FERNÁNDEZ DE CÓRDOVA MIRALLES, A.: La Corte de Isabel I. Ritos y ceremonias de una reina (1470-1504)

AutorRegina María Pérez Marcos
Páginas731-734

FERNÁNDEZ DE CÓRDOVA MIRALLES, A.: La Corte de Isabel I. Ritos y ceremonias de una reina (1470-1504), Madrid, 2002 (Edit. Dykinson), 460 pp.

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La Corte constituye un organismo de contornos difusos cuya relevancia política no ha dejado de aumentar desde la Baja Edad Media al compás de la progresiva centralización del poder y del aumento de la autoridad del monarca, que constituye el germen más inmediato de la Administración central. Se trata de un espacio infraestructural jerarquizado, estrechamente vinculado a la persona del monarca, donde se realizan las principales tareas de gobierno y la toma de decisiones que además acoge a la Casa Real, esto es, el complejo orgánico-funcional más cercano a la persona del rey integrado por oficiales elegidos por él y vinculados a él cuya influencia afectó al gobierno de la Monarquía en las etapas anteriores a la abstracción y despersonalización de las tareas de gobierno propia de la Edad Contemporánea en la medida en que algunos oficios públicos habrían tenido un origen doméstico.

La evolución histórica del concepto de Corte en la Baja Edad Media, tanto en Castilla como en Aragón, determinó, tal y como establecen las Partidas, una doble significación Page 732 para la residencia del monarca (sea itinerante o con sede permanente) que comprendía un patrimonio, el personal cualificado para la gestión de ese patrimonio, y el ejercicio de un poder jurisdiccional y político. Así vista la Corte constituía un espacio social dinámico presidido por el rey que siempre le acompañaba, que incluía los territorios contiguos a la residencia real -el rastro- y los campamentos militares desde donde el monarca dirigía la guerra -el real- y que debía satisfacer las necesidades del monarca en sus tres vidas: la espiritual, la natural, y la civil.

Sobre la base de esta consideración, de manera simultánea, se produjo la multiplicación de las funciones de la Corte en virtud de la cual en ella se diferenciaron tres realidades políticas de primer orden: las grandes reuniones políticas de los magnates eclesiásticos y representantes de las ciudades que tomaron forma bajo el nombre de Cortes; las reuniones ordinarias de asesores regios que cristalizaron en el siglo XIV en el Consejo Real; y la Casa del Rey o conjunto de oficiales que le rodean para atender a su servicio personal, al aparato de su figura y para darle apoyo en las funciones políticoadministrativas que dependen de su poder. Así, la Casa Real pasó a conformar un entramado de...

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