Gestión de riesgos y de crisis en las cuencas fluviales multinacionales: La región del Danubio como ejemplo típico

CargoAcademia Europea de las Ciencias y las Artes

Introducción

El término 'riesgo' describe la posibilidad o el peligro de sufrir daños o pérdidas sustanciales, en este caso para el ecosistema en su conjunto. La gestión del riesgo incluye medidas, tanto para controlar el riesgo como para reducir las consecuencias de cualquier suceso peligroso que pueda producirse. Incluye, por tanto, medidas para evitar o, al menos, reducir al mínimo los daños. Por eso, lo más importante de la gestión del riesgo es prevenir cualquier tipo de crisis o desastre. Sin embargo, una vez ocurrido el desastre, es necesario que entre en juego la gestión efectiva de la crisis para solucionar las problemas que surjan.

La gestión del riesgo incluye medidas para controlar el riesgo y reducir las consecuencias de cualquier suceso peligroso. La gestión de la crisis entra en juego una vez ocurrido el suceso y pretende solucionar los problemas que surjan

En el caso de aguas fluviales es necesario distinguir los aspectos cuantitativos y cualitativos de la gestión de riesgos y de crisis. También hay que tener en cuenta la cuestión de la escala. A escala macro, el foco de atención es toda el área de captación de un río y sus afluentes. Por el contrario, la situación medioambiental en un único punto de la cuenca de un río requiere observaciones y acciones a escala micro. Una gran crisis medioambiental puede aparecer cuando el caudal de agua que lleva un río supera un cierto umbral, y se produce la inundación. Una crisis política puede surgir cuando un país en el curso alto del río empieza a reclamar una cantidad importante del agua del río para fines nacionales, hasta el punto que produce escasez de agua en los países situados río abajo. Desgraciadamente, los conflictos surgidos por este tipo de demanda de aguas parecen ser cada vez más frecuentes en los últimos años, según demuestran las disputas por el agua en los ríos Eúfrates/ Tigris, Río Grande o el Mar de Aral.

La crisis puede surgir como resultado de un amplio abanico de sucesos, tales como el exceso de extracción de agua en el curso alto de un río, la contaminación por ciudades o fábricas, los vertidos químicos, etc.

Los problemas relacionados con la calidad del agua pueden estar producidos por efectos a corto o a largo plazo. El incumplimiento de la normativa de eliminación de aguas residuales por parte de los ayuntamientos y las industrias en el tramo alto de un río puede acabar deteriorando seriamente la calidad del agua río abajo, dando lugar a graves problemas de abastecimiento de agua, elevados costes económicos e incluso a la aparición de enfermedades, por ejemplo, durante el verano. Los efectos catastróficos a corto plazo pueden estar causados por vertidos accidentales de grandes cantidades de sustancias químicas peligrosas procedentes de las industrias, cuando un barco que transporta productos químicos resulta dañado por una colisión o cuando se rompe un dique de retención de desechos de minería.

En los últimos años muchas regiones hidrográficas de Europa han planificado sistemas de gestión del riesgo para solucionar los tipos de problemas enumerados. La mayoría de ellos, no obstante, se centra principalmente en las condiciones geográficas, económicas y políticas locales. Aunque la cooperación bilateral es frecuente, los planteamientos multilaterales son relativamente escasos. La situación actual en Europa todavía se complica más por el hecho de que los planes de gestión del riesgo existentes difieren mucho unos de otros, con lo que la transferencia de información entre los países se hace muy difícil, sobre todo en los casos de emergencia.

Se están realizando esfuerzos para armonizar la gestión del riesgo tanto en la Unión Europea como en los países vecinos y para ampliar los planes de gestión del riesgo relacionados con el agua con el fin de abarcar las cuencas fluviales en su totalidad

Con el fin de armonizar la gestión del riesgo en la Unión Europea y fuera de ella, y para ampliar los planes de gestión del riesgo relacionados con el agua, con el fin de abarcar las cuencas fluviales en su totalidad, el Consejo de Ministros del Consejo de Europa adoptó, en marzo de 1987, la resolución (87)-2 y estableció un Acuerdo Parcial Abierto intergubernamental, denominado Acuerdo EUR-OPA sobre Grandes Peligros. Posteriormente, la Secretaría Ejecutiva de EUR-OPA en cooperación con la Agencia Espacial Europea (ESA) organizó diversas conferencias (por ejemplo, el Foro de Estrasburgo entre el 19 y el 21 de noviembre de 2001, y el Foro de Montpellier entre el 12 y el 14 de diciembre del mismo año), para discutir el problema de la gestión del riesgo y para formular las estrategias adecuadas para el posterior desarrollo de la seguridad medioambiental en Europa. Los antecedentes de este proceso se encuentran en el marco del Plan de Acción GMES (Global Monitoring for the Environment and Security, Vigilancia mundial del medio ambiente y la seguridad) de la Comisión Europea, que entró en vigor en 2001. Se eligieron tres cuencas hidrográficas como modelo: la cuenca del Mosa, el Arco Latino (región costera que va desde Portugal a Italia) y la cuenca del Danubio. De estas tres, la cuenca del Danubio parece ser la más interesante ya que esta región comprende 13 países (figura 1), algunos de los cuales son estados miembros de la UE, mientras que otros se encuentran en periodo de preadhesión y otros son países candidatos. Además, la situación económica de los distintos países es muy diversa, así como su reciente historia política.

La cuenca del Danubio es quizá la región más interesante para una gestión del riesgo coordinada, ya que comprende 13 países, algunos de los cuales son estados miembros de la UE, mientras que otros se encuentran en periodo de preadhesión y otros son países candidatos

Medidas concretas en la región del Danubio

En noviembre de 2001 se celebró en Budapest (Hungría) la primera conferencia de la Academia Europea de las Ciencias y las Artes sobre 'El agua en Europa' (Wilderer et al., 2002). El encuentro duró dos jornadas y su objetivo era adquirir un mejor entendimiento de las interdependencias específicas en la cuenca del Danubio entre el agua del río, los problemas ecológicos y medioambientales, las cuestiones sociales, las relaciones económicas y la cultura (figura 2). Esta matriz compleja fue discutida en su totalidad, teniendo en cuenta no sólo las cuestiones ecológicas, sociales y económicas, sino también las tradiciones, las creencias, los sentimientos y las ideas estéticas.

Figura 1. La cuenca del Danubio

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Se eligió la cuenca del río Danubio como modelo para otras regiones hidrográficas. Se caracteriza por unas raíces históricas y culturales comunes, por un origen común del agua y por una historia y una cultura básicas comunes. Sin embargo, los países de esta región han experimentado situaciones políticas y económicas muy diferentes en el siglo pasado. Actualmente, algunos están en proceso de convergencia con la Unión Europea. En muchos aspectos, el Danubio es literalmente el alma de la región. El hombre y la naturaleza, la economía y el bienestar de la gente dependen, entre otros factores, de este río y de la cantidad y calidad de sus aguas.

Aunque comparten muchas características históricas y culturales, así como un origen del agua común, los países de la cuenca del Danubio han experimentado situaciones políticas y económicas muy diferentes durante el siglo pasado

Figura 2. Interacción entre el agua y la situación socioeconómica, medioambiental y cultural de una región

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El río sirve como vía de transporte de considerable valor económico. Además, es fuente de energía, de agua potable y de agua para la industria y el riego, así como hábitat de una diversidad de flora y fauna, y un recurso natural para recreo y diversión. El Danubio y el campo adyacente es el hogar de millones de personas que no sólo viven allí físicamente, sino también espiritualmente, y para los que 'El bello Danubio azul' es más que simplemente el nombre de un vals, es una forma de vida.

Así, los participantes en la conferencia acordaron que conseguir mantener y restablecer la belleza del río y el paisaje de sus orillas, desde los manantiales en la Selva Negra hasta su desembocadura a orillas del Mar Negro, sería la principal contribución al desarrollo de la economía y el medio ambiente de la región. Se acordó un memorándum (Memorándum de Budapest, 2002) que reflejaba los principios contenidos en el Convenio sobre Protección del Río Danubio ratificado en 1998, y la reciente comunicación dictada por la Comisión Europea sobre cooperación medioambiental en la región del Danubio-Mar Negro. Las recomendaciones formuladas fueron las siguientes:

Las diferentes comisiones multinacionales que trabajan en y para la región del Danubio deberían aunar esfuerzos, o incluso fusionarse, y tomar así una posición de liderazgo en el proceso de desarrollo económico y conservación de la naturaleza en la región.

Para fomentar el desarrollo sostenible de la región es necesario adoptar medidas transfronterizas y multidimensionales. En este contexto, es necesario poner en práctica una gestión integrada de los recursos hídricos para restablecer el 'Bello Danubio Azul' en términos de calidad del agua y belleza del paisaje ribereño.

Deben ponerse en práctica en la región del Danubio las normas y reglamentos creados en los Estados Miembros de la UE, pero es necesario adaptarlos a las situaciones locales concretas. El Sexto Programa Marco de I+D de la UE puede contribuir al desarrollo de acciones adecuadas, centradas en la gestión de los recursos hídricos.

La UE puede proporcionar un apoyo clave a los países del Danubio en el proceso de poner en práctica estrategias avanzadas de reciclado y reutilización. Deben tomarse medidas para evitar la mezcla y la dilución de las aguas y para capturar, tratar y reciclar todo tipo de aguas residuales.

Prevenir peligros e incrementar la seguridad medioambiental es de gran importancia. Sobre todo, hay que prestar atención a reducir la emisión de nutrientes procedentes de las ciudades, la industria y la agricultura.

La navegación fluvial es un medio eficiente de transporte de mercancías. Desde una perspectiva integrada es necesario fomentarla, tanto por razones ecológicas como económicas.

Para conseguir el desarrollo sostenible se supone generalmente que la estructura social de la sociedad humana, el medio ambiente y la economía de la región deben mantenerse en equilibrio. No obstante, el desarrollo sostenible depende no sólo de medidas socio-económicas y medioambientales sino también de 'medidas estéticas', dado el efecto que pueden tener sobre la sensación de bienestar de las personas.

Con respecto a la gestión de riesgos y de crisis en una región multicultural como la cuenca del Danubio, es necesario tener en cuenta aspectos relacionados con el patrimonio cultural de la región así como parámetros físicos, químicos y biológicos. Sólo así se pueden poner en práctica con eficacia las medidas para hacer frente a los desastres naturales o provocados por el hombre, ya que sólo si se tiene en cuenta el contexto cultural puede comunicarse eficazmente la necesidad de emprender una acción dada, en un momento dado y en un lugar determinado, a través de las fronteras políticas, económicas y filosóficas.

Con el fin de poner en práctica una gestión adecuada de riesgos y de crisis es necesario tener en cuenta factores culturales y lingüísticos para garantizar que sean efectivas las medidas para contrarrestar los desastres naturales o provocados por el hombre

Planteamiento de una gestión multilateral de riesgos y de crisis

Una gestión eficaz de riesgos y de crisis relacionados con el agua exige la formulación y puesta en práctica de una serie de acciones que deberán llevar a cabo (1) los científicos, (2) la sociedad civil y los políticos y (3) los ingenieros. Es muy importante que exista una red de comunicación que funcione rápida y fluidamente entre estos tres grupos de actores. Respecto al caso del Danubio, la comunicación debe funcionar a través de las barreras gubernamentales, administrativas, educativas y lingüísticas que han existido desde 1918. Así, en el caso de que se desencadene una catástrofe, el jefe de la brigada local de bomberos necesita entender las señales emitidas por una estación de vigilancia y evaluación, incluso aunque esté situada muy lejos de su propia jurisdicción, de modo que, por ejemplo, se puedan colocar sacos de arena en el lugar adecuado y en el momento oportuno para evitar o reducir los daños de una riada.

La figura 3 ilustra el sistema de gestión de riesgos y de crisis que hay que montar. Consta de las cuatro etapas siguientes:

Vigilancia

Evaluación

Toma de decisiones

Acción

En el nivel de vigilancia debe obtenerse, de forma continua, información sobre:

la situación real dentro de la cuenca fluvial (por ejemplo, las características del flujo hidrodinámico, la concentración de componentes críticos en el agua y en los sedimentos y los valores de los indicadores que describen las desviaciones y los cambios de la capacidad reproductora de la fauna y de la población microbiana),

la situación geográfica (por ejemplo, el lecho del río, el tamaño y la capacidad de las áreas de retención, la localización de los puntos de descarga de aguas residuales, el uso del terreno urbano y agrícola),

la demanda de agua presente y futura en la región, tanto respecto a la cantidad como a la calidad.

La obtención de datos es muy importante en este contexto. En el caso de que se produzca un accidente, los resultados analíticos deben estar disponibles en un plazo de minutos. La mayoría de los métodos estándar de análisis químico y biológico consumen demasiado tiempo como para ser prácticos en estas circunstancias. Es necesario desarrollar nuevos métodos informáticos de alta velocidad y en tiempo real, y adaptarlos a esta tarea específica. Los métodos de vigilancia por satélite, combinados con análisis de imágenes digitalizados, pueden ser especialmente adecuados, así como los métodos basados en la respuesta de organismos acuáticos que actúan como indicadores.

La obtención de datos es un factor muy importante en la respuesta ante una crisis, y los métodos estándar de análisis químico o biológico consumen demasiado tiempo. Los métodos de vigilancia por satélite y los organismos acuáticos que actúan como indicadores son dos posibles soluciones

Figura 3. Representación esquemática de un sistema avanzado de gestión de crisis y riesgos relacionados con el agua

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Los datos obtenidos deben ser evaluados continuamente con el fin de predecir cambios a corto y largo plazo en el flujo y las condiciones de calidad río abajo, y para predecir acontecimientos no deseables. Los resultados de este ejercicio de evaluación deben estar disponibles dentro del plazo en el que hay que tomar las decisiones, con el fin de iniciar las contramedidas adecuadas. En caso de accidente, el tiempo de que se dispone puede ser de tan sólo unos minutos. Por eso debe poderse contar con ordenadores de alta velocidad y crear y poner en práctica métodos de evaluación matemática/digital de alta velocidad.

Lo más importante es que los resultados de la evaluación de los datos tienen que traducirse en señales que informen a los responsables sobre la situación actual y que los alerten sobre cualquier problema que pueda surgir. Obviamente, no es adecuada una matriz que contenga una gran cantidad de datos analíticos. Los datos deben condensarse en forma de 'indicadores'. En el caso más sencillo, un indicador podría ser un color. El verde podría indicar que todo va bien, el amarillo alertaría a los responsables sobre posibles problemas y el rojo exigiría una acción inmediata.

Cuando es necesario actuar, los responsables de las decisiones que afectan a la cuenca del río en su totalidad, a nivel nacional y/o a nivel local, necesitan más asesoramiento. Para facilitar el proceso de toma de decisiones es necesario identificar de antemano un conjunto de hipótesis sobre catástrofes. La simulación digital realizada a partir de los datos actuales podría ayudar a elegir las contramedidas, siendo éste el método que proporciona las mayores posibilidades de evitar o limitar los daños o pérdidas. Pero, de nuevo, los resultados de la simulación por ordenador tienen que estar disponibles casi instantáneamente, y los resultados tienen que poderse entender en Alemania, en Bulgaria o en cualquier otro país de la cuenca del Danubio. La dificultad de crear un sistema de gestión de riesgos y de crisis como éste es considerable, pero el resultado compensa el esfuerzo.

Para facilitar el proceso de toma de decisiones es necesario identificar de antemano un conjunto de hipótesis sobre catástrofes. La simulación digital realizada en base a los datos actuales podría ayudar a elegir las contramedidas

Conclusiones

Los riesgos que afectan a las aguas fluviales están aumentando a causa del cambio climático y del crecimiento económico, y estos riesgos afectan en particular a la región del Danubio. Con el fin de reforzar la seguridad económica y medioambiental en Europa, en el contexto del progreso hacia la integración europea, es necesario crear y poner en práctica un sistema moderno de gestión de riesgos y de crisis.

Tal sistema no sólo sería aplicable a las cuencas de los ríos europeos, sino también a otras regiones hidrográficas del mundo.

La creación de dicho sistema requiere la integración de diversas disciplinas científicas y una estrecha cooperación con la administración y las empresas así como con la sociedad civil. Una posible solución sería la creación de un grupo de trabajo que reúna la experiencia de las disciplinas científicas relacionadas con el problema y la de grupos de la sociedad civil.

Palabras clave

inundaciones, vertido accidental, indicadores, modelización y simulación, comunicación transfronteriza

Referencias

Wilderer, P.A., Huba, B. y Koetzle, T. (eds.). Water in Europe: The Danube river ¿ Life Line of Greater Europe. Annals of the European Academy of Sciences and Arts, vol. 34. Georg Olms Verlag, Hildesheim, Zurich,/Nueva York, 2002.

Budapest Memorandum on the Danube River Basin. En: Water in Europe: The Danube river ¿ Life Line of Greater Europe (P.A. Wilderer et al., eds). Annals of the European Academy of Sciences and Arts, vol. 34. Georg Olms Verlag, Hildesheim, Zurich/Nueva York, 2002.

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