El depósito irregular y su aplicación en el Derecho mercantil

AutorJoaquín Garrigues y Díaz-Cañabate
CargoCatedrático de Derecho Mercentil en la Universidad Central
Páginas401-416

El depósito irregular y su aplicación en el Derecho mercantil *

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(Historia y Derecho comparado)

Capitulo II El depósito irregular en las instituciones mercantiles
29. Desarrollo del depósito irregular en los depósitos bancarios

En los primeros tiempos1 de la Edad Media, toda la actividad bancaria se reduce a operaciones de «cambio», pues la invasión de los bárbaros destruyó el floreciente comercio bancario romano. Las operaciones de cambio eran objeto de la actividad de los «camipsores», cuya existencia había hecho necesaria el gran número de pequeñas circunscripciones monetarias, la profunda variedad e inseguridad en los cuños, etc. Ellos se encargaban de establecer la legitimidad y el peso de la moneda y de cambiarlas por otras. Pero con las Cruzadas que originan tan honda transformación en las relaciones comerciales, el comercio bancario no tarda en florecer de nuevo. Las continuas exigencias de dinero para las expediciones militares obligan a los príncipes a contratar mutuos, especialmente con los judíos, que hacen de tales operacionesPage 402 su profesión habitual. Mas pronto sufrieron éstos una fuerte concurrencia, particularmente en Italia, donde los «campsores» empezaron a admitir depósitos de dinero ampliando la esfera de su actividad y surgiendo al propio tiempo los banqueros, que hacen de los depósitos de dinero su operación característica y que recogen, de esta forma, capitales de consideración que reintegran a la circulación en diversas formas.

Se trataba, por tanto, de depósitos en los cuales era concedida al banquero la facultad de servirse de la cantidad recibida, según resulta de documentos genoveses del siglo XII, y según resulta también de la circunstancia de que en las fuentes los depósitos van aparejados a la «commenda», lo cual constituía una forma de empleo del capital. Lo que explica de un lado cómo los banqueros podían hacer préstamos de tanta consideración a los reyes, y de otro, cómo era regla el que pagaran un interés. Los depósitos eran reembolsables a la vista, aun por explícita disposición de la Ley, lo que resultaba muy gravoso a los banqueros, expuestos siempre a peticiones de restitución imprevistas y por cantidades a las veces de importancia.

Las operaciones se anotaban en los libros de la Banca, las cuales son, por ello, llamadas en los documentos banchi de scripta, o más brevemente scriptae. A los depositantes se les facilitaba resguardos o recibos con fuerza ejecutiva que tomaban distintos nombres, según las regiones, y que circulaban como dinero contante. Los banqueros realizaban también, a nombre de sus clientes, el servicio de caja, pero esto no importa a nuestro punto de vista.

Más tarde, y a compás del creciente desenvolvimiento del comercio de Banca, los Estados europeos comienzan a comprender el peligro de dejar tan importante actividad exclusivamente a la iniciativa individual, e inician los Gobiernos su intervención creando Bancos del Estado, ya directamente o merced a la transformación de los Bancos privados existentes. Así surgen el Banco de Rialto, en Venecia ; el Banco Siciliano, el de Napoles y la Casa de San Jorge, en Genova ; el Banco de Amsterdam, el de Hamburgo, etc. ; y en España el que se fundó en Barcelona con el hombre de «Taula de Cambi» y otros que se establecieron a imitación suya en algunas ciudades de la Corona de Aragón.

Estas nuevas instituciones recibían depósitos de dinero siemprePage 403a la vista, pero con alcancé distinto al de los Bancos antes estudiados, ya que, en efecto, estos depósitos no se constituían con facultad de uso, facultad que llegaba a ser excluida explícitamente en los Estatutos de alguno de estos Bancos, como el de Amsterdam. Se trataba de depósitos puros que tenían, como única y excluyente finalidad, la de la custodia de las cantidades recibidas. Este sistema, aparte de otras de menos relieve, tenía la ventaja de estar los clientes salvaguardados contra todo riesgo en las operaciones mercantiles ; pero se comprende que era incompatible y no bastaba a cubrir las exigencias de una vida económica intensa. La experiencia mostraba a la Banca que no se exigía tener en caja, en todo momento, la totalidad de los capitales depositados, sino que una parte podía emplearse sin dificultad ninguna en mutuos a breve plazo. El peso de esta consideración bastó bien pronto a transformar dichos Bancos en verdaderos Institutos de crédito, sujetos de relaciones activas, convirtiéndose de tal modo los depósitos puros en depósitos irregulares.

Pero el ejercicio del comercio bancario, en el sentido moderno de la palabra, está en especial conexión con la práctica bancaria inglesa. En Inglaterra, durante el período de las guerras civiles, 1a falta absoluta de seguridad impulsó a los comerciantes y a los nobles de las provincias a depositar sus capitales en manos de los orífices de Londres, que de tal modo vinieron a recoger grandes cantidades que daban después en mutuo a los particulares y los Gobiernos. Merced al gran rendimiento que proporcionaban estos negocios, los orífices se comprometían a restituir ad nutum de los depositantes y a pagar un interés. Se trataba, por tanto, de depósitos a vista y fructíferos, esto es, de auténticos depósitos irregulares. Como documentos del negocio se expedían los llamados Goldsmiths notes, que circulaban regularmente como sustitutivos de la moneda, en razón, principalmente, a la confusión monetaria reinante. Estos billetes alcanzaron una consagración oficial por haberlos aceptado el Long Parliament para el pago de Bishop Lands, Y durante la crisis del 1696 suplieron la falta de numerario metálico en las transacciones comerciales. Se trataba1, por tanto, de verdaderas operaciones bancarias, y así los orífices pronto recibieron el nombre de banqueros, gozando de una confianza ilimitada y concentrando en sus manos todo el movimiento del crédito na-Page 404cional, hasta 1672, en que la famosa clausura de la Caja del Estado, en un momento en que la corona era deudora de los orífices por valor de casi dos millones de libras esterlinas, ocasionó pánico grandísimo en la clientela y la quiebra de gran parte de las más importantes Casas de Banca. Como consecuencia de esta catástrofe se origina un fuerte movimiento para la creación de una Banca pública análoga a las existentes en el Continente, lo que, tras de vencer la viva oposición de los «Jones», tiene lugar en el año 1694, en que se crea el Banco de Inglaterra. Esta nueva Institución ofrecía un carácter esencialmente diferente del de los Bancos de giro continentales, en cuanto que no aceptaba depósitos de dinero para su sola custodia (depósitos puros), sino con el fin exclusivo y explícito de emplearlos en sus operaciones, lo que llevaba aparejado el pago de un interés (del 4 por 100) y sin que quedara excluida la obligación de reembolso a la reclamación del cliente.

Y aproximadamente sobre estas bases, con variaciones multiformes, pero poco profundas, aparecían organizados los depósitos pecuniarios «ad uso» (depósitos irregulares) en la Banca moderna.

IV
Derecho moderno capitulo primero
Derecho extranjero
  1. El depósito irregular en el Derecho moderno.-31. Derecho suizo.- 32. Derecho común alemán.-33. Derecho común italiano.-34. Derecho común francés.-35. Aplicación del depósito irregular a los depósitos bancarios modernos.-36. Doctrina que niega que los depósitos bancarios sean depósitos irregulares.-37. Su examen. El elemento de la custodia.-38. Criterio adoptado.-39. Los depósitos simples y .los depósitos en cuenta corriente.- 40. Los depósitos irregulares en el Derecho mercantil italiano.-41. Los depósitos irregulares en el Derecho mercantil alemán.

  2. En el Derecho moderno se advierte una bifurcación de la figura contractual, que estudiamos en las dos ramas que componenPage 405 el Derecho privado. Y así mientras en el Derecho civil se concede escasa atención al depósito irregular, reincidiendo a veces los autores y legislaciones en la confusión con el mutuo, en el Derecho mercantil, por el contrario, se acoge la institución en toda su pureza, desenvolviéndose...

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