La responsabilidad decenal de arquitectos y constructores, de J. Cadarso Paláu.

AutorJosé María Chico y Ortiz
Páginas1002-1006

    CADARSO PALÁU, J.: La responsabilidad decenal de arquitectos y constructores. Editorial Montecorvo, S. A., Madrid, 1976.

En esa línea progresiva de publicaciones que respondan a la doble vertiente de la actualidad y el tema original, Montecorvo nos ofrece en esta monografía esa doble exigencia, pues, por una parte, la temática de una responsabilidad de personas técnicas que intervienen en la contracción esta en la zona de la noticia casi periodística y, de otra, el tema que se escoge no es de los que pueden ofrecer bibliografías para su estudio.

Debe ser molesto que a uno se le caiga una casa cuyos planos, construcción y edificación ha dirigido y presenciado; pero «al que anda le sucede».

Page 1003Un descuido, unos sacos de arena en vez de cemento, etc., pueden provocar el hundimiento de algo que estaba proyectado para ser una realidad con vida de largos años. Que esto sucede debe ser cierto, pues de lo contrario no hubieran pensado en esa posibilidad el artículo 1.591 del Código civil y sus antecesores de quienes trae causa. Quizá ahora las casas se caen con más frecuencia que antes-y en esto España, con sus monumentos románicos y góticos, puede ofrecer serios testimonios-, pero también es cierto que ahora las cosas se hacen con más urgencia, las construcciones se multiplican y las noticias de hundimientos se difunden con más rapidez y a mayor número de escuchas.

Prologa el libro monográfico García Cantero, quien es además el director de la tesis doctoral cuyo tema es el que se ofrece, y en sus acertadas precisiones dice que el profesor Cadarso Paláu efectúa una gran aportación a la dogmática del contrato de obra, no limitándose aquélla al concreto tema estudiado, sino a otros puntos, tales como la problemática del contrato que celebran los técnicos de la obra, el subcontrato de obra, la función del promotor o la relevancia de los vicios en el contrato de obra.

En lo que discrepo del prologuista es en esa especie de presentación que del autor hace, ya que dice que no es firma desconocida en las revistas de la especialidad, pues hace algún tiempo se asoma a sus páginas con la publicación de lo que ha dado en llamarse trabajos menores (recensiones, críticas de jurisprudencia, etc.). Esta clasificación que el prologuista parece aceptar entre trabajos «menores» y «mayores» pudiera ser exacta si se la equipara a esas expresiones o giros de nuestra lengua que salen espontáneamente: ¡Eso son palabras mayores! Y cuando uno pretende distinguir entre mayores y menores resulta que no existen grandes diferencias. Pudiera ser que en materia de aguas el matiz...

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