La contribución de F. L. Ganshof a la historiografía feudal europea

AutorAniceto Masferrer/Dirk Heirbaut
Páginas641-682

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Una revisión crítica de la historiografía española en torno al feudalismo ganshofiano

El 26 de junio de este año (2005) se cumple el 25 aniversario del fallecimiento François Louis Ganshof (✝ 26 de junio de 1980), uno de los más destacados medievalistas del siglo XX, cuya obra científica ha dejado una huella indeleble, propio de quien le corresponde un destacado puesto entre la nómina de los grandes historiadores de la Europa contemporánea.

Entre las diversas materias sobre los que se ocupó este insigne historiador, conviene destacar el feudalismo, temática sobre la que publicó un estudio monográfico (Qu'est-ce que la féodalité, 1944) -considerado ya clásico-, así como numerosos artículos, publicados en diversas revistas y actas de congresos.

El enfoque ganshofiano del feudalismo terminaría ejerciendo un gran influjo sobre la historiografía no sólo flamenca sino europea en general, origi- Page 642 nando una corriente historiográfica que, guiando el quehacer científico de un gran número de prestigiosos medievalistas a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, recibió el nombre de Feudalismo clásico, según tendremos ocasión de ver.

Se convertía así la obra de Ganshof en punto de referencia ineludible para todo estudioso que pretendiera ocuparse de la temática feudal, siguiendo o no -metodológicamente- su estela, con todos los inconvenientes y peligros que conlleva la lectura e interpretación de cualquier aportación historiográfica ajena: simplificar, generalizar, exagerar, reducir, extrapolar, etc., es decir, malinterpretar.

¿Hasta qué punto coinciden el feudalismo de Ganshof y el posterior Feudalismo clásico manejado por la propia historiografía? ¿En qué medida ha terminado siendo la propia historiografía la que ha contrapuesto los enfoques diversos -y, en algunos casos, complementarios en un principio- sobre el feudalismo?

Precisamente porque actualmente apenas nadie presta atención a esta cuestión que tanta controversia suscitó en la segunda mitad del siglo pasado, y aprovechando el aniversario del fallecimiento de Ganshof, máximo exponente del Feudalismo clásico, nos disponemos a realizar, apaciguados ya los ánimos y en un tono sosegado, un breve estudio sobre la contribución ganshofiana al medievalismo europeo, prestando especial atención al influjo que ejerció su interpretación del feudalismo sobre la historiografía europea, y particularmente sobre la española.

Abordada ya en otra ocasión la vida y obra científica de Ganshof 1, ahora pretendemos llevar a cabo un análisis del feudalismo ganshofiano en la historiografía europea (1.ª parte), centrándonos particularmente en la española (2.ª parte), para terminar elevando a la historiografía actual una propuesta metodológica integradora de la cuestión feudal, trocando la contraposición en complementariedad y ofreciendo así una visión integradora del complejo sistema feudal en sus diversas esferas (3.ª parte).

1. El feudalismo ganshofiano en la historiografía europea

El feudalismo constituyó probablemente el ámbito temático del que más se ocupó en su quehacer investigador. De hecho, una de sus publicaciones tempranas versó sobre esta materia, temática a la que terminaría dedicándose durante toda su vasta trayectoria científica. No es extraño por ello que Ganshof Page 643sea conocido, sobre todo, por su estudio en torno al feudalismo. Los americanos hablan del «Ganshof del feudalismo»; otros acuñarían más tarde la expresión «feudalismo ganshofiano» 2. Y es que Ganshof, como consignamos al principio de este estudio, escribió muchos artículos acerca del feudalismo, en especial sobre los tribunales feudales 3y la relación beneficio-vasallaje 4.

No obstante, su fama se debe principalmente, como se dijo, a su libro titulado Qu'est-ce que la féodalité, publicado por vez primera en francés en 1944, si bien posteriormente, al ser reeditado en numerosas ocasiones, se tradujo al inglés, alemán, español, portugués y japonés 5. En algunos casos esas traducciones también fueron reeditadas. Este pequeño libro no quedó aislado, pues en los años anteriores y posteriores a la Segunda Guerra Mundial muchos otros estudiosos abordaron el estudio del feudalismo, según veremos. Surgía así una corriente historiográfica que presentaba el mundo feudal desde una concreta perspectiva, recibiendo tiempo después la denominación de Feudalismo clásico.

Pese a que los autores clásicos del feudalismo pudieran discrepar en algunas cuestiones, compartían sin embargo algunas premisas generales.

Sostenían que la época clásica del feudalismo era la Alta Edad Media (siglos x-XIII), lo que implicó dos cosas: en primer lugar, consideraban el feudalismo como un elemento central de la sociedad altomedieval, hasta el punto de que pudiera hablarse de una «sociedad feudal»; en segundo lugar, apuntaban que fue en la Alta Edad Media cuando el feudalismo gozó de su máximo esplendor, pues mientras en la época carolingia se encontraba en su infancia, a partir de 1300 fue relevante sólo en el ámbito del Derecho privado (no en el público).

Este feudalismo clásico altomedieval se consideraba como el propio (o típico) de la zona central del Imperio carolingio, de la Francia norteña, de la Alemania occidental y de las regiones intermedias, no encontrándose un feudalismo puro (o pleno) en las zonas periféricas.

El feudalismo de los Estados que resultaron del Imperio carolingio fue visto como un elemento de desintegración, una energía centrífuga, y que había contribuido a la desintegración del Estado de Carlomagno. Page 644

Ahora bien, dentro de esta corriente clásica deben distinguirse dos tendencias. Mientras algunos autores se centraron en los aspectos socio-políticos del feudalismo, es decir, en la sociedad feudal (el francés Marc Bloch constituye el ejemplo paradigmático), otros se centraron en el estudio de sus elementos institucionales, conscientes de que éstos no agotaban sin embargo toda la riqueza y complejidad del feudalismo como realidad social (opción ganshofiana) 6, consciencia que en ocasiones ha caído en el olvido en la historiografía posterior (tanto entre los defensores como entre los detractores de Ganshof), traicionando así -y contradiciendo en parte- el propio pensamiento ganshofiano.

A esta visión más institucional o jurídico-pública del feudalismo se le ha denominado feudalismo ganshofiano. Se trata de una perspectiva del feudalismo tan centrada en los elementos jurídico-institucionales que termina identificándose en buena medida con el Derecho feudal.

Ahora bien, conviene precisar e insistir en que, pese a ese enfoque jurídicoinstitucional, Ganshof no estaba en contra de una visión del feudalismo más de conjunto, ni se opuso jamás -en contra de lo que pudiera pensarse- a la idea de una sociedad feudal 7. En efecto, no sólo no se oponía al estudio del feudalismo en un contexto más amplio que el estrictamente institucional, sino que veía con buenos ojos y tenía en gran estima la Société féodale de March Bloch, para la que tan sólo tenía palabras de elogio.

Cuando Ganshof, discípulo de Henri Pirenne, publica por vez primera su estudio -ya clásico- sobre el feudalismo conoce bien la obra de Bloch, sobre quien también ejerció un gran influjo el propio maestro del historiador belga 8.

No parece en este sentido, pues, que el diverso enfoque de sus estudios levantara suspicacias ni desencuentros de ningún tipo, como en ocasiones se ha podido dar a entender por la historiografía posterior.

Efectivamente, aunque en ocasiones hayan podido presentarse como antagónicas o incompatibles las concepciones del feudalismo sostenidas por Marc Bloch y Ganshof, lo cierto es que éste las consideraba más bien complementarias, como si se tratara de una misma realidad vista desde perspectivas distintas. Se entiende mejor así que, en ocasiones, el propio Ganshof no vacile en Page 645 poner de manifiesto su absoluta conformidad con el parecer del historiador francés, como sucede al tratar la expresión feudo, de la que afirma que «la que nos dio Marc Bloch sigue pareciéndonos la más satisfactoria» 9.

En esta línea, al abordar la fidelidad de los vasallos que, referida «a bienes enajenables, en lugar de a bienes difícilmente enajenables [...], la fidelidad del vasallo se puso en venta», respecto a lo cual recoge en nota a pie de página «como espiritual y justamente ha escrito Marc Bloch» 10. Además, al recoger, al final de su estudio, un elenco bibliográfico relativo al feudalismo en general cita la obra clásica al respecto del autor francés, a la que califica como «una de las obras maestras de la historiografía contemporánea», y añade: «el autor estudia en ella el feudalismo, sobre todo como fenómeno social de la época, con ayuda de una documentación de una variedad y una extensión sorprendentes. Excelente bibliografía» 11.

Es más, Ganshof deja claro al principio de su obra el concreto enfoque desde el que se dispone a estudiar el feudalismo, reconociendo que esta temática va mucho más allá y tiene un mayor alcance del que él se ve capaz de...

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