La criminalidad como fuente histórica

AutorRaúl Ramírez Ruiz
CargoProf. Universidad Rey Juan Carlos
Páginas379-405

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La posibilidad de estudiar la criminalidad como fuente histórica surgió en el transcurso de las investigaciones conducentes a la realización de la tesis doctoral «Córdoba y su provincia 1902-1931» 1. Se trataba de una tesis centrada en el estudio histórico de dicha provincia española durante los treinta años del reinado de Alfonso XIII en todas las facetas de su evolución. Si como decía Tardé, "cada sociedad tiene los criminales que se merece", es decir, la criminalidad es un correlato exacto del desarrollo social, este campo no debía ser excluido de una investigación de carácter histórico. Pero antes de emprender el estudio de la criminalidad de una sociedad debemos conocer con qué tipo de sociedad estamos trabajando.

I Córdoba: territorio objeto del estudio

La provincia de Córdoba es un territorio de 13.770 km2 (15 por 100 de Andalucía), totalmente interior, alejada de la costa y con perfecta centralidad de la capital dentro de su jurisdic ción. El territorio provincial se halla dividido en dos grandes regiones naturales, al norte y sur del Guadalquivir, en cuatro comarcas históricas, dieciséis partidos judiciales y setenta y cinco municipios, de una gran diversidad geológica, económica y demográfica. Huyendo de una excesiva minuciosidad se puede dividir el territorio provincial en cinco Page 380 grandes áreas: Campiña, Córdoba capital, Guadiato, Pedroches y Subbética 2.

Históricamente la provincia de Córdoba vivió a lo largo de los treinta primeros años del siglo XX una etapa de desarrollo económico y social. En ellos encontramos una expansión demográfica constante y tendente a la urbanización, pues al final del reinado la población había crecido un 32 por 100.

El progreso económico hará que el peso de la agricultura descienda en la misma proporción en la que se incrementa el del binomio indus tria-comercio. El cambio de tendencia que marca el incremento de estos últimos sectores se produce en torno a 1916, y, en correspondencia absoluta con él, se produce el cambio social.

Todo este desarrollo no fue lineal, sino que se produjo en virtud a dos momentos fundamentales: la crisis social padecida por la provincia entre los años 1917 y 1921 y la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930). La crisis se extendió entre 1917 y 1921 y afectó a todo el mundo político-social de la época. La inflación, consecuencia de la Gran Guerra, disparó los precios de las subsistencias; detuvo los procesos de urbanización de las poblaciones y estructuración del territorio que se venían desarrollando desde principios de siglo, con lo que contribuyó a colocar en una mayor indefensión a la población que se vio afectada por un incremento de su morbilidad al sumarse a un recrudecimiento de las enfermedades endémicas -viruela, tuberculosis y, en menor medida, paludismo- la epidemia gripal; y quebró el sistema político. Este último había vivido una época de especial dinamismo entre 1910 y 1916 pero con los acontecimientos del llamado trienio bolchevique (1918-1920) entró en una fase de «desorientación». Las anteriores circunstancias indican el fin de un ciclo y el comienzo de otro. La dictadura fue un lapso temporal decididamente «particular» dentro del discurrir del reinado. En ella fructificaron todos los procesos de desarrollo puestos en marcha en los veinte años anteriores.

Pero pese a todo este desarrollo la provincia de Córdoba en estos años no dejó de ser una sociedad rural con la única excepción de la capital. En el que la capital, por su tamaño demográfico, se diferenciará, cada vez más del entorno. Aún así existen diferencias sustanciales Page 382 que nos permiten hablar de dos regiones de desarrollo paralelo y divergente, situadas al norte y sur del Guadarquivir. Dejando al margen a la capital, dentro de esas dos zonas naturales se produce un efecto paralelo consistente en la subordinación de una de sus comarcas a la otra. En el norte, los Pedroches quedan sujetos a la evolución minera del Guadiato y en el sur, las Subbéticas estuvieron subordinadas a la Campiña. Junto a esta división estructural, casi impuesta por la realidad geográfica, se establece una gradación de desarrollo comarcal. Ésta en ca, se establece una gradación de desarrollo comarcal. Ésta en sentido decreciente es la siguiente: capital, Guadiato, Campiña, Pedroches y Subbética. Las dos últimas presentan, hacia el final del reinado, una tendencia a intercambiar sus posiciones.

II El estudio del crimen. La fuente y el método: libros de sentencias y norma hipotética o índice unidad

Los Libros de Sentencias de lo Criminal y por Jurado, que se conservan en el Archivo de la Audiencia Provincial de Córdoba, han sido la fuente básica para dicha tarea. Éstos están caracterizados por presentar la información ordenada de forma secuencial lo que permite el tratamiento estadístico 3 así como un seguimiento espacial y temporal pormenorizado del tipo de causas vistas en cada una de las dos Secciones (Salas) que tenía habilitada la Audiencia cordobesa a comienzos del siglo XX para juzgar cuestiones relacionadas con la esfera penal.

Por lo demás, las potencialidades ofrecidas por la mencionada fuente no se limitan al análisis de estos elementos cuantitativos (relación completa y extensa de causas juzgadas), sino que, desde el punto de vista cualitativo, aportan un amplio abanico de información tanto sobre los hechos delictivos como de sus autores materiales, permitiendo así construir el perfil de unos y otros.

Desde el punto de vista estrictamente técnico hay que señalar que la colección de dichos volúmenes comienza en el año 1880, extendiéndose de forma ininterrumpida durante todo el siglo XX. Del período objeto de este estudio, 1902-1931, se conservan en la Audiencia casi todas las sentencias dictadas por los tribunales provinciales, encuader-Page 382nadas en los referidos libros, con la salvedad de los tomos correspondientes al año 1902 y los de alguna sección -sala- de los demás años del primer lustro estudiado 4, siendo, en total setenta y seis libros de sentencias de lo criminal y dieciocho de jurado 5.

A la hora de enfrentarnos a la selección y posterior análisis de dicha documentación recurrimos a la formulación de un método estadístico, tomando una porción representativa de la totalidad. Ésta debía abarcar entre el 5 por 100 y el 10 por 100 de las sentencias, procurando que la misma representara todo el período cronológico y el ámbito geográfico de la provincia. Ello lo conseguimos tomando una muestra equivalente al 10 por 100 de los fallos en más de la mitad de los años del período a estudiar, en ambas secciones de la Audiencia 6.

El segundo componente básico de la metodología, tendente a asegurar la representatividad de la selección de sentencias, fue la aleatoriedad de la muestra, pues podríamos caer en lo que otros autores han llamado «la atracción del escándalo» 7, ya que lejos de fijar nuestra atención en los casos y períodos de especial confl ictividad, buscábamos las constantes y los cambios de la estructura social a lo largo de todo el período, por encima de anécdotas y crisis coyunturales que pudieran ser sobredimensionados por su intrínseco atractivo. Estas gotas de anarquía, a la hora de escoger los fallos objeto de nuestro posterior análisis, nos obligó, en consecuencia, a una gran disciplina a la hora de respetar la metodología. Los libros -varios por cada año natural- están divididos por sala, y dentro de cada sección presentan una ordenación cronológica de cada una de las causas juzgadas, que, a su vez y debido a que suele haber más de un fallo por día, están numeradas correlativamente, desde el primer día hábil de Page 383 enero al que corresponde el ordinal uno -1-, al último de diciembre. Una vez escogido el año y su correspondiente sección, procedíamos a averiguar cuántas sentencias contenía dicho volumen y con esa cifra obteníamos la del 10 por 100 que debíamos extractar. Tras conocer dicho número se seleccionaban de antemano, y a libro cerrado, cuáles serían las estudiadas, aplicando varios métodos aleatorios para impedir cualquier posible constante en la muestra causada por el sistema elegido o por el de los agentes judiciales encargados de la encuadernación de los volúmenes.

Este factor de azar fue aplicado también a la selección de los años. Se han extractado de las sentencias de lo Criminal: 1903, 1904, 1905, 1906 8, 1907, 1909, 1912, 1913, 1915, 1918, 1920, 1921, 1923, 1926, 1927, 1929, 1931. Y por Jurado: 1902, 1905, 1907, 1909, 1911, 1913, 1915, 1917, 1919, 1921, 1923 9.

Para abordar el estudio de ambos tipos de sentencias, y con el fin de describir los hechos y sistematizar las acciones delictivas, procedimos a informatizar los datos con una ficha por cada causa, común para ambos tipos de resoluciones judiciales, con independencia de la composición del tribunal que las dictó. La decisión de crear una ficha-causa en lugar de otra ficha-individuo, vino determinada por el objetivo de la investigación, que centraba nuestro interés en el hecho ilegal como reflejo de la sociedad que lo engendra, y no, especialmente, en el individuo-delincuente 10, aunque gracias al tratamiento dado a la información éste también pueda ser estudiado.

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Una vez recopiladas las sentencias se procedió a catalogar y describir la criminalidad presente en aquel tiempo para, posteriormente, someter dicha información a varios análisis en función de dos «categorías analíticas» con el fin de afinar en la búsqueda de diferencias internas dentro de la provincia: la temporal, basada en cada una de las décadas por las que discurrió el reinado (1900-1910; 1911-1920 y...

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