Corpus, textos

AutorLuís G. Soto
Páginas33-92

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1. Aristóteles, retrato intermitente

Para1 comenzar, para tantear el terreno y delimitar el campo de nuestra investigación, nos acercaremos a la vida y obra del estagirita.

1.1. Obscured by clouds: vida y nombre de Aristóteles

Poco sabemos, e incierto, de la vida de Aristóteles. Lo cual no es extra-ño, dada la moderada celebridad que, según algunos estudiosos, en vida y post mortem conoció el filósofo, de tal forma que fue, casi solamente, tras el tardío éxito de su obra, y a distancia plurisecular, cuando fueron escritas, muchas veces abiertamente «noveladas», las páginas de su biografía. Para otros eruditos, en cambio, es ya la gloria de su nombre2, su rastro personal, lo que llevó a la magnificación, tan ocultadora como la denigración también existente, de la vida del estagirita. En cualquier caso, pues, vivió, y quedó, obscured by clouds: o sea, en las sombras sin límite del desconocimiento y/o bajo las nubes inmensas del reconocimiento.

En consecuencia, a pesar del material relativamente abundante que nos legó la antigüedad, las tentativas biográficas, pues, han de contentarse, después de una rigurosa indagación e investigación histórico-filológica, con unas fuentes fiables escasas y unos pocos datos seguros, suficientes empero,

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cuando menos (y como mucho), para trazar un perfil y seguir el rastro vital del estagirita, moviéndose para lo demás en la conjetura.

Acabando el siglo XX, Anne CAUQUELIN3 realizó una curiosa aproximación a la biografía del filósofo: Aristote (CAUQUELIN, 1994)4. No hallamos empero, en su texto, una indagación biográfica sino una reconstrucción o, más bien, una «recreación» biográfica: una ojeada a la vida de Aristóteles, basada sí en (algunas) fuentes documentales pero leídas a la luz (de algunos apuntes) de sus obras. En esto, en su tenor general, este trabajo contrasta, a ojos del lector informado, con estudios anteriores difícilmente ignorables, de entre los que vamos a recordar, por su modélica especificidad entre las indagaciones realizadas en el siglo XX sobre la vida del estagirita, las aproximaciones biográficas debidas a Werner JAEGER, Ingemar DÜRING y Anton-Hermann CHROUST.

Para comenzar, estos tres investigadores han realizado pesquisas biográficas, aunque de diferente sentido, con un importante recurso a las fuentes, que, con alcance vario, son visitadas y revisadas en sus trabajos. La investigación histórico-filológica, más o menos amplia y honda, es lo que da, además de sustento (como por cierto en el libro de CAUQUELIN), consistencia a sus respectivas propuestas biográficas. Que son, como veremos, muy diferentes: no porque diverjan en actos y hechos las vitae aristotélicas que los tres proponen, aunque existan a este respecto algunas discrepancias significativas, sino por las distintas perspectivas, tratamiento metodológico y objetivos programáticos, con que se acercan al periplo vital del estagirita.

Por su parte, JAEGER, en Aristoteles. Grundlegung einer Geschichte seiner Entwicklung (Berlin, Weidmannsche Buchhandlung, 1923)5, traza sobre todo una biografía intelectual del filósofo, mas con el telón de fondo de su peripecia vital, aportando en ella incluso nuevos datos o, digamos, otra luz sobre algunos episodios. Tuvo un no pequeño impacto en la historiografía aristotélica, siendo tales aportes a veces bastante controvertidos y hasta incluso frontalmente contestados. Después, DÜRING, en Aristotle in the ancient biographical tradition (DÜRING, 1957), realiza una pesquisa en el material documental (en síntesis, las varias vitae Aristotelis, que edita y comenta, junto con las diferentes referencias historiográficas dispersas, que colecciona y asimismo comenta). Con estos materiales efectúa una reconstrucción esquemática y fragmentaria del curso biográfico aristotélico6, que

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posteriormente aparece recogida, y ampliada, en su Aristoteles. Darstellung und Interpretation seines Denkens (Heidelberg, Carl Winter Verlag, 1966)7.

Finalmente, CHROUST, en Aristotle. New light on his life and on some of his lost works (CHROUST, 1973)8, partiendo de las fuentes (eminentemente, las vitae más notables) y de los trabajos de DÜRING sobre ellas, realiza, some-tiendo los materiales documentales a un detallado análisis, some novel interpretations of the man and his life, por decirlo con sus palabras, ofreciendo, en síntesis, una interpretación de la andadura biográfica aristotélica en clave decididamente política, sin agotar en esta dimensión la figura del estagirita.

En esta sumaria panorámica podemos apreciar, espero, el diverso sesgo y tenor general de las indagaciones biográficas de JAEGER, DÜRING y CHROUST, así como su contraste con una recreación biográfica como es esa aportación posterior efectuada por CAUQUELIN. Ahora bien, no es nuestra intención contraponer estos trabajos, sino integrarlos en una misma empresa: procurar reconstruir un esbozo al mismo tiempo «global y parcial» del recorrido existencial del filósofo de Estagira. Exactamente, querríamos intentar hacer una pequeña narración biográfica, a un tiempo «sinóptica y fragmentaria», o sea, que mostrase el recorrido general y apuntase algunos eventos, coleccionando (y esparciendo) ordenadamente algunos «biografemas»9, designios y fragmentos de existencia... que habrían de producir, esperemos, alguna suerte de «efecto de realidad»10, capaz de perforar en algún instante las densas nubes del tiempo y la historia que irremediablemente nos velan a Aristóteles11.

1.2. Flash-back: otra vita Aristotelis

Ahora bien, deberíamos precisar un poco más la metodología de nuestra tentativa biográfica. De entrada, contar con todos los estudios a nuestro alcance, eminentemente con aquellos antes citados, no significa que nos vayamos a servir de ellos por igual, ni cualitativa ni cuantitativamente.

Es menester, en primer lugar, aclarar el uso que de ellos vamos a hacer: pues bien, esos trabajos biográficos no serán para nosotros, exclusivamente, una reserva de citas, sino que les otorgaremos, a cada uno según su tenor,

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unas funciones varias en la arquitectura de nuestra propuesta sinóptica y fragmentaria de vita aristotélica. De esa distinta utilización, la razón primera es que, en segundo lugar, es sustancialmente diferente el valor de verdad (la credibilidad histórica-filológica) que cabe atribuir a cada una de nuestras fuentes: de DÜRING a CAUQUELIN, pasando antes por CHROUST y por JAEGER, hay no solo un progresivo alejamiento del material documental, sino también una decreciente precisión de las técnicas interpretativas12. Mas, en tercer lugar, en el empleo de estos estudios, lo que tenemos en cuenta no es solo su valor de verdad, sino también su capacidad expresiva: de ahí, mayormente, viene la reiterada aparición y hasta la relativa preeminencia, de otro modo incomprensible, del Aristote de CAUQUELIN en la «superficie» de nuestra narración. Aproximémonos, pues, algo más en detalle, a la articulación y funcionamiento de estos diversos estudios en nuestro esbozo de vita Aristotelis.

Así, para establecer los datos más generales, en nuestro acercamiento a la existencia y a la figura del estagirita, nos atendremos primordialmente, mas sin ahorrar otras voces, a los estudios de DÜRING. En concreto, no podemos olvidar la cronología biográfica que establece como resultado de sus pesquisas (DÜRING, 1957: 249-250; DÜRING, 1990: 17-19). En síntesis, pues, sus trabajos nos proporcionarán, de un lado, el cuadro general de los hitos de la vida y, de otro lado, la caracterización elemental de los eventos de la biografía, que complementaremos, ora cuestionándolos ora reforzándolos, con las perspectivas de los otros estudiosos colacionándolas oportunamente. Fundamentalmente en este punto, al dotar de cuerpo nuestro esbozo de vita, intervienen las otras voces: con algunas otras, CHROUST, JAEGER, CAUQUELIN. Esta, como apuntábamos, entroncará más de una vez con el hilo conductor de nuestra propia narración. En definitiva, por nuestra parte, iremos haciendo el texto propio, una especie de flash-cutting, tejiendo, entretejiendo críticamente y constructivamente, unos y otros aportes, eminentemente, los debidos a la pluma de los citados JAEGER, DÜRING, CHROUST y CAUQUELIN, con sus peculiares informaciones e interpretaciones.

Ahora, la ocasional preeminencia que otorgamos al texto de CAUQUELIN en nuestra propia narración, es debida a una inicial coincidencia en la perspectiva metodológica, al entender ella la biografía como «retrato». Sumariamente, lo que CAUQUELIN procura, siguiendo en esto el «consejo» del propio Aristóteles, es hacer aparecer «un personaje», uniendo datos de la obra y episodios de la vida13. Tal proyecto comporta, obviamente, una «lectura» de la filosofía aristotélica. Por supuesto, la composición resultante intenta evitar el «fijismo» de las imágenes, conforme a la intención

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inicial que es, en sus palabras, faire bouger la iconografía conceptual y, asimismo, la pictórica14, con que se recubre, digamos, el corpus, vital y textual, aristotélico.

Por nuestra parte, nos proponemos cuando menos vislumbrar al filósofo: contemplar su perfil y su rastro vital en sucesivas y episódicas fulguraciones, que en nuestra opinión la recreación...

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