Costumbres regionales en la propiedad inmueble

AutorF. Pinol
Páginas223-225

Page 223

La escasez de viviendas que se observa en tudas las naciones, principalmente en las grandes urbes, muéveme a escribir este opúsculo para dar a conocer una costumbre arraigada en mucha.s poblaciones de Cataluña y especialmente en la comarca de Urgel, provincia de Lérida, que ha contribuido a duplicar, y hasta triplicar, el censo de población en no pocas aldeas, convertidas actualmente en poblaciones de relativa importancia. El pueblo catalán ha sido siempre previsor, estimulando el ahorro en los niños desde su corta edad enseñando los padres, abuelos y allegados, desde tiempo inmemorial, a sus hijos, nietos y parientes a conservar y aumentar su peculio juvenil recordándoles, al obsequiarles con dinero en días de fiesta o en conmemoración de su natalicio o de su santo no deban gastarlo en golosinas u otras diversiones más o menos pecaminosas, y aconsejándoles lo «guarden todo o parapara que, cuando reúnan el necesario, puedan adquirir algún objeto útil y que sea de su agrado, y cuando va son mayorcitos, lo inviertan en la adquisición de un semoviente dedicado a la cría o a la recría, con lo cual aumentan paulatinamente su pequeño capital, estimulando el instinto adquisitivo desde la infancia, cundiendo entre ellos el ejemplo. A eso es debido el acendrado individualismo catalán y el apego a lo suyo, aun entre padres e hijos y entre hermanos y hermanas.

El derecho de propiedad está separado por completo, y esta separación se observa en todos los órdenes de la vida. De ahí deriva la libertad de testar y disponer libremente de su patrimonio, dejando sólo como legítima una parte irrisoria. Con todo, los padres previsores procuran colocar a sus descendientes en condicio-Page 224nes de independizarse a medida que lleguen a la mayoría de edad o contraigan matrimonio y se separen de la casa paterna. De ahí que, a medida de aproximarse el segundo hijo a la mayoría de edad, adquieran un solar (vulgarmente patio) para edificarle una casa, y tanto el padre como el primer hijo, por regla general heredero, y los demás de la familia vayan acarreando materiales, que depositan en el solar comprado, aprovechando los días en que, por circunstancias especiales no tengan necesidad de dedicarse a sus faenas agrícolas o en otros que por lluvia u otra causa, los considerarían como perdidos, y año tras año van construyendo desde los cimientos hasta tenerlo completamente cubierto el edilicio o casa que ha de servir de morada a una nueva familia, entregándola...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR