La democracia postmoderna: democracia declamada y poder en la era de la globalización

AutorJosé Joaquín Jerez
Páginas91-113
LA DEMOCRACIA POSTMODERNA:
DEMOCRACIA DECLAMADA Y PODER
EN LA ERA DE LA GLOBALIZACIÓN
José Joaquín JEREZ
Universidad Pontificia Comillas (Madrid)
1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES
En el momento presente, la democracia es declamada formalmente
como el presupuesto legitimador del nuevo orden mundial alumbrado
tras la decadencia del sistema de Estados nacionales que se inició después
de la Segunda Guerra Mundial y que se ha acelerado en las últimas déca-
das con la entrada en juego del fenómeno de la globalización.
Y se dice que la democracia es declamada formalmente porque, al
tiempo que se defiende que ese nuevo orden mundial debe basarse en
los postulados del liberalismo democrático, se denuncia también, con la
misma intensidad, la existencia de un déficit democrático en el gobierno
de la humanidad.
Ese déficit democrático se refleja en que la participación del pueblo
en la toma de decisiones políticas ha sido relegada, desplazándose los
centros de poder desde la esfera estatal a las organizaciones internacio-
nales de ámbito regional o universal dirigidas por burócratas carentes de
cualquier legitimación política, a las grandes empresas y a los grupos de
presión.
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Esta situación trae causa de la dificultad de encontrar, en el ámbito de
la comunidad internacional, «un nuevo factor de unificación espiritual,
más allá de los viejos límites de la nacionalidad» 1, que permita alcanzar
esa mínima cohesión social en torno a una serie de valores comunes que
está en la base de cualquier orden político representativo.
En efecto, el movimiento globalizador está encontrando serios obs-
táculos para la consecución de su objetivo principal: el establecimiento
de un consenso universal respecto de los fundamentos de la comunidad
política. Este relativo fracaso obliga a preguntarse si los presupuestos de
los que parte se ajustan a la finalidad pretendida o, por el contrario, in-
curren en desviaciones respecto de ésta que pudieran servir para explicar
las resistencias advertidas.
2. PRESUPUESTOS FILOSÓFICOS DEL ORDEN UNIVERSAL:
LAS TENSIONES ENTRE DOS MODELOS HISTÓRICOS
La aspiración a una unidad política del mundo, como la que en nues-
tro tiempo propugnan los teóricos de la globalización, no es en modo
alguno nueva. A lo largo de la historia se han realizado varios intentos en
este sentido, aunque desde premisas intelectuales no siempre coinciden-
tes. Desde una óptica realista se ha defendido la existencia de un orden
universal que vendría necesariamente dado por la naturaleza de las cosas
—lo justo por naturaleza, según la filosofía clásica, no conoce tiempo ni
región— y que, en cuanto tal, sería respetuoso con la diversidad que le es
inherente. Las doctrinas racionalistas abogan, sin embargo, por el esta-
blecimiento de dicho orden sobre la base de unos fundamentos conven-
cionales, establecidos por la voluntad dominante, que buscan imponer de
modo uniforme sin distinción de pueblos, razas o culturas 2.
Las diferencias que se derivan de uno y otro planteamiento no son
desdeñables. El grado de integración necesario para la existencia de una
«comunidad» sólo puede alcanzarse cuando la unidad del cuerpo social,
cimentada sobre criterios objetivos de diversa índole, se cohonesta con
el respeto a la pluralidad y autonomía de sus miembros, que, por ello,
deciden adherirse voluntariamente a dicho proyecto. Las propuestas de
1 P. G. GRASSO, El problema del constitucionalismo después del Estado moderno, Ma-
drid-Barcelona, Marcial Pons, 2005, p. 116.
2 D. CASTELLANO, «Orden tradicional, orden universal y globalización. Apuntes para
una breve introducción al problema», Verbo (Madrid), núms. 499-500 (2011), p. 815.

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