La reducción y bonificación de cotizaciones como instrumento de fomento del emprendimiento y el autoempleo de los jóvenes

AutorJuan Carlos Álvarez Cortés
Cargo del AutorProfesor Titular de Universidad. Universidad de Málaga
Páginas99-129

Page 99

1. Introducción

La Ley 11/2013, de 26 de julio, de medidas de apoyo al emprendedor y de estímulo del crecimiento y de la creación de empleo, se convierte en una medida más de política de empleo y emprendimiento con las reducciones y bonificaciones de las cotizaciones, y con otras medidas que más adelante se comentarán en esta obra, de dos colectivos que por sus especiales características tienen difícil acceso al mercado de trabajo: los jóvenes y discapacitados, también jóvenes, que quieran convertirse en trabajadores autónomos1.

En el marco de la UE, las Decisiones 578/2003/CE, 2008/618/CE y, por último, la 2010/707/CE todas del Consejo, relativas a políticas de empleo de los Estados miembros, prevén que se establezcan medidas para la integración de jóvenes y grupos vulnerables en el mercado laboral, pudiendo establecerse por los Estados cualquier tipo de medida, incluidas reformas que incluyan incentivos fiscales y financieros para que el trabajo se más atractivo y fomente la participación en el mercado laboral de los grupos desfavorecidos. Más aún, la UE ha previsto Fondos Estructurales para paliar este enorme problema del desempleo juvenil en estados miembros, como el nuestro, que tienen más índice de paro en este colectivo, creándose equipos de acción para el fomento del empleo2. Más recientemente, en este mismo ámbito, abunda en esta cuestión la Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo,

Page 100

al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones, “Promover el empleo juvenil”3.

Asomándonos a cualquier estudio estadístico del mercado de trabajo en España, puede conocerse, sin discrepancia alguna, como en España en los últimos años se ha destruido más empleo y más rápidamente que las principales economías europeas. Ese crecimiento inusitado se ha debido, en gran medida, a la caída de un sistema productivo mal estructurado, centrado de forma preferente en los últimos años en un único sector económico.

Es por eso por lo que desde hace un tiempo el ejecutivo, a través de la figura del Real Decreto Ley, de los que no solo ha usado sino también abusado, ha tratado de solventar este problema de alta tasa de paro (sin mucho éxito hasta el momento, dicho sea de paso), bien sea intentando potenciar la contratación por cuenta ajena o bien fomentando el autoempleo. Aunque en este caso el Gobierno ha dado trámite parlamentario al RD–Ley 4/2013, fruto del cual es la Ley 11/2013 que ahora se comenta.

También se evidencia de los datos que la falta de empleo afecta en mayor medida a los jóvenes, algo que no es nuevo ya que este colectivo siempre ha estado duramente castigado por el paro en nuestro país. Datos terroríficos durante el tercer trimestre de 2012, que arrojan una tasa de desempleo del 54,1% para los jóvenes menores de 25 años en España, más del doble de la media de la UE–27 (23%).

La Ley 11/2013, de 26 de julio, de medidas de apoyo al emprendendor y de estímulo del crecimiento y de la creación de empleo se adopta como una norma más que pretende la búsqueda del crecimiento económico y la creación de empleo.

Por lo que nos interesa, sirve además para desarrollar el vigente Programa Nacional de Reformas y al Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven 2013–2016, ambas fruto de políticas “sugeridas” en gran medida por la Comisión de la Unión Europea.

Como se conoce, el Programa Nacional de Reformas de mayo de 20124 pretende la implantación de diversas medidas para asegurar la eficacia y eficiencia de las políticas activas de empleo. En la intención de mejorar la empleabilidad de los desempleados, entre otras cosas, se procederá por el Gobierno a reorientar los programas de promoción del empleo, priorizando que el gasto de incentivos económicos se destine

Page 101

a los colectivos con mayores problemas de inserción laboral. Y, por supuesto, el elevado desempleo juvenil es uno de los problemas más acuciantes de la economía y de la sociedad española y, como tal, objeto de atención preferente. En virtud de esta máxima, se establece el empleo juvenil como objetivo transversal y prioritario de la reforma del mercado laboral y de las políticas activas de empleo, fomentándose como vía alternativa para la inserción laboral de los jóvenes, entre otras medidas, el autoempleo. Ello se conecta con otro de los objetivos de este Programa: el emprendimiento, como motor básico para la consecución del crecimiento económico y el empleo. Mientras que llega el momento de la adopción de la tan publicitada Ley de Apoyo a los Emprendedores, la Ley 11/2013 se muestra como una norma avanzada de la misma, en la que se incluyen ventajas en materia de Seguridad Social para potenciar el trabajo autónomo y el inicio de actividades de economía social.

Por su parte, de forma específica se ha adoptado la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven 2013–20165, que pretende abordar, según el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, tanto los problemas estructurales del desempleo juvenil como los de índole coyuntural como consecuencia de la actual situación económica. Sus objetivos tienden a “mejorar la empleabilidad de los jóvenes, aumentar la calidad y la estabilidad del empleo, promover la igualdad de oportunidades en el acceso al mercado laboral y fomentar el espíritu emprendedor”. Para ello se pretende “incentivar la contratación y la iniciativa empresarial entre los jóvenes, adecuar la educación y la formación que reciben a la realidad del mercado de trabajo y reducir la tasa de abandono escolar temprano”.

Pues bien, dicha Estrategia contempla 100 medidas de distinto impacto, calificando, por lo que nos interesa, como “medida de choque o de alto impacto”, entre otras, el fomento del emprendimiento y autoempleo a través de la creación de diversas medidas, de las que destacamos, por referencia al objeto de este trabajo: una “tarifa plana para jóvenes autónomos”; una política llamada eufemísticamente “emprende con crédito” que comprenden, entre otras, la compatibilización de las prestaciones de desempleo con el inicio de una actividad por cuenta propia, la ampliación de las posibilidades de la aplicación de la capitalización por desempleo para el ejercicio de una actividad emprendedora y otras medidas para la mejora de la financiación; la mejora llamada “emprende con red” que supone una protección adicional a los autónomos para facilitarles el acceso a la protección por desempleo reanudando el cobro de dicha prestación si se produce la baja en la situación de trabajador autónomo antes del quinto año de actividad;

Page 102

finalmente, la política de “emprendimiento colectivo” como comienzo de la economía social para los desempleados menores de 30 años.

Estas diversas medidas tienen su origen, quizás, en la creencia por parte del Gobierno, de que se carece de una cultura del “emprendimiento” en el sentido de falta de vocación para crear proyectos empresariales que ha de desarrollarse entre la población y también, de otro lado, en la necesidad de prestar ayuda a este colectivo para poder iniciar el proyecto empresarial e incluso, una vez iniciado el negocio, pueda afrontar los distintos problemas que puedan padecerse en la gestión empresarial. Con todo ello, pretende conseguirse fomentar el espíritu empresarial6.

La Ley 11/2013 trata de dar desarrollo, entre otras cuestiones, a esta Estrategia. Según contempla en su exposición de motivos, los autónomos y las pymes son los que constituyen uno de los principales motores para dinamizar la economía española. Debe destacarse la importancia y la necesidad de esa dinamización para superar el bache económico por el que atraviesa nuestro país. En el mismo sentido, el Informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) establece que la actividad emprendedora y la creación de nuevas iniciativas empresariales, en España, están cada vez mas identificadas como elementos esenciales para la futura prosperidad de su economía. Así, “el emprendimiento es la vía por la cual se puede estimular y conducir la necesaria transformación del tejido económico...”.

En lo que respecta al emprendimiento, encontramos las medidas contempladas en el Título I del mismo, donde se recogen una serie de reformas encaminadas a favorecer el autoempleo como medio para combatir el desempleo. Dichas medidas están recogidas en el Capítulo I y II de este Título, con el fin...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR