Los daños sociales de género: consecuencias de la crisis/quiebra del sistema capitalista y patriarcal

AutorDiana María Salcedo López
Páginas142-156

Page 142

Ver Nota1

¿Crisis financiera o quiebra del sistema?

Desde 2008, los mensajes reiterados hacia la sociedad española giran en torno a la crisis. Quiebras de bancos, rescates económicos, corralitos financieros, prima de riesgo, inflación, son palabras que se han vuelto comunes en el lenguaje popular.

Durante 2007 y 2009 se vivió en Estados Unidos y en Europa un nuevo ataque de la burbuja inmobiliaria que supuso una fuerte afectación a renglones de la economía local e internacional, principalmente en los sectores inmobiliarios, de la construcción y en la industria automotriz. En España el crack de la burbuja inmobiliaria elevó inmediatamente las tasas de desempleo masculino y desestructuró los servicios financieros con consecuencias nefastas para la sociedad, como la evidente pérdida de poder adquisitivo y la reducción de la capacidad de pago de las clases medias.

La economía había crecido a través de las ganancias especulativas y los créditos ficticios que lejos de ser logros de la economía real llevaban a la inestabilidad del sistema. En el 2010 esa inestabilidad produjo las primeras reducciones en los derechos sociales del Estado de bienestar que durante largos años acompañaron a la sociedad española. La incapacidad de pago de las hipotecas que la clase media había adquirido con el sistema financiero nacional, para comprar bienes inmuebles y pagarlos en plazos de 20 y 30 años, llevó a la crisis de los bancos nacionales. Esa crisis generó que el gobierno de España tuviera que aceptar dinero de la Troika

Page 143

para rescatar a los bancos, con dinero público, mientras reducía su déficit público recortando sus principales prestaciones.

¿Dónde se focalizaron los recortes? Evidentemente en los servicios que para el Gobierno parecían más fáciles de eliminar, los servicios sociales. Dichos sectores han estado históricamente feminizados, en doble vía. Por un lado, la mayor parte de quienes prestan materialmente estos servicios sociales (comedores comunitarios, servicios sanitarios, centros de día para personas mayores, entre otros) son mujeres; y por el otro, quienes de forma mayoritaria se benefician de ellos también son mujeres. Las consecuencias de su recorte son obvias: no solamente se elevó la cifra —ya escalofriante— de paro femenino, sino que también se minimizó el soporte del bienestar social del cual también el Estado es responsable.

¿Realmente estamos viviendo una crisis financiera? Los análisis feministas sugieren que la crisis actual es producto de la acumulación de múltiples fallos, que terminaron en un estallido financiero, los cuales permiten advertir la quiebra o la eclosión final del sistema de producción y acumulación capitalista.2Como es sabido, este sistema se ha construido sobre una estructura patriarcal de dominación fundado en una lógica de desigualdad de poder, ampliamente jerarquizada y que privilegia a los hombres. La división sexual del trabajo que lo sustenta se ha apropiado de la fuerza de trabajo femenina, que es invisibilizada y naturalizada mediante el mito de la mujer-madre-esposa, mien-tras que le confiere rédito político y social al trabajo masculino, remunerado y público, consagrándole como «el ganador del pan». Bajo este sistema la vida no es un fin en sí mismo, por ello, reduce lo económico al proceso de producción y de distribución mercantil que crea mecanismos para colmar deseos y no para satisfacer las necesidades básicas de los seres humanos.

Este conflicto entre el mercado y la vida ha llevado a que se produzca la crisis multidimensional actual que afecta también al medio ambiente, a la producción alimentaria, a la reproduc-

Page 144

ción misma de la vida y de la fuerza de trabajo. Un sistema capitalista y patriarcal que solo tiene en cuenta el beneficio personal del individuo masculino, es un sistema depredador (Carrasco, 2012) que está llamado a extinguirse, por la vía de la lucha social y de la garantía de los derechos de las personas.

El presente trabajo busca identificar los principales factores de daño social de género en medio de la crisis actual del sistema, poniendo de presente su relación con la opresión estructural que las mujeres han sufrido bajo la dominación capitalista y patriarcal.

Un daño social diferenciado y exacerbado: las facetas de género de la crisis

El daño social que la crisis/quiebra del sistema ha producido en las mujeres es la consecuencia de las múltiples formas de opresión ejercidas en la vida de las mujeres. Desde la filosofía política se asume que la opresión puede presentar cinco formas: I) la explotación, que se define como el proceso sostenido de transferencia de los resultados del trabajo de un grupo social en beneficio de otro; II) la marginación, que se relaciona con la posición de las personas a las que el sistema de trabajo no quiere o no puede usar; III) la carencia de poder, que designa una posición en la división del trabajo y en la sociedad y habilita las posibilidades de acceder a espacios que le permitan usar sus capacidades; IV) el imperialismo cultural, que describe el fenómeno que se produce cuando los rasgos dominantes de una sociedad vuelven invisible la perspectiva particular de un grupo, estereotipándolo y señalándolo como el otro, reforzando así su posición de inferioridad y subordinación; y V) la violencia, que se entiende como un fenómeno de injusticia social de carácter sistemático, cuyo objetivo es dañar o humillar a la persona o al grupo y mantenerlo/s en estado latente de riesgo, esperando ser víctimas de ataques casuales, no provocados, sobre su persona o propiedad (Marion Young, 2000, pp. 71-113). Estas caras de la opresión han representado para las mujeres múltiples formas de violencia estructural y directa.

Desde otra mirada estas opresiones y violencias, representan también daños sociales diferenciados e intensificados para las mujeres. De acuerdo con el enfoque del daño social (social harm), estos hacen referencia a todas aquellas situaciones que afectan a

Page 145

las personas durante el ciclo vital. Su estudio implica «tomar en conjunto estas preocupaciones y abarcar las actividades de Estados locales y nacionales, y de corporaciones que son perjudiciales para las personas, ya sea respecto de la falta de alimentos sanos, la vivienda o calefacción inadecuadas, los bajos ingresos, la exposición a varias formas del peligro, la violación de derechos humanos básicos y la victimización frente a varias formas de crimen (Hillyard & Tombs, [2004] 2013, p. 184). Este enfoque pretende apartarse de la lógica mercantilista del capitalismo y ubicar en el centro del análisis a las personas y sus afectaciones, aspecto en el que coincide con la perspectiva de la economía feminista.

La relación entre los daños sociales y el objeto de estudio de la criminología ya ha sido analizada en otros capítulos de este libro. Sin embargo, una teoría del daño social no estaría completa si se priva del análisis de género, que permitiría identificar de qué manera los daños masivos y los delitos estatales y corporativos, afectan profundamente la vida de las mujeres, exacerbando las opresiones de las que ya habían sido víctimas, por el hecho de ser mujeres. Como señala Pantazis, «una perspectiva del daño, arraigada en la comprensión de las relaciones patriarcales y capitalistas, puede abordar estas deficiencias ofreciendo una investigación sistemática de los daños que son experimentados por las mu-jeres desde la cuna hasta la tumba» (Pantazis, 2007, p. 140).

El análisis de los daños sociales de género, en este contexto, permite identificar cinco problemas que afectan de manera diferenciada, específica y agudizada a las mujeres por ser mujeres:
I) recortes a los servicios y prestaciones sociales; II) precarización del trabajo; III) desahucios hipotecarios; IV) precariedad económica; y V) violencia directa. Como se verá a continuación, la aplicación del análisis de género a las consecuencias de la crisis en España permite, entre otras cosas, identificar la responsabilidad estatal por el incumplimiento de su...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR