Mayores y dependencia: un enfoque sociológico

AutorLuis V. Doncel Fernández; Tomás Gutiérrez Barbarrusa
Páginas104-144

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1. Introducción: consideraciones conceptuales

En las siguientes páginas utilizaremos con frecuencia el concepto mayores. No siempre ha sido el término usado para referirse a una realidad social similar. Viejos, ancianos abuelos, señor/a mayor, de la edad de oro, adulto mayor, de edad, tercera edad, etc., han sido palabras que con frecuencia hacían alusión a lo que hoy, en nuestra sociedad cada vez se denomina cada vez más como mayores o personas mayores. En muchos países se llevan a cabo programas de actividades para la tercera edad, algo así como una resocialización, por lo que algunos autores hablan de una especie de segunda infancia para los mayores. La mejora de la calidad de vida hasta edades más avanzadas y el aumento de la esperanza media de vida de vida han llevado también a distinguir la tercera edad de la cuarta edad, que incluiría a aquellas personas con edades muy avanzadas y que, por sufrir un mayor deterioro físico y psíquico, están en una mayor situación de dependencia. En las citas de otros autores respetaremos su terminología, aunque sabemos que el cambio en las palabras utilizadas que deviene con el paso del tiempo implica una consideración distinta del colectivo al que se aplican.

Para una mayoría, si nos ceñimos a los datos cronológicos y a España, la edad de sesenta y cinco es la frontera hacía la consideración de persona mayor. En otros casos comienza antes, con el sesenta cumpleaños. Para Kalish "A los sesenta las opciones han empezado a cerrarse...Los efectos de la limitación de futuro difieren en gran medida de persona a persona. Algunas personas mayores parecen abrumarse por estos límites de tiempo y se deprimen por ello; otras los ignoran casi completamente y continúan con sus planes a largo plazo, y otras se acomodan al hecho de que su futuro es limitado, enfocando más bien su vida en el aquí y ahora que en los años venideros, sin disminuir sus diversiones". (Kalish: 20)

"¿Cuándo se define a una persona como viejo? Como se podría esperar, no hay una única respuesta correcta a tal pregunta. Son usadas muchas aproximaciones, cada cual justificable y abierta a la crítica. Viejo puede definirse estrictamente en términos cronológicos.: cuando una persona alcanza los sesenta y cinco años es vieja. Hay bases legales y económicas para esta definición, aunque parece que estas razones han perdido importancia en la última década... Con la jubilación obligatoria en proceso de desaparición, con los cambios ocurridos en la Seguridad Social debidos a las necesidades de la edad, y con una gran contestación popular a la naturaleza arbitraria de un límite rígido de edad, nuestra sociedad avanza hacia una sociedad en la que la edad cronológica tenga menos importancia de la que la tiene hoy día. A pesar de esta tendencia, todavía se usa la edad cronológica para definir al viejo en muchas situaciones, pero no es la única alternativa. Podemos hacerlo en términos de cambios físicos....Quizá la salud es un componente de la definición que usted utiliza. Se tiene una imagen del aspecto físico del viejo, y si ésta se aproxima al aspecto de las personas de nuestro entorno, es muy probable que percibamos a dichas personas como viejos.Page 105

...se podría pensar en viejo en términos de falta de memoria... tiempos de reacción más bajos, sueño alterado, conducta motora más lenta... O quizá se le podrías definir en términos de ideas, conceptos y relaciones con los demás. Algunos de los estereotipos sobre la vejez es que los viejos son más conservadores, hostiles para las generaciones más jóvenes, que oponen resistencia a los cambios sociales y que son fácilmente irritable.

Viejo puede definirse también en términos de roles sociales. Se es viejo cuando un individuo se jubila, cuando está en un establecimiento para ancianos, un abuelo, (pero es simplista, a cualquiera de estas situaciones puede llegarse sin ser viejo). Viejo se es cuando una persona se dice "supongo que soy viejo." (Kalish: 28-29) Y le juzgamos como tal, sobre todo si se comporta como entendemos que lo haría una persona mayor; pero siempre, en la práctica, y si no nos referimos a nadie en concreto, aludimos a las personas mayores entendiendo que tienen sesenta y cinco años o más, aunque autores como indica De la Serna entienden que el envejecimiento se experimenta desde los cincuenta y cinco años: "J. Améry en su obra Revuelta y resignación: acerca de la veje^. Para él existe un "sentirse viejo" interior y una "vejez sociológica" debida a cómo los demás nos consideran y nos tratan. El envejecimiento como experiencia de la condición humana y con conciencia es exclusivo del hombre y no de otros animales, similar a lo que ocurre con la muerte. Considera que a los 55 años (cuando él escribe) es el tiempo en el que comienza a afirmarse la experiencia de la vejez. La persona que envejece se va quedando sola, cada vez más extraña, en un mundo que no entiende, y siente la irreversibilidad del tiempo". (De la Serna: 51)

Es en la moderna sociedad industrial donde aparece el concepto viejo, quizá hasta ahora el más utilizado, al menos en la literatura sociológica -la propia Sociología es un producto de dicha etapa histórica. "Medida puramente en términos de años la vejez es una construcción moderna. El hacerse viejo solía estar relacionado con cambios en la apariencia, y en las habilidades físicas, más que con una edad cronológica -que, en cualquier caso, generalmente se desconocía. La vejez hoy en día tiene una definición legal en el sentido en que hace referencia a la edad en que la mayoría de las personas se retiran del trabajo y se pueden reclamar determinados tipos de beneficios sociales, como las pensiones". (Giddens: 648) Es en dicho modelo social donde se hace factible retirarse del trabajo recibiendo una pensión que permita la supervivencia. Y el concepto vejez se une con facilidad al de jubilación. "El concepto de viejo en el sentido actual se puede decir que es reciente, surge con la sociedad industrial. Es el cambio de una sociedad agraria a una urbana-industrial el que ha posibilitado que los trabajadores se jubilen y no sigan trabajando mientras son capaces de hacerlo. En anteriores generaciones no se daba el rol de jubilado". (Kalish: 11)

Y aún ahora la jubilación no existe para todos, o al menos no para todos por igual. "La jubilación surge de la clase trabajadora industrial; la agraria no se jubilaba. La jubilación no existe para políticos, artistas, escritores, profesiones liberales, ni para los religiosos. La de la mujer en sus labores de la casa no se produce bruscamente. Constantemente se especula con establecer una jubilación flexible, alegando que en el momento en que se estableció el límite de los 65 años, derivado de la Seguridad SocialPage 106 obligatoria de Bismarck, la esperanza de vida era muy diferente a la actual. Existen personas que no quieren jubilarse y desean seguir trabajando, pero hay que investigar si esto se deriva de su gusto por el trabajo y la gratificación que les proporciona o se debe a razones exclusivamente económicas". (De la Serna: 68)

La jubilación trae problemas (sociales, económicos y psicológicos) a los individuos y, a sus familias. Supone una transición importante, también para los que saben apreciar las oportunidades de tiempo libre. Pero siempre su incidencia tendrá que ver con el trabajo antes realizado y el estrato socioeconómico de pertenencia: Diógenes afirmaba que "nada hay más miserable que el viejo pobre". Para Giddens "Las consecuencias sociales y psicológicas de la jubilación varían según la experiencia laboral y el nivel de vida previo. En una sociedad cuyo engranaje central es el valor del trabajo, la jubilación significa frecuentemente una pérdida de status, y la ausencia de rutinas que pueden haber estructurado la vida de un individuo a lo largo de hasta medio siglo, produce un vacío difícil de llenar. Debido al ritmo del cambio tecnológico y en otros aspectos, los conocimientos y habilidades adquiridos a lo largo de una vida ya no imponen respeto a los jóvenes, tal y como sucedía en la mayoría de las culturas tradicionales". (Giddens, p. 649)

En torno al concepto de dependencia puede decirse que hay un amplio consenso si nos remitimos a la definición propuesta por el Consejo de Europa: "estado en el que se encuentran las personas que por razones ligadas a la falta o la pérdida de autonomía física, psíquica o intelectual, tienen necesidad de asistencia y/o ayudas importantes a fin de realizar los actos corrientes de la vida diaria y, de modo particular, los referentes al cuidado personal" Para De la Serna: "Se consideran personas con discapacidades aquellas que sufren una limitación grave que afecta durante más de un año a su actividad y tiene origen en una deficiencia. Dependencia sería cuando precisa ayuda y asistencia para las actividades de la vida diaria". (De la Serna: 74) Es obvio que persona mayor y persona dependiente no tienen necesariamente que coincidir en un mismo individuo. La vejez puede ser un proceso más o menos positivo o negativo, más favorable o más desfavorable, dependiendo de cada persona. Identificar vejez con dependencia forma parte del proceso de marginación que los mayores sufren. "Ni el proceso de la vejez ni el de ser viejo es patológico, extraño o desviado, excepto si es el resultado de ciertos hechos desagradables que están relacionados con la edad, como otros lo están con los años preescolares, tales como estar bajo el control de los adultos o de las personas de mediana edad que tiene una responsabilidad para sus hijos". (Kalish: 19)

En el Libro Blanco de la Dependencia se dice al respecto: "La dependencia afecta de manera más extensa a las personas mayores. La característica biológica...

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