más bien al modo en que ciertas normas generales permiten resolver de manera uniforme una serie de casos individuales. En otras palabras, el principal desafío para los juristas surge de la clase de situaciones marginales o zona de penumbra que rodea a la aplicación de una palabra. Por consiguiente, en este trabajo -salvo indicación en contrario- guiaremos nuestra reconstrucción de la taxatividad y la precisión de una expresión a la luz de la mayor o menor Page 811 amplitud de la clase de casos marginales o zona de penumbra de la aplicación de un concepto 9.

La relación entre precisión de un concepto y la zona de penumbra que genera su aplicación exige introducir una nueva distinción entre absoluta precisión y precisión relativa. Conforme a nuestra reconstrucción, la precisión del significado de una palabra es una función del modo en que identifica y divide los elementos de un cierto universo del discurso (i.e. los objetos a los que pretendemos aplicarles la palabra) 10. Cuando el significado de una palabra es absolutamente preciso, los elementos del universo del discurso están divididos en clases exhaustivas y excluyentes 11. Cuando los elementos del universo del discurso no son divididos de esa manera, el significado de una expresión es relativamente preciso. El universo del discurso es una clase de estado de cosas (i.e. situaciones, acciones, etc) y como cualquier otra clase, puede ser abierta o cerrada. Esta distinción puede ilustrarse mediante la siguiente afirmación de von Wright 12:

La clase de personas que votaron en una cierta elección es una clase cerrada. Es restringida tanto en su número como en el tiempo y espacio. Podemos hacer una lista de todos sus miembros. Por otra parte, la clase de personas que alguna vez votaron, votan o votarán en elecciones de un cierto tipo («descripciones generales») es una clase abierta. No tiene restricciones (es «potencialmente infinita») en su número. Puede ser que, desde un cierto momento, ningún nuevo miembro sea añadido a la clase, e.g. porque no se convocan más las elecciones de ese tipo. Pero la clase cerrada de personas, quienes han ejercido hasta ese momento su derecho al voto en elecciones de ese tipo, es diferente de la clase abierta. La última no posee un miembro que sea...

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