El deber del estado para combatir la violencia contra la mujer y el maltrato familiar: una visión latinoamericana

AutorRoberta Lídice
Páginas105-150
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El Deber del Estado para
Combatir la Violencia Contra
la Mujer y El Maltrato Familiar:
Una Visión Latinoamericana
CAPÍTULO IV
1. Del Enfrentamiento a la Violencia Intrafamiliar
y de Género Como Un Deber Del Estado
El día 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de
la Violencia contra la Mujer, dando inicio a los 16 Días de Activismo con-
tra la Violencia de Género. La violencia contra las mujeres no es inevitable,
pero con la acción de programas especializados, estrategias de prevención
y un movimiento global, podemos prevenir a la violencia contra las muje-
res y niñas antes de que suceda.
Este tipo de violencia hace numerosas víctimas en América Lati-
na, no solamente mujeres, más también, ancianos, niños y adolescentes
golpeados y abusados todos los días, siendo que los crímenes en ámbito
doméstico no ocurren de forma aislada, una vez que siguen una cons-
tancia en sus acciones, no eligiendo edad, cultura, raza, religión o clase
social.
Para el agresor, la víctima es un objeto que le pertenece y cuando
no hace su voluntad, recurre a la violencia, poniendo a la persona por de-
bajo de ello. Todavía, en los días actuales, aún el hombre es considerado
superior a la mujer, mismo con los avances y conquistas, agrandando el
problema de las relaciones domésticas abusivas y violentas. La violencia
VIOLENCIA CONTRA LA MUJER Y MALTRATO FAMILIAR Roberta Lídice
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de género está basada en una relación desigual de poder entre hombres y
mujeres y es necesario un cambio para poner n en esta desigualdad.
No son pocos los cambios que la Ley María de la Peña establece,
tanto en la denición de los crímenes de violencia contra la mujer, como
en los procedimientos judiciales y de la autoridad policíaca. Ella dene la
violencia doméstica como una de las formas de violación de los derechos
humanos. Altera el Código Penal y permite que agresores sean presos en
agrante, o tengan su prisión preventiva decretada, cuando amenacen la
integridad física de la mujer. Prevé, además, medidas de protección para
la mujer que corre riesgo de vida, como el alejamiento del agresor del do-
micilio y la prohibición de su aproximación física a la mujer agredida y a
los hijos.
En ese sentido, los artículos 1 y 2 de la Ley, así disponen:
Artículo 1. Esta Ley crea mecanismos para cohibir y prevenir la violencia domésti-
ca y familiar contra la mujer, en los términos del §8 del Artículo 226 de la Cons-
titución Federal, de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Violencia contra la Mujer, de la Convención Interamericana para Prevenir, Punir
y Erradicar a Violencia contra la Mujer y de otros tratados internacionales rati-
cados por la República Federativa de Brasil; dispone sobre la creación de los Juz-
gados de Violencia Doméstica y Familiar contra la Mujer, y establece medidas de
asistencia y protección a las mujeres en situación de violencia doméstica y familiar.
Artículo 2. Toda mujer, independientemente de clase, raza, grupo étnico, orien-
tación sexual, ingresos, cultura, nivel educacional, edad y religión, goza de los
derechos fundamentales inherentes a la persona humana, siéndole aseguradas las
oportunidades y facilidades para vivir sin violencia, preservar su salud física y
mental y su perfeccionamiento moral, intelectual y social.
De acuerdo con el Manual Enfrentando La Violencia Contra la
Mujer-Orientaciones Prácticas para Profesionales y Voluntarios da Secretaria
Especial de Políticas para Las Mujeres”, hay algunas señales que ayudan a
identicar una relación violenta, siendo estes:
Comportamiento controlador: bajo el pretexto de cuidar, proteger y
ofrecer seguridad, la persona potencialmente violenta pasa a con-
CAPÍTULO IV
EL DEBER DEL ESTADO PARA COMBATIR LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER Y EL MALTRATO FAMILIAR:…
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trolar los pasos de la víctima y a controlar sus decisiones, sus actos y
sus relaciones.
Rápido Envolvimiento Amoroso: puede también señalar peligro. En
poco tiempo, la relación se torna tan intensa, tan insustituible, que
la futura víctima se siente culpable por intentar disminuir el ritmo
del envolvimiento. Es muy común que el agresor diga que ella “es la
única persona que puede entenderlo”, que él “nunca amó a alguien
de aquella forma y estará destruido si ella lo abandona”.
La persona violenta desarrolla expectativas irreales con relación a la
pareja, como la de llenar todas las necesidades de él,exigiendo que la
mujer sea perfecta como madre, esposa, amante y amiga. Acaba co-
locándola en posición de aislamiento, criticando y acusando amigos
y familiares, buscando impedir, de las más variadas formas, que ella
camine libremente, trabaje o estudie.
La persona violenta se muestra fácilmente insultada, herida en sus sen-
timientos o enfurecida, con lo que considera injusticias contra sí.
El autor de la violencia puede revelar crueldad con animales y niños
y/o gustar desempeñar papeles violentos en la relación sexual, fanta-
seando violaciones, desconsiderando el deseo de la pareja o exigien-
do disponibilidad sexual en ocasiones impropias.
El abuso verbales también una señal que puede preceder a violencia
física. El agresor podrá ser cruel, despreciativo, grosero. Intentará
convencer a su pareja de que ella es estúpida, inútil e incapaz de
hacer cualquier cosa sin él.
Cumple resaltar que, si el agresor hubiese cometido otras violencia
en el pasado, él intentará negarlo, responsabilizando a sus víctimas ante-
riores.61 Sin embargo, la educación y los valores aprendidos en la sociedad
61 SOARES, Bárbara M. ENFRENTANDO LA VIOLENCIA CON TRA L A
MUJER– Orientaciones Prácticas para Profesionales y Voluntarios (as). Brasí-
lia 2005. Secretaria Especial de Políticas para las Mujeres.

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