Declaraciones de las conferencias internacionales

AutorJorge González González
Cargo del AutorDoctor en Derecho
Páginas89-118

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Desde la segunda mitad de los años setenta, más teniendo en cuenta que en 1977 se celebró la Primera Conferencia Mundial importante sobre el agua en Mar del Plata (Argentina)193, los líderes mundiales toman conciencia de la magnitud de los problemas relacionados con el acceso al agua, tanto en calidad como en cantidad, y de los riesgos asociados a la escasez y degradación del suministro. La Conferencia de Mar del Plata expuso los hechos básicos y convirtió el agua en uno de los temas principales de la agenda política internacional. Pero la denominada crisis del agua ha continuado (y continúa) empeorando.

A lo largo de los años, sobre todo en la década de los noventa y la primera del siglo XXI, las conferencias y foros internacionales relacionados con el agua han ido fructiicando y llevando a cabo una labor de estudio e implementación de medidas con el in de paliar esa escasez y degradación en la cantidad y la calidad del agua. Todavía hoy esa labor sigue pendiente y permanente, y ya vamos por el sexto Foro Internacional del Agua, que se celebró en la ciudad francesa de Marsella, entre el 12 y el 17 de marzo de 2012. En este capítulo analizaremos las distintas declaraciones emanadas de las principales conferencias, foros y encuentros internacionales que han tratado el tema del agua, empezando por la ya citada Conferencia de Mar del Plata (Argentina), organizada por las Naciones Unidas.

1.1. Evolución hacia los foros del agua

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua de 1977 fue un evento internacional de características especiales, ya que se tomó por primera vez el agua como un elemento natural indispensable que debía ser conside-

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rado de manera integrada. Hasta ese momento, todas las reuniones y acuerdos anteriores habían tomado en cuenta el agua como recurso para ser utilizado en un sector especíico194. A pesar de todo, la gestión del agua no fue objeto regu-lado por esos tratados o acuerdos especíicos. Para ello, se requería una visión interdisciplinaria e interjurisdiccional, y esa complejidad en el asunto fue precisamente lo que impulsó a convocar una conferencia que trata la gestión del agua desde una perspectiva multidisciplinar.

Pero, antes de ella, muchos temas relacionados con los recursos hídricos fueron tratados, principalmente por la situación crítica que suponían en muchas regiones del mundo. Del 5 al 16 de junio de 1972 se celebró en Estocolmo la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano195, que aprobó el Plan de Acción para el Medio Humano, que incluye una serie de recomendaciones referidas al medio humano y a los recursos naturales, de las que seis196se reieren especíicamente a las cuencas luviales y otros temas relacionados con el agua197. Para dar continuidad a las decisiones que se adoptaron, las Naciones Unidas crearon en 1973 el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), con sede central en Nairobi (Kenia), cuyo propósito es promover la administración equilibrada

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de los recursos naturales para que puedan constituir la base para el desarrollo del medio ambiente.

Casi a la par que la Convención del Agua del Mar de Plata, se celebró la Conferencia de las Naciones Unidas para Combatir la Desertiicación198, con la inalidad de tomar medidas para paliar los efectos de la desertiica-ción, provocada por las sequías, que azotaban especialmente, desde la década de los sesenta, a los países del Sahel199. Esta Conferencia tomó «prestadas» algunas de las recomendaciones del Plan de Acción de la Conferencia de Mar del Plata, a partir de las cuales desarrollaron algunos de sus principios, entre los que cabe destacar el siguiente:

Se debe prestar atención a la conservación y uso sensatos de los recursos hídricos en cada región, incluyendo la utilización justa y equitativa de las aguas de los ríos internacionales, lagos y acuíferos subterráneos.

El Plan de Acción de esta Conferencia contra la Desertiicación200fue muy ambicioso, pero en la práctica no fue demasiado exitoso, y supuso un fracaso debido en gran medida a la falta de medios institucionales y de soporte inanciero suiciente para realizarlo. Sin embargo, fueron documentos que inlu-yeron en el tratamiento posterior del tema, especialmente en el PNUMA201.

Como resultado de todos esos trabajos, la Conferencia que se convocó en París a tal in adoptó, el 17 de junio de 1994, la Convención de Lucha contra la Desertiicación, que entró en vigor el 26 de diciembre de 1996. Asimismo, también se estableció el Comité para Examinar la Aplicación de la Conven-

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ción, aunque la efectividad de los proyectos dependerá en gran medida de la cooperación entre los países parte. La octava sesión de las Conferencias de las Partes (COP8), que tuvo lugar en Madrid (España), del 3 al 14 de septiembre de 2007, adoptó la Declaración de Madrid202, que expresa, entre otras conclusiones, que:

Las tierras secas representan la última frontera donde se debe ganar la batalla de la gestión sostenible del territorio y del agua.

A pesar de que la desertiicación y la sequía guardan una estrecha rela-ción con el agua, esta es la única referencia a la misma que la Declaración de Madrid contiene, ya que pone mayor énfasis en el cambio climático.

Otro tema de vital importancia durante la década de los setenta fue la calidad de los asentamientos humanos, que estuvo bajo la consideración de la Asamblea General a través del Comité de Vivienda, Construcción y Plani-icación del Consejo Económico y Social203. Se estableció así la Fundación de las Naciones Unidas para el Hábitat y los Asentamientos Humanos (ONU HÁBITAT), que comenzó sus andaduras en 1975. Entre los meses de mayo y junio del año siguiente se organizó en Vancouver (Canadá) la Conferencia de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos204. La Segunda Conferencia (Hábitat II) tuvo lugar en Estambul, del 3 al 14 de junio de 1996, con el objetivo principal de realizar proyectos y pasar de la formulación de planes a su ejecución. En 2006, y de nuevo en Vancouver, se celebró el Tercer Foro Urbano Mundial, en el que se analizaron los nuevos requeri-mientos de crecimiento urbano a in de mantener la actualidad y la vigencia de las instituciones a cargo del tema. A pesar de que la disponibilidad de agua es elemento esencial para el desarrollo de los asentamientos humanos, ésta no fue considerada en los documentos iniciales de ONU-HÁBITAT, más si tenemos en cuenta que las resoluciones en estos tres temas tan estrechamente ligados (agua, asentamientos humanos y desertiicación) fueron aprobadas en la misma fecha, 19 de diciembre de 1977205. Actualmente, ONU-HÁBITAT

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desarrolla el Programa de Agua y Saneamiento, en el que otorga prioridad a mejorar el acceso al agua potable y el saneamiento a los habitantes urbanos de menores ingresos, especialmente de ciudades de África y Asia.

Sin embargo, no se previeron posibles mecanismos de continuidad ni se creó ningún órgano, convención, reuniones periódicas u organismo especializado que abarcara globalmente la realidad del agua como elemento que regular de manera integral, sino que se preirió continuar con su trata-miento como recurso en su utilización por sectores. Además, desde 1977, las Naciones Unidas no volvieron a convocar otra Conferencia del Agua. No fue hasta 1992 que se celebró en Dublín la Conferencia Internacional sobre el Agua y el Medio Ambiente, aunque su propósito no fue la gestión global del agua.

1.2. Los foros internacionales sobre el agua

En 1952 el Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC) consideró la relación entre el desarrollo económico de los países en vías de desarrollo y los recursos hídricos206, y enfatizó la necesidad de reforzar la cooperación técnica internacional con respecto al desarrollo y al aprovechamiento de esos recursos207. También recomendó al secretario general nombrar un panel de expertos para estudiar las consecuencias del uso de las cuencas luviales y asesorar sobre las medidas que conviene adoptar al respecto208. Ese panel de expertos fue el que puso de relieve en su informe Desarrollo integrado de cuencas luviales209 que la cooperación era el requerimiento básico para desarrollar las cuencas luviales internacionales. También consideró que las normas existentes de derecho internacional eran inadecuadas para impulsar dicha cooperación.

La Primera Conferencia o Foro de las Naciones Unidas sobre el Agua tuvo su origen en diversas reuniones de ECOSOC que tuvieron lugar entre 1971 y 1972210. Basándose en las recomendaciones del panel de expertos, el ECOSOC decidió convocar dicha Conferencia, de acuerdo a la agenda provisional sugerida por el Grupo Intergubernamental de Expertos211, y en cumplimiento de

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sus competencias (artículo 62.4 de la Carta de las Naciones Unidas). Así, la Asamblea General convocó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua, que tendría lugar en Argentina del 7 al 18 de marzo de 1977212. Para un mejor desarrollo de la Conferencia, los gobiernos fueron invitados a preparar informes nacionales en los que debían precisar sus problemas en el sector hídrico y describir las soluciones propuestas. Estos informes regionales213 sirvieron de base al informe preparado por el secretario general214. Además, se recogieron también una serie de documentos sobre temas estratégicos215. En enero de 1977, el ECOSOC aprobó el programa provisional que comprendía dos temas sustanciales: la situación mundial de los recursos hídricos, perspectivas, problemas y opciones de política hídrica; y las recomendaciones para la acción216. El 12 de marzo de 1977 se hizo una reunión previa a la que asistieron los representantes de ciento dieciséis...

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