Los derechos humanos en el socialismo de la segunda internacional

AutorJavier Dorado Porras
Cargo del AutorEditor
Páginas975-1044
1. INTRODUCCIÓN
En este capítulo se trata de estudiar la aportación de las teorías so-
cialistas y de la práctica y programas socialistas al desarrollo de los de-
rechos humanos, en el marco cronológico que delimita la duración de
la Segunda Internacional, es decir entre los años de 1889 y 1914.
Se acaba de utilizar el plural, aplicado a teorías y práctica y programas
socialistas, y ello quizá merecería una explicación. Los partidos socialde-
mócratas, socialistas y laboralistas que actúan dentro de la Segunda In-
ternacional, y en clara diferencia con la división del movimiento obrero a
partir de comienzos del Siglo XX entre comunistas y socialistas, incluyen
en su forma de actuar formas muy diversas, que variarán dependiendo
de las estructuras políticas, jurídicas, sociales y económicas de cada país,
a pesar de la existencia de unas señas de identidad que, como socialistas,
les distinguen de los conservadores, los liberales o los anarquistas. Pero
donde se hace más patente la diversidad y heterogeneidad es en el ámbi-
to teórico. Quizá se pueda hablar de un elemento común representado
por la asunción y defensa, a veces más aparente que real, de la teoría
marxista. Sin embargo, inmediatamente nos vemos obligados a añadir
matizaciones. Y no es la menor la del conocimiento poco profundo y pe-
culiar de la teoría de Marx y Engels entre los teóricos y dirigentes de los
partidos socialistas que integran la Segunda Internacional1.
1Entre la bibliografía sobre la Segunda Internacional, se puede consultar: JOLL, J., La
Segunda Internacional. Movimiento Obrero 1889-1914, trad. de Juan Faci y Román Izuaquiza,
Icaria, Barcelona, 1976; KRIEGEL, A., “La IIª Internationale (1889-1914)”, en VV. AA., His-
toire generale du socialisme (1875-1914), dir. por J. Droz tomo 2, P.U.F, Paris, 1974, p. 655 y ss;
COLE, G. D. H., Historia del pensamiento socialista, trad. de Enrique González Pedrero, tomo
III, F. C. E., México, 1960, pp. 409 y ss.
HISTORIA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES. Tomo III: Siglo XIX976
De aquí se puede obtener ya una primera conclusión: no se puede
identificar el pensamiento socialista de la Segunda Internacional con
el pensamiento marxista, aunque, se debe añadir inmediatamente, el
socialismo marxista es un ingrediente clave para comprender la teoría
y la práctica del movimiento socialista en esta época. Como ha señala-
do Leszek Kolakowski, en la que quizá sea una de las mejores historias
del marxismo:
“Tal período de la II Internacional (1889-1914) puede ser de-
nominado sin exageración la edad de oro del marxismo. La
doctrina marxista había sido definida con suficiente claridad
como para constituir una escuela de pensamiento reconoci-
ble como tal, pero no estaba rígidamente codificada o someti-
da a una ortodoxia dogmática como para excluir la discusión
o la defensa de soluciones rivales a los problemas teóricos y
tácticos.
Con seguridad, ni en esta época ni en ninguna otra puede
identificarse al movimiento marxista con la ideología de los
partidos que pertenecieron a la II Internacional. Las múlti-
ples fuentes del socialismo europeo no se habían agotado,
pero tenían poca importancia en comparación con las teorías
de Marx, aparentemente consistentes y universalmente apli-
cables”2.
Otra identificación que crea dificultades al estudioso de este asun-
to es la de socialismo de la Segunda Internacional con el término so-
cialdemocracia. Hoy, para nosotros, socialdemocracia suele hacer refe-
rencia a una forma de entender el socialismo claramente diferenciable
del socialismo de tradición marxista y no digamos del movimiento co-
munista. La socialdemocracia como teoría y práctica socialista se co-
necta con socialismo reformista, socialismo democrático y hasta con
socialismo liberal; un movimiento que hace política, situándose más
en el centro izquierda que en la izquierda más tradicional. Esta es una
visión demasiado simplificadora, pero, no por ello, incorrecta. Sin em-
bargo, en sus orígenes, y en el ámbito de la Segunda Internacional, la
socialdemocracia significó otra cosa. El partido, de inspiración marxis-
ta que crean en Alemania, en 1869, W. Liebknech y A. Bebel se llama
Partido Obrero Socialdemócrata. Cuando en 1875 este partido se fun-
de con la asociación obrera creada por F. Lassalle en 1863, se da así ori-
2KOLAKOWSKI, L., Las principales corrientes del marxismo. II La edad de oro, trad. de
Jorge Vidal, Alianza Editorial, Madrid, 1982, p. 9.
Capítulo XVII: Los derechos humanos en el socialismo... - EUSEBIO FERNÁNDEZ GARCÍA 977
gen a la socialdemocracia alemana, cuyo partido llegará a ser el más
importante de todos los partidos socialistas del momento.
En relación con los primeros pasos del partido socialdemócrata ale-
mán conviene retener dos datos: el primero es que el programa elabo-
rado por sus fundadores, el programa de Gotha, de inspiración lassa-
lleana y marxista al mismo tiempo, se somete a la opinión y la crítica de
C. Marx. La respuesta de C. Marx, contenido del trabajo conocido
como Crítica al Programa de Gotha, es un texto de filosofía política
cuya importancia no puede dejarse de lado y cuyo significado es mu-
cho más amplio que el de un texto coyuntural. Porque, según ha apun-
tado Alfonso Ruiz Miguel, “precisamente en la Crítica al Programa de
Gotha se puede ver el germen de la gran cuestión teórico-política que
terminaría brotando en forma de duradera ambivalencia del movi-
miento socialista alemán y, bajo su influencia, del europeo en general:
la concepción del Estado y del propio socialismo”3.
El segundo dato, de innegable relevancia política nos lo brinda el
contenido de la introducción de F. Engels a la edición de 1895 de la
obra de C. Marx “Las luchas de clases en Francia”. Allí se aboga por la
defensa y utilización del sufragio universal, por parte de la socialde-
mocracia alemana, como medio de actuación política y mecanismo
apropiado para la conquista del poder político por los trabajadores.
K. Kautsky, dirigente y teórico del Partido Socialdemócrata alemán, y
a quien se veía como el representante ortodoxo del marxismo, sacaría
importantes consecuencias a favor de una nueva interpretación del
marxismo4.
La segunda conclusión que se podría obtener es que este concepto
histórico de socialdemocracia es intercambiable con el de la teoría y la
práctica socialistas de la Segunda Internacional y que “la socialdemo-
cracia fue la referencia política dominante del movimiento obrero eu-
ropeo hasta la Primera Guerra Mundial”5. Sin embargo, si deseamos
dar al término socialdemocracia un significado que recoja tanto la his-
toria, como la actualidad de esa ideología política, debemos ser cons-
cientes de la amplitud de significados, algunos de ellos enfrentados
3RUIZ MIGUEL, A., “La Socialdemocracia”, en VV. AA., Historia de la teoría política,
ed. por F. Vallespín, tomo 4, Alianza Editorial, Madrid, 1992, p. 209.
4Vid. COLLETI, L., “Bernstein y el marxismo de la Segunda Internacional”, en
ID., Ideología y sociedad, trad. de A. A. Bozzo y J. R. Capella, Fontanella, Barcelona, 1975,
pp. 71 y ss.
5RUIZ MIGUEL, A., “La Socialdemocracia”, cit., p. 211.

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