La construcción dinámica del menú social

AutorJosé Villacís González
CargoUniversidad San Pablo CEU Madrid
Páginas589-608

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I Introducción

Un menú es la disposición de una serie de bienes diferentes, del conocimiento de sus características, de su naturaleza, de su número y, sobre todo, de su colocación y ordenación. El consumidor conoce estas características para obtener el máximo provecho o utilidades mediante su consumo.

El consumo implica la destrucción total o parcial de los bienes que integran el menú, igual que ocurre con los factores de producción fijos y variables en la producción. Los bienes consumidos desaparecen y no vuelven o retornan como consumo, pero sí que existen en la dimensión subjetiva del consumidor en dos sentidos: primero, porque ha saciado unas necesidades y ha acumulado unas utilidades (que no se intentan medir). Segundo, el sujeto a medida que va eligiendo está aprendiendo a elegir, lo que implica una consecuencia muy importante: se vuelve diestro y eficaz en la confección de futuros menús.

Existe un sentido variado del término combinación u ordenación en los bienes. Uno de ellos se refiere al lugar en que se disponen los bienes en la serie del consumo. Este es el sentido con que trabajaremos. La cuestión esencial que se plantea en este artículo es la constitución dinámica de un menú social o menú político. Si cada individuo tiene o posee en su aprendizaje un menú, es muy difícil matemáticamente que otro sujeto posea el mismo menú. Extraordinariamente difícil nos parece que un grupo político o sociedad dentro de un marco político pueda definir un menú social. Este es precisamente nuestro trabajo: la constitución, por la negociación, o sea por la dinámica persuasiva de las negociaciones, de un menú común social.

II ¿De qué menú hablamos?

Tratamos de una serie de bienes con que cuenta un consumidor para saciar unas necesidades y obtener en consecuencia unas utilidades. Page 590 En ningún momento pretendemos medir la utilidad, sino ser testigos de un nivel subjetivo que es susceptible de compararlos con otros niveles. En este punto nos detendremos a analizar varios puntos en este aspecto subjetivo del consumo: 1. ¿de qué bienes hablamos?; 2. ¿quién y cómo se disponen el lote inicial de bienes?; 3. ¿de qué consumidores?; 4. ¿y cómo es posible confeccionar el menú final? Responderemos estas preguntas:

  1. Los bienes de los que hablamos son bienes públicos suministrados por el Estado. Son, por lo tanto, bienes públicos. En este punto queremos obviar la complicación de las características de los bienes públicos. Una forma de lograrlo es considerar a los bienes privados suministrados por el Estado para el consumo público, como puede ser la leche, la vivienda o una cama de hospital.

  2. El lote de los bienes suministrados por el Estado son internamente elegidos por el poder ejecutivo en virtud de la descarga del pueblo soberano en el parlamento, que sanciona un presupuesto nacional. Quiere decir que un Leviathan indiferente elegido por el pueblo soberano elabora un lote de bienes cuya aprobación realiza dicho pueblo mediante votación parlamentaria. Aunque esta descripción no es exacta, y tiene fisuras argumentales, es la menos mala. En la elaboración del lote intervienen en la realidad muchos manos y muchos dedos, como son las fuerzas económicas, industriales, financieras, militares, organizaciones de inteligencia, etc.

  3. Los consumidores son los ciudadanos del país en general, tengan o no capacidad económica para pagar esos bienes. Ellos solamente son testigos de un lote de bienes de que disponen para saciar unas necesidades. Nadie está excluido. En esta línea argumental debemos decir que, en este trabajo, nos preocupan los consumidores como actores en la votación de los bienes en un proceso de ida y vuelta cognoscitivo y también como elaboradores del menú.

  4. La confección de un menú exige conocer qué es un lote y qué es un menú. Un lote es la mera descripción de una serie de bienes por parte del Estado, de sus características y de su número. Ante esta constelación pasiva de elementos o bienes, el sujeto es inicialmente pasivo y después activo. Page 591

    El menú significa que los bienes que forman el lote se combinan de formas específicas permitiendo de esta forma una serie diferentes de posibles consumos. Cada combinación u ordenación de los bienes es un menú. Siguiendo la argumentación del apartado anterior, la contemplación del menú es una situación pasiva del consumidor, y es activa la elaboración de diferentes combinaciones o menús.

  5. La construcción dinámica de una serie de menús, tanto como combinaciones haya, es tarea subjetiva personal de cada consumidor. Si se asigna en una unidad arbitraria de esfuerzo a la elaboración de cada menú, el esfuerzo en la construcción de todos los menús será el valor del esfuerzo de todas las combinaciones.

    La elaboración de un menú social o un menú político común a todos los ciudadanos, teniendo a disposición una serie de bienes, es una tarea en extremo compleja que implica el auxilio de la matemática combinatoria y el juego continuo de negociaciones. Este es el aspecto esencial del presente artículo: la construcción dinámica del menú social.

    Habrá uno o más sujetos, un subgrupo, que posean un común, pero lo difícil es lograr un menú común total. Para ello habrá un proceso de renuncias y acercamientos que se basa específicamente (solamente) en la ordenación de cada uno de los bienes en el contexto de todos los bienes. Basta con ir cambiando el orden de los bienes para acercarlo al orden de otros sujetos que, a su vez, realizarán la misma tarea. Para realizar este trabajo tendremos que realizar las siguientes tareas: definir lo que es un menú según descripciones semánticas corrientes, estudiar el término matemático de combinaciones y la construcción del menú social.

III Una definición convencional del menú

Por la vía de la aproximación racional iremos conociendo o definiendo el concepto de menú. Esta aproximación seguirá el conocimiento inductivo, que es el de la parcelación concéntrica del conocimiento, hasta llegar a un punto que coincida con la definición mejor.

Seguiremos las definiciones del diccionario de la Real Academia de la Lengua (RAE) y en cada una aprovecharemos y parcelaremos los conceptos que nos parezcan más apropiados, y después, los conjugaremos Page 592 para llegar a una definición que nos parezca mejor. Cada uno de estas definiciones serán conexionadas con la teoría elementales del consumidor que conocemos en microeconomía.

Definición primera:

La primera definición, que entendemos que es la mejor, dice del menú: conjunto de platos que constituyen una comida.

Habrá que pedir mucho más a esta definición porque, vista así, es una visión estática meramente descriptiva de los bienes que serán objeto del consumo. Lo que interesa también, y en gran medida, es la colocación de cada plato en la serie de bienes que sucesivamente se irán consumiendo. Este comentario nos abre decididamente al rico campo de la teoría matemática combinatoria.

Muy interesante nos parece una parte de esta definición cuando dice: ... que constituyen una comida.

Quiere decir que todos esos bienes se consideran como un solo bien, concretamente una comida. En otras palabras, y acercándonos a la teoría micro del consumo: un conjunto de bienes nos proporciona una satisfacción como si fuera -y realmente lo es-, un solo bien.

Volviendo a la teoría combinatoria, podemos decir de forma aproximada que habrá varias clases de combinaciones entre los platos y, si hay varias combinaciones entre los platos y cada consumo de cada grupo de platos es una comida, luego podemos afirmar que habrá tantas comidas como combinaciones haya de platos. Y, si cada comida (conjunto combinativo de platos) determina un nivel de utilidad (excluyendo los conjuntos equiprobables), habrá tantos niveles de utilidad como combinaciones haya de platos.

Por lo tanto, la definición del menú es muy importante, porque es variada y dinámica en el sentido matemático y combinatorio del término porque impone una tarea severa al consumidor individual: la tarea de la elección. La tarea de la elección implica la tarea de aprendizaje y el coste mismo, en términos de utilidades pérdidas, de la elección. Este coste será posible derivarlo en el siguiente sentido de pagar a alguien para que nos entrene en dicha elección.

La segunda definición de la RAE dice: carta del día donde se relacionan las comidas, postres y bebidas. Antes de continuar debemos, a su vez, aclarar los términos de carta y la de relacionar. Carta es una lista de platos y bebidas que se pueden elegir. También dice de la carta: Page 593 papel escrito para comunicar. De todas estas definiciones (de la segunda definición de la RAE) podemos concluir que es una lista descriptiva de lo que entra y de la forma en que se conectan o relacionan . Lo que entran son los bienes, y la relación se refiere al orden en que ocupan en el menú. Cuando se pondera el término relacionar en el menú está brindando al consumidor la manera de graduar la utilidad haciéndola depender de la forma en que tienen los bienes de combinarse. Resurge, pues, lo concluido en la primera definición: la utilidad de cada bien dependerá de su naturaleza y, sobre todo, de la utilidad del bien(es) que antecede e indirectamente del que pospone. Mejor dicho, del lugar que ocupa en la serie de bienes, o sea de la relación entre los bienes. Si, por tanto...

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