Demencia y miedo

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Es conocido de siempre que los tres fantasma que atemorizan al hombre son la locura, la vejez y la muerte. Es difícil definir la locura, pero sí establecer los síntomas que agobian al psicótico: la depresión, la melancolía, la tristeza, los delirios, la pérdida de la realidad, transforman las ideas en creencias , romper las tendencias, ruptura del yo y del tiempo.

El ciclo del tiempo es de gran interés para el hombre, de tal forma que el embrión vive, pero aún no conoce, conocimiento que se va enriqueciendo con el mundo afectivo y emocional del niño el que giraba sobre dos polos, el oral y el anal, están bien descritos por los psicoanalistas que dan paso en la adolescencia, la pubertad, la juventud, la madurez y por último la vejez, antesala de la muerte.

La vejez es una etapa cuajada por el temor al final, MIEDO sin embargo que se descubrió en varias etapas anteriores cuando muchas veces se descubre el tiempo de forma que se ve enriquecido por el ayer, el hoy y el mañana, descubrimiento que acompañan siempre al hombre, el que progresivamente va perdiendo la curiosidad, se van ampliando las pérdidas de memoria, la sexualidad va dando paso al desencanto, la desgana, la fatiga precoz, el abandono de la higiene, sin embrago cada día más necesaria. La disminución de la agilidad mental transforma al viejo en una persona reiterativa, machacona con el que es difícil establecer raport como forma de establecer una relación adecuada interpersonal, con pérdida del sentido del humor, egocéntrico, egoísta y triste por la pérdida cada día más frecuente de los seres queridos y amigos, que encuentran al sobrecogedor sentimiento de soledad; a todo ello se ha ido añadiendo patologías somáticas que dan al senil ese carácter de dependencia necesitados de terceras personas que le ayudan en funciones simples en manos del cuidador cada día más frecuentes dado el aumento de personas dependientes de la

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llamada tercera edad habiendo surgido el problema de quién cuida al cuidador.

En ocasiones la vivencia de la tercera edad es nihilista dando lugar al llamado suicidio ampliado, en el que el depresivo, antes de matarse, mata a los seres queridos. Es un suicidio y homicidio por amor patológico, en los que los genes alterados por los instintos que descubrí en Ibiza donde el gran número de suicidios en la isla, de tal forma que junto a las alteraciones de los instintos de conservación se añaden...

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