El Sistema Nacional de Dependencia. Evaluación de sus efectos sobre el empleo

AutorHerce, Labeaga, Sosvilla Rivero, Ortega
CargoGrupo Analistas Financieros y Universidad Complutense de Madrid. FEDEA y UNED.
Páginas167-198

1. INTRODUCCIÓN

1.1. Consideraciones previas

Uno de los desarrollos más sostenidos del último siglo ha sido el avance regular de la esperanza de vida de la población. Ello es, sin duda, una buena noticia, especialmente porque ha venido acompañada de una menor incidencia generalizada de la morbilidad de la población, especialmente a edades que hasta hace pocas décadas caracterizaban el paso a la «gran edad». Forzosamente pues, esta gran edad se ha ido moviendo aunque de manera contradictoria en la realidad cotidiana o administrativa, o en el ámbito semántico, y el imaginario colectivo. Las consecuencias de ello son una percepción difusa de las ventajas e inconvenientes, y de la necesaria preparación del futuro, que conlleva el hecho de que cada vez hay más personas de edades avanzadas tanto en términos absolutos como relativos a otros grupos de edad de la población. La buena noticia de la mayor duración de la vida, para la generalidad de los individuos, ha pasado, sin embargo, una factura: la creciente exposición de la población mayor a enfermedades raras hasta hace poco y a discapacidades de todo tipo.

Junto a ello, los nuevos patrones, en buena medida estructurales, de trabajo femenino, tamaño y estructura de las familias, localización y movilidad de la población, etc., hacen necesario prever y organizar los recursos que la sociedad, en su conjunto, y los individuos, crecientemente, habrán de aplicar a la atención de sus necesidades debidas a la dependencia. Si la cuestión de la dependencia se expresa ya hoy de manera clara en nuestra sociedad como una cuestión de relevancia social y económica, lo será mucho más aún en las próximas décadas en cuyo transcurso la tasa de dependencia de las personas de 65 y más años, en proporción de las de 16 a 64 años, más que se duplicará pasando a multiplicarse por tres o por cuatro las tasas asociadas a una edad de corte mayor.

La organización de recursos de cara a la dependencia de la población mayor (residencias, centros de día, cuidadores, ayudas económicas, etc.) no es sencilla, ni en su composición ni en su medida y evoca inmediatamente numerosos aspectos. Desde la emergencia de un nuevo sector económico hasta la compatibilidad de las posibilidades y necesidades de los hogares de cara a la atención de sus miembros dependientes en la debida forma, pasando por la combinación de recursos públicos y privados necesarios. Sea como fuere, los recursos que habrán de asignarse a las necesidades de dependencia de la población serán muy importantes, como lo son en la actualidad los aplicados a mantener y mejorar su estado general de salud, o al ocio, y no cabe llamarse a engaño sobre la inevitable presión que para las finanzas personales supondrán dichas necesidades sea por medio de cotizaciones sociales, impuestos, primas de seguro privado o pagos directos por acto o servicio.

El Libro Blanco de la Dependencia del IMSERSO (LBD) presentado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales a principios del presente año analiza con mucho detalle todas estas cuestiones y aporta escenarios, de aquí a 2010, relativos a cómo podrían evolucionar las necesidades de una población cada vez más afectada de problemas de dependencia. Los autores del LBD elaboran escenarios de despliegue de recursos de todo tipo en función de la evolución prevista de la población dependiente en España, al tiempo que recorren una larga trayectoria de análisis social, normativo y comparativo internacional del fenómeno de la dependencia en nuestro país. Es, sin duda, un análisis amplio, profundo y riguroso. Pero es un primer análisis que era muy necesario para lanzar el debate. De entre su contenido, hemos destacado los Capítulos VIII y X, dedicados respectivamente a los presupuestos económicos recientes de la dependencia y a la generación de empleo en 2005-2010 en España.

El análisis de la generación de empleo debida a la instrumentación de un Sistema Nacional de Dependencia (SND), cuyas líneas se esbozan en dicho Capítulo X del LBD, se basa en una detallada división de la población dependiente por grados de dependencia, la consideración de distintos tipos de recursos (residencias, centros de día, ayudas a domicilio, etc.) y la aplicación de coeficientes de empleo dentro de cada tipo de recurso aplicado a cada grado de dependencia. En la construcción del escenario, los autores del LBD estiman que entre 2005 y 2010 la población no tratada actualmente mediante recursos formales (existente y que se vaya incorporando a los diversos supuestos de dependencia) acabará íntegramente cubierta por algún tipo de esquema formal de cuidados de dependencia, siguiendo un proceso gradual de cobertura efectiva de la población potencial. De esta manera se generarán nuevos empleos en el sector y se liberará en los hogares capacidad para el empleo en otros sectores de la economía de aquellos de sus miembros hasta ahora ocupados en el cuidado informal de sus allegados dependientes.

En este informe, nos basamos en los mencionados capítulos del LBD para realizar una estimación paralela de los efectos económicos y sobre el empleo del Sistema Nacional de Dependencia evocado por el Libro Banco. Para ello hemos tenido que extender algunos de sus supuestos implícitos sobre las magnitudes económicas implicadas por la movilización formal de los recursos necesarios para la atención de la población dependiente. La estimación de los efectos económicos y sobre el empleo derivados del SND se ha realizado utilizando la Tabla Input/Output de la economía española para 2000 del INE y el modelo macroeconométrico HERMIN-España de FEDEA y su explicación se encuentra en las Secciones 2 y 3 siguientes. Los resultados sobre el empleo, en particular, se comparan y se comentan en cada caso con los ofrecidos por el LBD en su Capítulo X.

Para obtener estos efectos sobre el empleo, sin embargo, a diferencia de cómo se hace en el LBD, hemos tenido que elaborar un escenario de gasto corriente y de capital asociado al SND esbozado en el LBD. La estimación del efecto sobre el empleo en el LBD, como se comentaba, se basa en la aplicación de coeficientes de empleo, establecidos por los autores del LBD y específicos para cada tipo de recurso y grado de dependencia, a la población dependiente prevista hasta 2010. Nuestras metodologías, sin embargo, requieren un escenario de gasto corriente (servicios) y de capital (infraestructuras) que una vez introducido en los modelos económicos arroje los resultados que cabría esperar en materia de empleo, producción, etc. La manera de introducir el gasto asociado al SND es mediante un shock favorable al gasto final agregado de la economía en los sectores pertinentes: las administraciones públicas (servicios de no mercado), los servicios de mercado o la construcción. El escenario de gasto del SND 2005- 2010 que implica el LBD, según nuestra estimación, se discute en el epígrafe siguiente.

El LBD, sin embargo, no especifica el gasto corriente o de capital asociado al SND 2005-2010 que esboza, aunque sí da una estimación del «presupuesto de la dependencia» para 2004, referido a los gastos corrientes. Tampoco prejuzga si el SND se instrumentará únicamente con recursos públicos o privados, o con una combinación de ambos, ni dice cómo se financiará el gasto de dependencia en caso de ser dicho gasto afrontado por las Administraciones Públicas, la cual parece ser, no obstante, la hipótesis favorecida por los autores del LBD. En nuestra evaluación, dadas las limitaciones de tiempo y otros recursos, tampoco abordamos la cuestión de la financiación del SND ni sus efectos económicos, pero sí simulamos escenarios relativos a la naturaleza pública o mixta del mismo.

En la Sección 4, presentamos una caracterización de los cuidadores informales, su probabilidad de participar en el mercado de trabajo en función de sus características y los resultados, en términos de oferta de trabajo que podría darse por la transformación de los cuidadores familiares informales en cuidadores formales, o en trabajadores regulares en otros sectores de la economía debido a la introducción del SND contemplado en el Libro Blanco. Por último, la Sección 5 presenta las algunas consideraciones finales y las principales conclusiones de este estudio.

1.2. Un escenario de gasto corriente y de capital para el SND

1.2.1. La creación de empleo del SND según el Libro Blanco

El LBD estima que en 2004 el equivalente a 90 mil empleos a tiempo completo se dedicaban al cuidado de las personas con problemas de dependencia. De estos 90.000 empleos, unos 60 mil se daban en residencias públicas que contaban con 100.000 plazas de residentes dependientes. El gasto presupuestado en 2004 por las CCAA y la Seguridad Social ligado a la dependencia ascendía, también según el LBD, a 2.777 millones de euros, o sea el 0,33 por ciento del PIB revisado para este año. Ello dejaba a numerosas personas con problemas de dependencia al cuidado de sus propios familiares en sus propios hogares y asumiendo una considerable carga de esfuerzo personal y económico1. La introducción en 2005 de un Sistema Nacional de Dependencia que fuese cubriendo progresivamente a toda la población dependiente prevista para 2010 llevaría a la creación de hasta 263 mil empleos adicionales a los ya existentes. Esta cifra se alcanzaría progresivamente a medida que avanzase la cobertura del SND según la secuencia temporal que se detalla en la última fila del Cuadro 1. Este empleo se expresa en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo y se cifra en 10.588 en 2005, de iniciarse el SND en este año, al cubrirse sólo el 5 por ciento (cuarta fila del Cuadro 1) del empleo potencialmente necesario para atender a la población dependiente con la misma distribución de recursos existentes en 2004.

CUADRO 1. CREACIÓN DE EMPLEO DEBIDO A LA INTRODUCCIÓN DE UN SISTEMA NACIONAL DE DEPENDENCIA (Puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo)

[ NO INCLUYE CUADRO ]

En 2010, con el SND plenamente desplegado y el 100 por cien de la población dependiente en ese año cubierta por el sistema, los empleos netos ascenderían a 262.735, lo que junto a los 89.500 existentes en la actualidad (mantenidos hasta entonces) supondría más de 350 mil empleos en el sector. Este despliegue de los cuidados formales del SND, según los autores del LBD, liberaría en buena medida a los cuidadores informales en los hogares (mujeres, especialmente) que podrían postularse para otro tipo de empleos en el mercado de trabajo. Igualmente, la expansión del empleo formal en el SND supondría la percepción de sueldos y salarios adicionales por parte de los hogares y el pago de cotizaciones e impuestos directos e indirectos, así como la expansión adicional de la producción, el consumo, etc. Ello sería sin duda así siempre que los empleos fuesen cubiertos por trabajadores en paro, pues de existir tensión en el mercado de trabajo sólo subirían los salarios. Finalmente, los efectos sobre la producción y la recaudación impositiva habría que sopesarlos teniendo en cuenta los efectos negativos de equilibrio general que la financiación del SND mediante cotizaciones o tipos impositivos más elevados supondría para la actividad, la renta disponible y el empleo en otros sectores.

Sin entrar a comentar ahora las cifras de creación de empleo ofrecidas en el LBD, sí que puede decirse que no parece que el mercado de trabajo español presente tensión en su segmento de cualificaciones medio-bajas por el momento, ni a medio plazo, aunque habría que analizar los posibles problemas de cualificación específica de los trabajadores que llegasen al sector. Tampoco es evidente que todos los cuidadores familiares informales se transformen en cuidadores formales o tomen empleo en otros sectores de la economía, por las razones que exploramos en la Sección 4. En general, la metodología seguida por el LBD para la estimación de los empleos debidos a la creación de un SND es consistente con un análisis de coeficientes técnicos de empleo en el sector. Es decir, los autores se han basado en las ratios de empleo por persona dependiente observadas para cada tipo de recurso (residencias, centros de día, ayudas a domicilio, etc.) y cada grado de dependencia (gran dependencia, dependencia moderada, dependencia severa y discapacidad). De esta manera, si bien de forma mecánica, pero con un correcto conocimiento de las características del sector, es posible llegar a una estimación del empleo creado por el SND, como se hace en el LBD y se muestra en el Cuadro 1.

1.2.2. El gasto corriente y de capital asociado al escenario de empleo del Libro Blanco

No obstante, para realizar una estimación del empleo creado por un programa de gasto como el del SN, que parta de la estructura de la economía y sus relaciones inter-industriales o de equilibrio general, es necesario utilizar modelos económicos dotados de cierta capacidad para representar dicha estructura. Esto es lo que hacemos en este estudio, con objeto además de contrastar las cifras anteriormente descritas de creación de empleo estimadas por los autores del LBD.

Aunque el LBD no evalúa el coste asociado a la operación de los empleos creados gracias a la progresiva introducción del PND, es posible establecer una ratio entre dicho gasto y los empleos activos a partir de los datos descritos en el Capítulo VIII del Libro Blanco relativos al presupuesto público de la dependencia en España para 2004. Por otra parte, puesto que el despliegue del SND exigirá la creación de la capacidad residencial necesaria para institucionalizar a la población dependiente que lo necesite, es preciso también hacer algunas estimaciones del gasto de capital asociado a la creación de la infraestructura residencial necesaria.

Los resultados de nuestra estimación se muestran en el Cuadro 2. Así, por ejemplo, la cifra de 337 millones de euros para el gasto corriente del SND en 2005 debe entenderse como el coste corriente de operar el sistema recién creado que contaría con 10.588 trabajadores (Cuadro 1) y cubriría a un 5 por ciento de la población dependiente no cubierta en 2004. A medida que el SND fuese extendiéndose, los gastos corrientes aumentarían rápidamente hasta los 8.366 millones de euros en 2010, a precios de 2005. En ese momento representarían el 0,72 del PIB corriente a precios de 2005 también.

CUADRO 2. GASTO CORRIENTE Y DE CAPITAL DERIVADO DE LA INTRODUCCIÓN EN 2005 DE UN SISTEMA NACIONAL DE DEPENDENCIA (Millones de euros a precios de 2005)

[ NO INCLUYE CUADRO ]

Para llegar a estas cifras, hemos supuesto que el gasto por trabajador observado en 2004 dentro del esquema existente en estos momentos, actualizado a precios de 2005, se extiende a los empleos creados bajo el nuevo SND a lo largo del periodo. El PIB observado en 2004 (revisado con base 2000, INE 2005) crece al 3 por ciento real al año. Así, los gastos corrientes del sistema representarían el 0,72 por ciento del PIB en 2010, crecido regularmente a lo largo del periodo en el que representarían el 0,44 por ciento del PIB en término medio, unos 26,4 millardos de euros en total.

A partir del actual 0,33 por ciento del PIB destinado en nuestro país a la dependencia desde el sector público y si el desarrollo del SND que hemos analizado se basa únicamente en la iniciativa pública, el gasto social total para la dependencia llegaría, según estas estimaciones, al 1,05 por ciento del PIB en 2010. Aunque de manera velada, este es el orden de magnitud que se desprende igualmente del Libro Blanco de la Dependencia y coincide con las estimaciones de otros autores (véase, por ejemplo, Casado, 2005).

Para completar el escenario anterior con los gastos de capital, hemos asociado estos gastos únicamente a la construcción de residencias con recursos públicos, pues las alternativas de conciertos podrían capitalizarse dando resultados similares. En particular, a partir del dato de 100.000 plazas en residencias públicas en 2004 y un valor arbitrario de 6 millardos de euros para el valor de las residencias en cuestión, la evolución de las personas dependientes residentes que ofrece el LBD nos ha permitido establecer la secuencia de gastos de capital que se muestra en el Cuadro 2. Así, los gastos de capital habrán oscilado alrededor del 0,17 por ciento del PIB entre 2005 y 2010 representando 10,2 millardos de euros a precios de 2005 en todo el periodo.

En su conjunto, supondremos que la introducción del SND previsto en el Libro Blanco de la Dependencia supondrá unos gastos corrientes y de capital que aumentarían desde los 800 millones de euros en 2005 hasta los 9,6 millardos de euros (a precios de 2005) en 2010, el 0,84 por ciento del PIB, y unos 36,7 millardos en el periodo.

En lo que se refiere al gasto corriente, junto al 0,33 por ciento del PIB que ya representa el gasto público para la dependencia, y que supondremos se mantiene en lo sucesivo, el gasto supuesto para el nuevo SND llegaría pues al 1,05 por ciento del PIB en 2010. Puede parecer que este aumento del gasto público, incluyendo incluso el gasto de capital, es fácilmente asumible, especialmente si se tiene en cuenta la creación de empleo y el impulso a la actividad económica que las estimaciones realizadas implican. Piénsese, sin embargo, que los ejercicios aquí discutidos finalizan en 2010, cuando apenas será todavía perceptible el aumento de la incidencia de la dependencia que traerá consigo el formidable deterioro de la estructura de edades de la población española a partir de 2025. La proyección mecánica del gasto corriente del SND que cubriera a todas las personas dependientes, como se ha simulado para 2010, en, digamos, 2040, podría suponer una ratio de gasto público en dependencia de varios puntos porcentuales del PIB, que se sumarían a los que el aumento del gasto en sanidad convencional y pensiones aportaría a los niveles hoy existentes. Si cada uno de los pilares existentes del Estado del bienestar (educación, sanidad y pensiones) reclama cada vez más gasto, en proporción al PIB, la adición de este «cuarto pilar», como se viene llamando al futuro sistema de dependencia sólo agudizará el desequilibrio entre gasto y recursos públicos.

2. ANÁLISIS INPUT/ OUTPUT 2

Sobre la base del escenario de gasto del SND del Cuadro 2 realizamos en esta sección una evaluación de sus efectos económicos, incluida la creación de empleo, mediante la utilización de la tabla Input/Output de la economía española para el año 2000 publicada por el INE.

Como es sabido, la ecuación de Leontief para la simulación de perturbaciones de demanda final sólo puede plantearse si se dispone de una tabla simétrica de coeficientes técnicos de producción, A, a partir de la cual formular la matriz inversa (I-A)-1, en la que I es la matriz identidad, que permite resolver el sistema P = D + AP, en la que P es el vector de producción efectiva de la economía, D es el vector de demanda final y el producto AP es el vector de consumos intermedios. De la expresión anterior, despejando P, se obtiene P = (IA)-1 en la que cualquier perturbación que pueda registrar la demanda final se trasmite por toda la red de relaciones intra-sectoriales de la economía hasta determinar la producción efectiva necesaria para abastecer dicho cambio en la demanda final. A partir de la obtención de P es posible derivar el valor añadido, las importaciones y el empleo que acarrean dicha perturbación de demanda final utilizando los coeficientes observados entre el valor añadido y la producción efectiva, la producción efectiva y el empleo, etc. Todo ello a la máxima desagregación sectorial que permita la tabla Input/Output disponible3.

Así, suponiendo que el gasto corriente asociado al SND entre 2005 y 2010 aumenta la demanda final del sector de servicios sanitarios y sociales de no mercado (Administraciones Públicas) en el que supondremos se sitúan las actividades públicas de la dependencia, o que su gasto de capital aumenta la demanda final del sector de la construcción, es posible hacer una primera evaluación del escenario descrito en el Cuadro 2.

Hemos pues simulado el escenario de gasto corriente y de capital bajo dos variantes:

  1. Todo el gasto corriente lo lleva a cabo el sector público directamente a través de sus propias instituciones y recursos y el gasto de capital lo licita íntegramente a la iniciativa privada (sector construcción).

  2. La mitad del gasto corriente la realiza directamente el sector público y la otra mitad la realiza el sector privado. El gasto de capital se instrumenta como en la variante anterior.

    En ningún caso se analiza la financiación de dicho gasto ni si el gasto que instrumenta el sector privado en la variante b) es gasto subvencionado o no subvencionado de las familias o público concertado. La justificación de esta variante es que nos interesa ver cómo un mayor contenido de actividad privada en el origen de la perturbación que registrar la economía afecta a la creación sectorial y total de empleo. Los resultados de las simulaciones se comentan a continuación.

    2.1. El empleo en un escenario de iniciativa pública exclusiva

    Comenzando por el empleo, el Cuadro 3 muestra los resultados en el periodo 2005- 2010 para el conjunto de la economía y algunos sectores seleccionados y para las dos líneas de gasto: corriente y de capital, así como para el gasto total, según el escenario de iniciativa pública exclusivamente. También se incluye, a efectos de la discusión posterior, los resultados sobre el empleo creado por el SND contenidos en el Libro Blanco de la Dependencia (Cap. X, pág. 27, Cuadro 17, última columna).

    Salta a la vista, comparando las filas primera y última del Cuadro 3, que nuestra estimación I/O del empleo creado por el SND es aproximadamente un 33 por ciento inferior al estimado por los autores del Libro Blanco de la Dependencia y ello teniendo en cuenta los empleos creados a través de las interacciones sectoriales. Puede verse que los empleos creados en las Administraciones Publicas, son unos 145 mil en 2010, un 44 por ciento menos que los estimados en el LBD. Al añadir al gasto corriente para la dependencia el gasto de capital, los empleos creados en 2010 ascienden a unos 200 mil. La comparación adecuada, sin embargo, entre los empleos creados en nuestra estimación I/O y en el LBD debe hacerse para los gastos corrientes, ya que las estimaciones del LBD no consideran los efectos de los gastos de capital asociados al despliegue del SND.

    CUADRO 3. CREACIÓN DE EMPLEO DEBIDO A LA INTRODUCCIÓN DEL SND. SIMULACIÓN CON LA TOD ESPAÑA 2000 - ESCENARIO SND PÚBLICO

    [ NO INCLUYE CUADRO ]

    La actividad de creación de infraestructuras asociadas al SND, como puede verse en el Cuadro 3, llevaría a la creación de empleos en el sector de la construcción muy apreciable en los primeros años, a medida que se despliega con fuerza dicho SND. Esta dinámica, no obstante, no dejaría de producir fricciones en este segmento del mercado laboral si el residencial privado sigue tan boyante en los próximos años como hasta ahora, aunque un impulso parecido podría servir para amortiguar una caída acusada del empleo en dicho sector si se produjese un aterrizaje de la actividad constructora privada. De hecho, sea bajo la iniciativa pública (licitación de residencias), sea bajo la iniciativa privada, la construcción de infraestructuras residenciales para afrontar la dependencia es una prioridad en nuestro país.

    2.2. El empleo en un escenario de iniciativa mixta pública-privada

    Hemos simulado también el escenario en el que la mitad del gasto corriente para la dependencia que contempla el SND del LBD se realiza por parte del sector público y la otra mitad por parte de los hogares. En este último caso, los hogares podrían recibir transferencias monetarias (o cheques de dependencia) de las administraciones públicas y gastarlas en servicios para la dependencia en establecimientos (o con profesionales) del sector privado. Igualmente, los hogares podrían aplicar a dicho consumo de servicios de dependencia sus propios recursos monetarios sin recibir ayuda alguna de las Administraciones Públicas. Aunque los efectos distributivos serían claramente discernibles, la metodología I/O que aplicamos en esta sección no permite detectarlos y, por lo tanto, no nos interesarán en nuestras conclusiones.

    Siempre podríamos simular, en lo que se refiere al gasto realizado directamente por los hogares, que el estímulo a la demanda final ocasionado por dicho gasto en servicios privados para la dependencia quedaría compensado por un menor gasto equivalente en otros bienes y servicios, tanto si se trata de gasto propio de los hogares como si se trata de gasto financiado con transferencias, cheques o reembolsos monetarios de las Administraciones Públicas. Pero no nos parece necesario; entre otras cosas, porque no hemos supuesto cómo aumentará la renta de los hogares entre 2005 y 2010 y porque la metodología I/O no es muy apta para el análisis de efectos de equilibrio general. Así, aunque nos refiramos únicamente a gasto privado podemos suponer sin pérdida de generalidad que dicho gasto no afecta a las cuentas públicas por el lado de sus desembolsos a favor de los hogares. El SND resultante sería pues un sistema propiamente «mixto» y no enteramente público o (en parte) concertado.

    El gasto de capital, sin embargo, se realiza como se ha supuesto en el caso anterior, no parándonos a considerar si el sector de la construcción recibe la orden a través de licitaciones con las Administraciones Públicas o por propia iniciativa. Sin pérdida de generalidad, por las mismas razones que se daban antes relativas a la financiación de dicho gasto y su tratamiento mediante la metodología I/O, supondremos pues que también este gasto de capital puede repartirse al cincuenta por ciento entre los dos sectores institucionales en cuanto a su iniciativa, reforzando el carácter mixto de este escenario.

    CUADRO 4. CREACIÓN DE EMPLEO DEBIDO A LA INTRODUCCIÓN DEL SND. SIMULACIÓN CON LA TOD ESPAÑA 2000 - ESCENARIO SND MIXTO PÚBLICO-PRIVADO

    [ NO INCLUYE CUADRO ]

    En realidad, veremos que los resultados apenas varían, tanto para el empleo como para las demás magnitudes, pues los coeficientes de empleo en los sectores privados dedicados a los servicios de dependencia son algo menores, pero no mucho, que los del sector público. Los resultados se muestran, comparados con los del escenario anterior y las estimaciones del LBD, en el Cuadro 4.

    Los resultados de esta simulación apenas varían, como se anticipaba, respecto a los de la simulación anterior. En primer lugar, los resultados debidos al gasto de capital son los mismos que en la anterior simulación, mientras que los resultados derivados del gasto corriente son algo menores, aunque muy poco, que los de la simulación en la que todo el gasto corriente del SND es público. Esta variante sí produce, como es natural un sesgo muy fuerte hacia la creación de los empleos en el sector privado, debidos al gasto corriente, en el que se crean algo menos de la mitad de los que se creaban en la simulación anterior. Veremos, más adelante, que en el sector privado dedicado a los servicios de dependencia se crean la mayor parte de los empleos privados, pero que otros sectores (industria, construcción, otros servicios destinados a la venta y agricultura) generan igualmente empleos debido a las relaciones inter-industriales de la economía.

    2.3. Otros efectos sectoriales

    Nuestra metodología, además, permite obtener otros efectos sobre una serie de macromagnitudes económicas. En este epígrafe presentaremos dichos resultados, por tipo de gasto (corriente, de capital y total) para el escenario del SND público y para el total del gasto asociado al SND mixto. Puesto que los desarrollos de dichas variables son lineales a tenor de la secuencia de maduración del SND establecida en el LBD (Cuadro 1, penúltima fila), mostraremos solamente los resultados relativos a los años 2005 y 2010. Se ofrece información para las siguientes variables: DF (Demanda Final), que indica el shock que recibe la economía, PE (Producción Efectiva) o «facturación» total de los sectores tras el shock mencionado, CI (Consumos Intermedios), VAB (Valor Añadido Bruto) o renta bruta generados por las empresas domésticas, IMP (Importaciones) realizadas por las empresas de los sectores correspondientes y, por lo tanto, filtraciones hacia el resto del mundo del impulso generado por el shock de demanda final debido al SND y Empleo, ya analizado anteriormente. Todas las magnitudes económicas se expresarán en millones de euros de 2005.

    Los resultados se muestran para los gastos corrientes (Cuadro 5), los gastos de capital (Cuadro 6) y los gastos totales (Cuadro 7) implicados por la introducción del SND público. Los cuadros son auto-explicativos y no nos detendremos en su descripción, pero nótese que la distribución sectorial de los efectos es muy distinta de la que se da cuando el escenario simulado es el del SND mixto (Cuadro 8).

    CUADRO 5. EFECTOS ECONÓMICOS DEL SND. (Gasto corriente, a precios de 2005) SIMULACIÓN CON LA TOD. ESPAÑA 2000 - ESCENARIO SND PÚBLICO

    [ NO INCLUYE CUADRO ]

    CUADRO 6. EFECTOS ECONÓMICOS DEL SND (Gasto de capital, a precios de 2005) SIMULACIÓN CON LA TOD ESPAÑA 2000 - ESCENARIO SND PÚBLICO

    [ NO INCLUYE CUADRO ]

    CUADRO 7. EFECTOS ECONÓMICOS DEL SND (Gasto total, a precios de 2005) SIMULACIÓN CON LA TOD ESPAÑA 2000 - ESCENARIO SND PÚBLICO

    [ NO INCLUYE CUADRO ]

    CUADRO 8. EFECTOS ECONÓMICOS DEL SND (Gasto total, a precios de 2005) SIMULACIÓN CON LA TOD ESPAÑA 2000 - ESCENARIO SND MIXTO

    [ NO INCLUYE CUADRO ]

    3. ANÁLISIS MACROECONÓMICO 4

    En esta sección realizaremos una evaluación de los efectos macroeconómicos del escenario de gasto del SND presentado en el Cuadro 2. Para ello, utilizaremos el modelo HERMIN-España, un modelo macroeconométrico convencional de estirpe keynesiana en el cual los bloques de gasto y distribución de la renta generan los mecanismos gasto-renta estándar, si bien incorpora varias características neoclásicas en el bloque de oferta.

    El modelo HERMIN ha sido utilizado en repetidas ocasiones por parte de los investigadores de FEDEA tanto para comparar las características estructurales de las economías periféricas europeas (Bradley, Modesto y Sosvilla-Rivero, 1995a y 1995b) como para la evaluación de los efectos macroeconómicos de los Marcos de Apoyo Comunitario (Bradley, Herce y Modesto, 1995; Herce y Sosvilla- Rivero, 1994, 1995a, 1995b y 1996; Sosvilla- Rivero y Herce, 2003, 2004; Sosvilla-Rivero, Bajo Rubio y Díaz Roldán, 2004, Sosvilla- Rivero, 2004), del Mercado Único Europeo (Barry et al., 1997 y Sosvilla Rivero y Herce, 1998), del envejecimiento de la población (Herce y Sosvilla-Rivero, 1998) y de la ampliación de la Unión Europea (Martín, Herce, Sosvilla-Rivero y Velázquez, 2002).

    Los gastos corriente y de capital asociados del SND suponen un estímulo para la economía de la mano de un mayor gasto público, que se transmite directamente en la demanda y por tanto en la producción, dando lugar a un impulso en el empleo, la renta, los precios y salarios, etc. Haremos especial énfasis en impacto sobre la producción y el empleo, proporcionándonos el modelo HERMIN sus tasas de variación porcentual respecto a una situación alternativa de referencia (simulación sin SND), caracterizada por la ausencia de dichos gastos del SND.

    Ofreceremos los efectos de cada uno de los dos escenarios contemplados: de iniciativa pública exclusiva (Epígrafe 3.1) y de iniciativa mixta pública-privada (Epígrafe 3.2), distinguiendo en cada caso entre el impacto derivado tanto de los escenarios de gasto corriente y de capital como sus efectos conjuntos.

    3.1. El empleo en un escenario de iniciativa pública exclusiva

    El efecto en el mercado de trabajo viene recogido en el Cuadro 9, que ofrece, para el escenario de iniciativa pública exclusivamente, los empleos mantenidos o generados en el periodo 2005-2010 para el conjunto de la economía y para las dos líneas de gasto: corriente y de capital, así como para el gasto total.

    Como se observa en dicho cuadro, el gasto corriente para la dependencia da lugar a un promedio de 89.778 empleos durante el período 2005-2010, ascendiendo el empleo creado en 2010 a 169.855. En cuanto al gasto de capital, estimamos que esta partida incrementaría el empleo en término medio en 23.978 personas, situándose la ganancia de ocupación en 2020 en 20.273 empleos. Tomados conjuntamente el gasto corriente y el gasto de capital, los empleos creados en 2010 se elevan a 190.158, siendo un 35 por ciento inferiores a las estimaciones del LBD y un 5 por ciento inferiores a los derivados del análisis I/O. En este sentido, cabe recordar que una tabla I/O crea más empleo que un modelo macroeconómico debido a que la primera no permite la sustitución entre inputs a medida que el trabajo se encarece en relación al capital. También se ilustra en el Cuadro 9, que la creación de empleo bajo el escenario SND público se traduciría en una progresiva disminución en la tasa de paro desde 0,05 puntos porcentuales (de la población activa) en 2005 hasta 0,78 puntos porcentuales en 2010, situándose la reducción media en la tasa de paro durante este período en 0,49 puntos porcentuales.

    CUADRO 9. CREACIÓN DE EMPLEO DEBIDO A LA INTRODUCCIÓN DEL SND. SIMULACIÓN CON HERMIN-ESPAÑA - ESCENARIO SND PÚBLICO

    [ NO INCLUYE CUADRO ]

    3.2. El empleo en un escenario de iniciativa mixta pública-privada

    En el Cuadro 10 se muestran los empleos generados bajo el escenario SND de iniciativa mixta pública-privada. Como se aprecia en dicho cuadro, el gasto corriente para la dependencia da lugar a un promedio de 89.088 empleos durante el período 2005- 2010, ascendiendo en 2010 el aumento en el número de ocupados como consecuencia del SND a 176.925. En cuanto al gasto de capital, se mantienen las estimaciones anteriores, al no variar la perturbación. El impulso conjunto medio sobre el empleo del gasto corriente y el gasto de capital se cifra en 112.959 puestos de trabajo, obteniéndose que en 2010 los empleos creados serían 184.959, siendo un 30 por ciento inferiores a las estimaciones del LBD y un 6 por ciento inferior al derivado del análisis I/O. En cuanto al comportamiento del desempleo bajo el escenario SND mixto público-privado, los resultados de nuestras simulaciones indican que la tasa de paro registraría una reducción gradual desde 0,03 puntos porcentuales en 2005 hasta 0,75 puntos porcentuales en 2010, situándose la caída media en la tasa de paro durante estos años en 0,41 puntos porcentuales.

    3.3. Otros efectos macroeconómicos

    Respecto al efecto sobre el nivel de actividad económica, el Cuadro 11 presenta los resultados de las simulaciones en términos de Producto Interior Bruto. Como puede observarse, bajo el escenario SND público, el estimulo debido al gasto corriente para la dependencia aumenta el valor medio de los bienes y servicios producidos por la economía española durante el período 2005-2010 en 7.616 millones de euros, estimándose la ganancia en 2010 en 14.559 millones de euros.

    Por su parte, el impulso promedio asociado al gasto de capital se eleva a 2.150 millones de euros, cifrándose en 1.774 millones de euros su impacto en 2010. De esta forma, estimamos que el efecto medio sobre la actividad agregada en el escenario SND público entre los años 2005 a 2010 se sitúa en 9.766 millones de euros, cuantificando su impacto en 2010 en 16.333 millones de euros. Como se observa en el Cuadro 11, la diferencia porcentual, acumulada año a año, entre la producción agregada con y sin SND público se eleva progresivamente desde un 0,09 por ciento en 2005 hasta un 1,65 por ciento en 2010, estimándose el impulso medio sobre el PIB en un 1,03 por ciento. En términos de tasa de crecimiento acumulada para el período 2004- 2010, los resultados de nuestras simulaciones sugieren que, en ausencia del escenario SND público, dicha tasa habría sido inferior en 0,28 puntos porcentuales.

    CUADRO 10. CREACIÓN DE EMPLEO DEBIDO A LA INTRODUCCIÓN DEL SND. SIMULACIÓN CON HERMIN-ESPAÑA - ESCENARIO SND MIXTO PÚBLICO-PRIVADO

    [ NO INCLUYE CUADRO ]

    CUADRO 11. EFECTO DEL SND SOBRE LA PRODUCCIÓN (PIB). SIMULACIÓN CON HERMIN-ESPAÑA - MILLONES DE EUROS DE 2005

    [ NO INCLUYE CUADRO ]

    En cuanto al escenario SND mixto públicoprivado, se obtiene que el gasto corriente supone un estímulo medio en la producción de 6.866 millones de euros, ascendiendo a 13.969 millones de euros su efecto en 2010. Los efectos del gasto de capital son los mismos que bajo el escenario SND público, al ser idéntica la perturbación simulada. Así pues, bajo el escenario SND mixto público-privado se logra un incremento medio de 9.017 millones de euros en la producción agregada, haciendo posible que en el año 2010 se registre un nivel de actividad económica superior en 15.743 millones de euros a la que se hubiera observado sin los gastos asociados al SND. Como se aprecia en el Cuadro 11, la diferencia porcentual entre el nivel de actividad agregada con y sin SND mixto público-privado se incrementa paulatinamente desde un 0,07 por ciento en 2005 hasta un 1,57 por ciento en 2010, situándose el estímulo medio sobre el PIB en un 0,94 por ciento. En términos de tasa de crecimiento acumulada para el período 2004-2010, los resultados de nuestras simulaciones sugieren que, en ausencia del escenario SND público, dicha tasa habría sido inferior en 0,26 puntos porcentuales.

    CUADRO 12. ENDEUDAMIENTO DEL SECTOR PÚBLICO DEBIDO A LA INTRODUCCIÓN DEL SND (PÚBLICO). SIMULACIÓN CON HERMIN-ESPAÑA

    [ NO INCLUYE CUADRO ]

    Es interesante destacar que bajo ambos escenarios, los resultados en producción derivados del modelo HERMIN son superiores a los obtenidos en el análisis I/O. En este sentido, ha de tenerse en cuenta que las estimaciones basadas en la metodología I/O no permite obtener la multiplicación de la demanda agregada que tiene lugar en la economía como consecuencia del aumento de la renta inducido por los gastos asociados al SND.

    Por su parte, el Cuadro 12 muestra el efecto sobre la ratio deuda/PIB del escenario SND público. Se aprecia que dicha ratio se incrementa en término medio en 0,21 puntos porcentuales durante el período 2005-2010, aún cuando el gasto total medio del SND expresado en porcentaje del PIB supone un 0,59 por ciento en ese mismo período. Así pues, se obtiene una relación media de 0,35 entre ambas ratios, lo que sugiere que un 65 por ciento de los gastos que supone el SND público se recuperarían por medio de retornos fiscales de diversa naturaleza (impuestos, cotizaciones, etc.). En el año final del horizonte de simulación (2010), la ratio deuda/PIB alcanza su máxima desviación, situándose en 0,32 puntos porcentuales.

    Esta tasa de retorno (medida por ratio de deuda incremental sobre tamaño del shock) del SND es apreciable y se debe a que a pesar del aumento del gasto público, el estímulo que dicho aumento supone para la economía hace aumentar las bases imponibles de todo tipo de impuestos (renta, sociedades, indirectos y cotizaciones), lo que allega más recursos para el fisco. Naturalmente, es preciso que el aumento del gasto público no provoque expulsión del gasto privado contemporánea o retrasada. Ello es más difícil cuando el tipo de interés lo fija el Banco Central Europeo y cuando el gasto se financia con déficit en vez de con aumentos de los tipos impositivos, como es el caso en esta simulación.

    4. ANÁLISIS MICROECONÓMICO 5

    Existen dos posibles canales para la creación de empleo asociado al establecimiento de un SND como el contemplado en el Libro Blanco de la Dependencia. El primero son los puestos de trabajo que las nuevas plazas residenciales creadas por la iniciativa privada generarían. El segundo vendría dado por las entradas al mercado de trabajo que los cuidadores informales realizarían, lo que dejaría vacantes para el cuidado de los dependientes en sus propios hogares, en residencias o en centros de día6. Ambas fuentes de creación de puestos de trabajo están íntimamente relacionadas por cuanto si son las familias las que se siguen ocupando del cuidado de los dependientes, difícilmente habrá demanda para servicios en residencias, centros de día o ayuda a domicilio. En el primer caso, la valoración del plan en cuanto a creación de puestos de trabajo ha de realizarse íntegramente sobre supuestos de asignación de recursos a cada una de las plazas residenciales que pudieran ser ocupadas, tal como se propone en el LB. En el segundo caso debe calcularse el acceso al mercado por parte de los familiares, lo que generará vacantes a las que podrían optar cuidadores profesionales.

    El desarrollo íntegro del SND requiere al menos dos condiciones: i) confianza de la familia en los cuidadores profesionales que no se dará completamente a corto plazo sino en la medida que el plan funcione y se haya producido una formación adecuada de dichos profesionales; ii) existencia de incentivos financieros ya que una parte importante de los cuidadores informales lo son por la imposibilidad actual de afrontar servicios profesionales. De hecho, en la actualidad existen varias decenas de miles de plazas residenciales privadas no ocupadas, a las que una familia de tipo medio en España no puede acceder por el coste que representan y ese tipo de familias tampoco podría plantearse el pago o co-pago de servicios de profesionales en el propio hogar, en residencias o en centros de día.

    Los datos de la Encuesta de Apoyo Informal a los Mayores (EAIM) reflejan adecuadamente la situación actual del cuidado de personas dependientes (IMSERSO/Gfk-Emer, 2004). Aun cuando se detecta una demanda de formación para las personas encargadas de los cuidados, el 42,1 por ciento consideran que no la necesitan y el 43,7 que no se lo han planteado. Por otra parte, el 64 por ciento de los cuidadores consideran que la persona que cuidan esta muy bien atendida y el 30 por ciento consideran que lo está bien. Por otra parte, la contestación más común al papel que debieran jugar las Administraciones Públicas en el cuidado de dependientes es que las familias deben participar en los cuidados si bien las Administraciones Públicas debieran hacerse cargo de todo el cuidado, ser el principal responsable de la atención o participar mediante recursos de apoyo. De la encuesta también se desprende que son los recursos económicos los más solicitados por los cuidadores para que la Administración Pública colabore en el cuidado de dependientes (el 62,8 por ciento declara que la Administración Pública debe colaborar con apoyo económico en forma de salario mensual al cuidador familiar).

    Todas estas circunstancias hacen pensar que el efecto inmediato del SND sobre el empleo no va a ser muy importante por cuanto las familias no muestran grandes deseos de que servicios profesionales se hagan cargo de los dependientes sino que demandan apoyo económico, aun cuando los encuestados también demandan mayor desarrollo de los servicios de atención a domicilio, más centros de día y más servicios de teleasistencia.

    4.1. Metodología

    Existen varias alternativas para valorar el potencial de creación de empleo del SND. En todos los casos se han de realizar supuestos sobre la población dependiente en cada escenario simulado y sobre la asignación de recursos a cada una de las actividades que el SND creará.

    Para evaluar los empleos que potencialmente se pueden generar mediante el desarrollo de los nuevos programas de atención que el SND proporcionará, primero se deben identificar dichos servicios para después asignar las necesidades de personal a cada uno de ellos. En el caso que nos ocupa, no se puede diferenciar la creación de nuevos empleos en los ámbitos privado y público. Los nuevos programas de atención han de incrementar la oferta de plazas en residencias y centros de día y han de generalizar los servicios de ayuda a domicilio y teleasistencia.

    Las necesidades de ofertar trabajo para cubrir los servicios citados de atención en centros o en domicilios dependen del volumen de demanda. La situación de partida es que una gran parte de la oferta corresponde a cuidados realizados en el hogar, generalmente de la persona dependiente o de sus familiares. La necesidad de residencias, centros de día o las ayudas a domicilio requiere un cambio de la situación actual, en el sentido de que la oferta de dichos servicios genere su propia demanda. En relación con el número de personas dependientes a atender, el LB plantea proyecciones para 2005 y 2010 por edades y grados de dependencia. De acuerdo con las definiciones que se dan en el mismo, serán personas cubiertas por el SND los dependientes con gran dependencia, dependencia severa y dependencia moderada. Existen también personas con necesidad de ayuda para realizar tareas domésticas o actividades de la vida diaria que, en principio, no serán cubiertas por el SND pero podrán utilizar servicios del sistema. En cualquier caso, el número de dependientes en 2005 se estima en 1.125.000 personas y para 2010 en 1.246.000. Con los datos de la EAIM son 950.000 los cuidadores informales y 92.000 los empleados de hogar que realizan servicios de ayuda a dependientes. Es decir, se produce aproximadamente una relación uno a uno entre dependiente y cuidador (si bien es cierto que algunos dependientes necesitan varios cuidadores y algunos cuidadores prestan servicio a varios dependientes) por lo que en 2010 serán, aproximadamente, 1.200.000 los cuidadores necesarios.

    En este apartado procedemos a evaluar el potencial creador de empleo del SND desde el lado de oferta de trabajo. Es decir, pretendemos inferir la mano de obra apartada del mercado que se puede liberar y, en función de las necesidades de demanda que quedan, los puestos de trabajo de nueva creación. Para ello, seguimos dos pasos: primero, se ajusta una ecuación de participación en el mercado de trabajo tanto para las mujeres como para los hombres, utilizando datos tomados de la Encuesta de Población Activa (EPA) para el segundo trimestre de 2004 (INE, 2004). Los resultados en cuanto a las probabilidades de participación en el mercado de trabajo que el ajuste de estas ecuaciones proporciona están recogidos en el Cuadro 1. Somos conscientes que la EPA posee mayor riqueza informativa que la EAIM, a efectos de analizar aspectos relacionados con el mercado de trabajo, pero para ser realistas en relación con la situación del apoyo informal se ha realizado el ajuste con las variables que son comunes en ambas fuentes de información. En particular, se han utilizado variables ficticias de edad por intervalos (menos de 20 años, entre 20 y 29, entre 30 y 39, entre 40 y 49, entre 50 y 59, entre 60 y 69 y más de 69 años), el estado civil (distinguiendo entre solteros, casados, viudos, separados y divorciados), el nivel de educación (distinguiendo entre analfabetos y sin estudios, estudios primarios, estudios secundarios, estudios pre-universitarios y universitarios), el tamaño de la familia, el número de perceptores de ingresos en el hogar, variables que aproximan enfermedades crónicas de los individuos, variables que captan la existencia de responsabilidades familiares (entre las cuales están los cuidados a dependientes) e indicadores de Comunidad Autónoma de residencia del individuo (17 variables).

    Con los resultados obtenidos podemos valorar las probabilidades de participar en el mercado de trabajo para cada individuo de la población, por lo que el segundo paso es calcular dichas probabilidades en la EPA e imputar a los datos de la EAIM las probabilidades medias por grupos de individuos. De esta manera, tenemos para la muestra de cuidadores informales (y por inferencia para la población) una probabilidad media de salida o liberación de empleo. Sin embargo, no podemos pensar que todos los cuidadores informales tienen probabilidad positiva de abandonar dichas tareas para su posible incorporación al mercado por cuanto en la entrevista se les pregunta por su actividad y por su edad. De esta forma, un 46,2 por ciento de los cuidadores ya son ocupados o son jubilados/pensionistas. De estos, el 25 por ciento tiene menos de 60 años, pero la evidencia disponible sugiere que dicha situación en la actividad es difícilmente reversible de cara a la reincorporación al mercado de trabajo. Además, de los potenciales entrantes, que representan el 53,8 por ciento de la población de cuidadores, el 27,64 por ciento tienen más de 60 años no declarándose jubilados ni pensionistas (pueden ser parados o estar trabajando en las tareas del hogar). Por tanto, del total de cuidadores informales en la muestra (1.504), la aparición del SND previsto en el LBD puede generar incentivos de incorporación al mercado de trabajo a 585, es decir, menos del 40 por ciento, de los cuales el 4,8 por ciento son hombres y el 95,2 por ciento son mujeres.

    En el Cuadro 13 se presentan las probabilidades de trabajar para hombres y mujeres de acuerdo al modelo que se ha ajustado para las variables demográficas que están disponibles tanto en la EPA como en la EAIM. Si bien, tal como se ha comentado, se han utilizado variables adicionales como la Comunidad Autónoma de residencia, el número de perceptores de ingresos en el hogar o la existencia de responsabilidades familiares del encuestado (responsabilidades entre las que se encuentra el cuidado de mayores dependientes), son las características de los cuidadores presentes en la EAIM las que se utilizan para los cálculos del empleo generado por esta vía. Por supuesto, se podrían utilizar el resto de variables que como las que identifican la CC. AA. suponen aproximaciones a la demanda de empleo por cuanto las tasas de empleo y el potencial generador de empleo del SND son diferentes por región ya que lo son los efectos de la dependencia.

    CUADRO 13. PROBABILIDAD DE PARTICIPAR EN EL MERCADO DE TRABAJO

    [ NO INCLUYE CUADRO ]

    4.2. Evaluación de la oferta de trabajo de los cuidadores informales

    De acuerdo a los cálculos llevados a cabo con datos de la EPA y su imputación a los datos de la EAIM con las variables comunes en ambas fuentes de información, el 23 por ciento de los hombres podrían entrar en el mercado de trabajo mientras que lo haría el 8 por ciento de las mujeres, lo que en términos de la muestra da una proporción de entrada en el mercado de trabajo del 8,71 por ciento del actual número de cuidadores. Consideramos este valor como un umbral máximo porque estas probabilidades se han calculado sobre las sub-muestras de individuos que en 2004 se encontraban trabajando. Hemos de pensar que cuando se caracteriza el perfil más representativo del cuidador informal en la EAIM, corresponde a mujeres de 53 años de edad en media, que tienen estudios primarios y se dedican a las tareas del hogar. En este segmento de población, la probabilidad de participar en el mercado de trabajo (atendiendo a cualquier dato estadístico o a la pura intuición) es muy baja. Por tanto, los que tienen una mayor verosimilitud para incorporarse son más jóvenes que la media y tienen en media una mejor formación, si bien este segmento esta constituido en la población de cuidadores informales por un volumen muy reducido de individuos. Es en estos casos en los que el salario de mercado puede ser superior a su salario de reserva, por lo que la situación que se producirá con la nueva ley podría generar un incentivo a incorporarse al mercado. Trabajando con el umbral máximo y con la situación en 2004 en la que existen unos 950.000 cuidadores informales en España, es previsible que la situación en 2005 tenga el potencial de generar por esta vía 87.100 puestos de trabajo7. El escenario desde 2005 hasta 2010 podrá absorber estos puestos de forma paulatina en la medida en que se vaya implantando el plan. Es decir, con una implantación en 2005 del 5 por ciento del potencial del SND se pueden generar como máximo unos 4.350 puestos de trabajo provenientes del cuidado informal habiéndose de encontrar los restantes hasta cubrir las necesidades desveladas por las estimaciones contempladas en las secciones anteriores recurriendo al mercado de trabajo amplio.

    Por otra parte, en 2010 el LBD prevé que la población potencial de personas que con diversos grados de dependencia van a poder ser cubiertas por el SND es de 1.246.000 en todos los tramos de edad. De mantenerse las pautas de entrada al mercado de trabajo de cuidadores informales, el potencial generador en aquel momento sería de 96.485 personas. Por supuesto, existen dos factores para pensar que esta cifra puede constituir, en este caso, un umbral mínimo. El primer factor es que el SND estará plenamente desarrollado, lo que generará, de funcionar correctamente, la confianza de las familias hacia los servicios profesionales. Por otra parte, en la medida en que cuidadores informales vayan accediendo al mercado de trabajo (algo que también viene determinado por el crecimiento en la incorporación de la mujer), la estructura cuidado informal-cuidado profesional habrá cambiado, al menos ligeramente en 2010.

    No es posible esperar en el corto a medio plazo cambios importantes en la situación del cuidado de dependientes en España. Esto es debido a varias causas. La primera es la caracterización de los cuidadores, que en su gran mayoría no accederán al mercado de trabajo por lo que no se crearán empleos netos. La segunda es que ya en estos momentos existen numerosas plazas libres para dependientes en residencias privadas y los potenciales usuarios no pueden acceder a ellas dada su situación financiera. Por tanto, la liberación de cuidadores informales puede ser la única vía por la que la iniciativa privada podría en el corto plazo actuar, ya que ante el exceso de oferta de plazas, el sector privado no tendrá muchos más incentivos si no se libera mano de obra actualmente ocupada en estos menesteres. En esta misma situación de exceso de oferta y debido, básicamente a los mismos motivos, se encuentran los centros de día. Por tanto, en el corto plazo las ayudas parciales a domicilio (serán parciales porque seguirá habiendo familiares al cargo de los dependientes) y los puestos que se pueden crear para teleasistencia son las otras fuentes de generación de empleos netos. Por supuesto, va a ser la financiación del SND por parte de las Administraciones Públicas la que puede generar incentivos para tratar de revertir la situación actual.

    En estas circunstancias y tomando los datos del LBD como válidos en lo que a la creación de empleo para los servicios citados se refiere, el Cuadro 14 presenta el total de empleos netos que la implantación del SND contribuirá a crear. Se han considerado tres escenarios que podemos denominar optimista, pesimista y medio, o neutro. En el escenario optimista se supone que la cifra liberada de empleo será la que la iniciativa pública o privada creará en residencias y centros de día, generándose el mismo volumen de empleo en ayuda a domicilio y teleasistencia que la que prevé el LBD. En el caso neutro, se creará el mismo empleo para teleasistencia pero no para ayuda a domicilio porque la situación de estas ayudas será complementaria a los cuidados informales ofrecidos (situación actual que no se modificará en gran medida en el corto o medio plazo). El escenario pesimista solo contempla, al margen de la liberación de mano de obra, la creación de empleo para servicios de teleasistencia y generación de puestos de trabajo de ayuda a domicilio para cubrir los crecimientos de la población dependiente que se prevén (18.000 empleos netos cuando el SND esté completamente implantado). Si tomamos como prudente el escenario medio, el número de puestos de trabajo netos que el SND puede generar estará en el entorno de 160.000 que, con las hipótesis de ejecución del plan que prevé el LB se irán creando paulatinamente a lo largo del período 2005-2010 tal como se presenta en el Cuadro 15.

    CUADRO 14. POTENCIAL GENERADOR DE EMPLEO DEL SND - ESCENARIOS ALTERNATIVOS

    [ NO INCLUYE CUADRO ]

    4.3. Validación de los resultados de empleo de los ejercicios anteriores

    Los resultados que sobre la creación de empleo proporciona el LBD prevén la creación de 262.735 empleos netos debidos a la implantación del SND. El análisis I/O llevado a cabo en la Sección 3 proporciona unas cifras de 174.464 empleos (SND público, gasto corriente, Cuadro 3), la metodología macro-económica de la Sección 4 arrojaba 169.855 empleos (SND público, gasto corriente, Cuadro 9) y el análisis microeconómico realizado en esta sección ofrece una cifra de 160.314 empleos en el escenario medio.

    La justificación para la existencia de diferencias entre las cifras del LBD y las cifras de la evaluación microeconómica aquí realizada es que en las segundas se tiene en cuenta que las necesidades a cubrir habrán de ser generadas por la existencia de demanda de servicios y que esta demanda no se producirá de mantenerse la situación actual en la que los involucrados en el servicio a los dependientes son los propios familiares que ofrecen cuidados informales, que no sienten la necesidad de estos servicios profesionales más que parcialmente, que expresan la necesidad de ayudas económicas y que, dado el perfil de los cuidadores, no es muy probable que tengan incentivos de incorporación al mercado de trabajo. Por otra parte, las diferencias entre las cifras de empleo proporcionadas por las diferentes metodologías empleadas en las Secciónes 2, 3 y 4 no son excesivas, siendo más relevantes las que existen entre cada una de nuestras estimaciones y las del LBD, bastante mayores que las que aquí se han obtenido. Las diferencias entre nuestras diferentes estimaciones se justifican por el hecho de que mientras el análisis microeconómico solo contempla relaciones parciales, es decir, olvida interacciones entre todos los sectores económicos, dichas interacciones que sí están recogidas en los ejercicios meso (I/O) y macroeconómico, generan retornos para el empleo ligeramente superiores.

    4.4. Financiación del SND

    En relación con la financiación del SND, la EAIM no pregunta explícitamente acerca de ello, aunque existen algunas preguntas indirectas que pueden ayudar a evaluar la percepción de los cuidadores informales en relación con este aspecto tan importante del SND.

    Concretamente a la pregunta acerca de la importancia que se le dan a las medidas que pueden adoptar en el futuro las Administraciones Públicas para ayudar a quienes cuidan de las personas mayores de la familia, sólo el 1,9 por ciento da como primera de las 12 posibles respuestas «necesidad de apoyo económico de la Administración Pública en forma de salario mensual al cuidador familiar», mientras que lo prioritario son el desarrollo de más servicios de atención a domicilio, más centros de día (sabiendo que se debe contribuir privadamente al pago), pagos de las cotizaciones sociales, reducción de las jornadas laborales para los que trabajan, deducciones fiscales, etc.

    CUADRO 15. EJECUCIÓN DEL SND 2005-2010 - ESCENARIO NEUTRO (a)

    [ NO INCLUYE CUADRO ]

    En relación con la pregunta de preferencias del cuidador si requiere dichos cuidados en el futuro, el 18,4 por ciento de ellos declaran que desearían ser atendidos por profesionales de los Servicios Sociales Públicos, que les permitan seguir viviendo en sus domicilios con pago compartido con la Administración, profesional pagado de su propio bolsillo, empleados de hogar, pagos compartidos con los servicios sociales (con independencia de que puedan vivir en sus propios hogares) o servicios pagados por ellos mismos en residencias privadas siempre que fueran capaces de afrontar dichos gastos.

    Finalmente, a la pregunta acerca de sus preferencias por el cuidado en el caso de necesitarlo en el futuro y siempre que no tuviera familiares que pudieran hacerse cargo, más del 50 por ciento estarían dispuestos a optar por una modalidad de cuidados en la que el pago de los servicios sería privado o compartido con la Administración Pública.

    Así pues, de las respuestas a estas preguntas cabe inferir las siguientes conclusiones:

  3. que un porcentaje importante de los cuidadores actuales percibe que un modelo de co-pago (con medidas complementarias legales o fiscales) es una opción razonable para el sistema, y

  4. que dadas las tendencias poblacionales y de mercado laboral actuales, la evolución parece ser hacia compartir cada día más los gastos ocasionados por el cuidado de los dependientes.

    5. CONSIDERACIONES FINALES

    Según las estimaciones del Libro Blanco de la Dependencia, la introducción gradual de un Sistema Nacional de Dependencia (SND) llevaría a la creación de unos 263 mil empleos. En la actualidad, siempre según el Libro Blanco, unas 90 mil personas trabajan formalmente en la atención pública a la dependencia y los presupuestos que las CC AA y la Seguridad Social destinaron a dichos cuidados en 2004 ascendían a unos 2,8 millardos de euros, o sea el 0,33 del PIB (revisado; ver INE, 2005) de ese año.

    Nuestro ejercicio de evaluación ha partido de estas cifras para elaborar un escenario de gasto corriente asociado a este hipotético SND a partir de la situación actual y dadas las necesidades detectadas por el Libro Blanco en materia de dependencia entre la población hasta 2010. Siguiendo las hipótesis del LBD, hemos supuesto que toda la población dependiente estaría cubierta en 2010.

    Las anteriores hipótesis arrojan que el presupuesto de gastos corrientes para establecer tal SND exigiría recursos que harían subir el 0,33 por ciento del PIB de 2004 hasta el 1,05 por ciento del PIB en 2010, un aumento de 0,72 puntos porcentuales, es decir, unos 8,4 millardos de euros adicionales, a precios de 2005, sólo en 2010, y de 26,4 millardos de euros en el periodo 2005-2010. Respecto a los gastos de capital, derivados de la construcción de residencias asociadas al establecimiento del SND, hemos estimado que habría que triplicar en el periodo el stock residencial existente en la actualidad lo que, suponiendo un valor del mismo en 2004 de unos 6 millardos de euros, exigiría inversiones de 10,2 millardos de euros, a precios de 2005, en el periodo. Este programa de gasto público equivaldría al 0,44 por ciento del PIB del periodo 2005-2010 para el gasto corriente y al 0,17 por ciento para el gasto de capital, en total al 0,61 del PIB. Una perturbación positiva de demanda de esta entidad ha de tener efectos discernibles sobre la producción, el empleo, etc.

    Respecto al empleo, hemos aplicado tres metodologías diferentes, lo que junto a la ofrecida por el Libro Blanco de la Dependencia nos ha permitido realizar un análisis comparativo y de aproximación a una estimación que no es fácil de llevar a cabo y que siempre puede prestarse a interpretaciones. En particular, las metodologías I/O, macroeconométrica y microeconómica rinden resultados apenas diferentes en términos de empleos creados debido a la aplicación del gasto corriente que son claramente inferiores a los resultados ofrecidos en el Libro Blanco. Esta diferencia puede deberse a muy diversos factores, pero, a falta de un análisis más detallado, pensamos que se debe a que los coeficientes físicos utilizados por los autores del Libro Blanco son mayores, mutatis mutandis, que los coeficientes técnicos implícitos en la TOD España 2002 y en el modelo HERMIN-España y por los deducidos de la demanda de servicios de dependencia que revela el análisis de la EAIM.

    En el Cuadro 16 se ofrecen los resultados, en términos de empleo, de las tres metodologías aplicadas en este estudio. Puede apreciarse que, en términos medios, el empleo creado según la metodología del Libro Blanco es un 54 por ciento mayor que el creado por la aplicación del gasto corriente debido al SND en nuestras metodologías. En otras palabras, nuestras metodologías crean 2/3 partes del empleo estimado por los autores del LBD.

    Hay otros efectos que nuestras metodologías arrojan y que no pueden compararse con estimaciones similares ausentes en el LBD, aunque se mencionan en parte dichos efectos en este último. Así, en cualquier caso, la introducción del SND conllevaría gastos de capital que contribuirían a aumentar el empleo creado por medio de la aplicación del gasto corriente. En el mismo Cuadro 16 puede apreciarse que estos empleos oscilarían según el año, en función de las inversiones necesarias para desplegar la capacidad residencial requerida por el SND a medida que se realiza su potencial, y la metodología utilizada, pero que podrían ascender a entre veinte y treinta mil empleos en término medio a lo largo del periodo.

    CUADRO 16. CREACIÓN DE EMPLEO DEBIDO A LA INTRODUCCIÓN

    [ NO INCLUYE CUADRO ]

    Otros efectos que detectamos, utilizando la metodología I/O, tienen que ver con la distribución sectorial del empleo en función de si el despliegue del SND se realiza únicamente con recursos públicos para la dependencia o con recursos mixtos público-privados, así como el concurso relativamente activo que otros sectores no directamente ligados a la dependencia (industria, construcción) aportarían a la creación de empleo en función de las relaciones intersectoriales de la economía.

    De la metodología macroeconómica se desprende que el estímulo a la demanda agregada que supondría el SND provocaría efectos sobre el PIB de nuestra economía, que podría llegar a ser un 1,56 por ciento mayor en 2010 que en ausencia del programa de gasto implicado por el SND (público), lo que implicaría a su vez un diferencial en tasa de crecimiento acumulativo anual real de +0,28 puntos porcentuales a lo largo de todo el periodo. Igualmente, esta metodología nos ha permitido estimar que, dada la magnitud de la perturbación, en proporción al PIB medio del periodo, y dado el deterioro medio de la ratio de deuda respecto al PIB en el mismo, el retorno fiscal global, por impuestos generales y cotizaciones, llegaría a cubrir hasta casi dos terceras partes del gasto asociado al despliegue del SND, una tasa de retorno apreciable, en ausencia de efectos de expulsión de la actividad privada como consecuencia del aumento del consumo o las transferencias del sector público. Cabe señalar asimismo que un porcentaje importante de los cuidadores actuales perciben, consideran que un modelo de copago es una opción razonable para el sistema, estando dispuestos a compartir de forma creciente los gastos ocasionados por el cuidado de los dependientes.

    Los efectos sobre el empleo y macroeconómicos descritos se asocian claramente al SND, pero no hemos estimado en que medida este impulso del gasto público expulsa al gasto privado de la economía y, por lo tanto, no sabemos en qué medida una parte de los mismos podría verse compensada por este efecto de expulsión. Cierto es que la pertenencia a la zona euro elimina los efectos de expulsión asociados al aumento del tipo de interés y la competencia por los fondos prestables, mientras que hemos supuesto que el gasto público asociado al SND se financia con deuda, lo que evita el aumento de la presión fiscal y la caída de la renta disponible.

    Por fin, una de las grandes ventajas que los autores del Libro Blanco asociaban a la creación de un SND era la «liberación» del potencial laboral cautivo de los cuidadores informales al cuidado de sus allegados dependientes en los hogares. Ello afectaría positivamente a la economía en términos de una mayor oferta de trabajadores formales que podrían ofrecerse para ocupar los puestos de cuidadores formales en el SND o para otros trabajos en el resto de la economía. Pues bien, nuestro análisis microeconómico de esta hipótesis, sobre la base de los datos de la EPA y la EAIM 2004, muestra claramente que este potencial es limitado. Muestra, en particular, que, como mucho, dicha liberación apenas llegaría a cubrir, de orientar plenamente hacia los cuidados formales, la mitad de los empleos que hemos estimado en nuestras simulaciones, o la tercera parte de los empleos estimados por los autores del LBD. Ello es así por multitud de razones que afloran inmediatamente cuando se estudia la encuesta de apoyo informal a los mayores. En primer lugar, porque una parte del apoyo se realiza en los hogares mediante empleados de hogar. Por otra parte, los familiares cuidadores, o bien son inactivos o, por sus características, se postularán con escasa probabilidad en el mercado de trabajo.

    REFERENCIAS

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    1 Según se infiere aplicando los coeficientes de la «Encuesta sobre Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud 1999» del INE a la población estimada en 2004 y proyectada hasta 2010.

    2 En ORTEGA (2005) se ofrecen los detalles de la metodología de modelización y resultados de la simulación que se resumen apretadamente en esta sección.

    3 El INE no ha publicado todavía la Tabla Simétrica de 2000, pero sí las Tablas de Origen y Destino de ese año. A partir de ellas es posible construir una tabla simétrica mediante sencillos procedimientos que se describen en CAÑADA (2001). Agradecemos además a AGUSTÍN CAÑADA su amabilidad al darnos las indicaciones necesarias para aplicar dicha metodología en este caso.

    4 En SOSVILLA RIVERO (2005) se ofrecen los detalles de la metodología de modelización y resultados de la simulación que se resumen apretadamente en esta sección.

    5 En LABEAGA (2005) se ofrecen los detalles de la metodología de modelización y resultados de la simulación que se resumen apretadamente en esta sección.

    6 Evidentemente podría suceder que el SND también ayudara a aflorar empleos que se prestan actualmente mediante actividades irregulares, si bien es complicada su evaluación y, dadas las características del cuidado que actualmente se presta a los dependientes no parece que esta fuente de empleo vaya a ser importante.

    7 No utilizamos la cifra total de población dependiente proporcionada en el LBD en 2005 (1.125.190) por cuanto una parte de la misma es atendida por empleados de hogar según se desprende de la EAIM.

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