Consideraciones sobre ordenamiento interior de los Registros de la Propiedad

AutorJulián Abejón
Páginas361-368

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La organización del Registro de la Propiedad en el orden puramente interior de la oficina, apenas si ha tenido variación alguna en las normas establecidas por la Comisión redactora de la primitiva ley Hipotecaria. No cabe apuntar en este sentido más que la acertada supresión de los libros especíales de hipotecas por orden alfabético y de fechas, llevada a efecto por la Ley de 3 de diciembre de 1869. Sin embargo, todo el sistema establecido y que representó un enorme progreso sobre lo entonces vigente, se sujetó a moldes pequeños, es decir, sin sospechar que los Registros de la Propiedad alcanzaran el volumen y desenvolvimiento a que han llegado, especialmente en las regiones más ricas y más cultas de España. No queremos referirnos ahora más que a lo que afecta a la organización y orden interior de las oficinas, prescindiendo de que a las facilidades que la primitiva ley y muchas posteriores, hasta llegar al famoso artículo 20 hoy vigente, dieron para la inmatriculación, no han correspondido las necesarias para que los inmuebles ya inmatriculados no salgan del Registro.

Las disposiciones tanto legales como reglamentarias, en lo que hace relación con la organización interior de las oficinas, son escasas y deficientes, y si por parte de aquellos legisladores, enfrascados en la magna tarea que supone la publicación de la primera ley Hipotecaria, eso tiene explicación y disculpa, no la tiene tanto el que después no se hayan completado y perfeccionado esas disposiciones, a pesar de las gestionesPage 362de la Asociación y del Colegio de Registradores, a cuyos organismos corresponde la iniciativa de mucho de lo últimamente realizado.

Los artículos 237 al 244 del vigente Reglamento, reproducción de los 158 y siguientes del de 29 de noviembre de 1870, determinan con toda minuciosidad la forma en que debe estar dividida cada hoja de los libros Diario y de inscripciones, pero nada dicen de la formal y tamaño de tales libros, materia que el citado artículo 158 dejó ya al criterio de la Dirección General, como lo hace ahora el 237 del actual Reglamento. Esta adoptó desde el principio la forma apaisada y el tamaño que siguen teniendo en la actualidad, seguramente como continuación del que tenían los de las Contadurías de Hipotecas, y el número de folios de 300 el Diario y 250 los libros de inscripciones, aunque primeramente se hicieron una o varias confecciones de libros de esta última clase con 500 folios, reduciéndose después a 250 por la dificultad de manejar y de escribir en tomos tan voluminosos. En cuanto al formato de los libros, si no se ha seguido el sistema completo de encasillado de los de la Contaduría, ni menos el complicadísimo del Registro alemán, se han conservado tres casillas, que se consideran suficientes para llenar la forma en que se redactan las inscripciones.

Todo esto no ha variado nada en 79 años, pero sería conveniente -pensar un poco en la utilidad de modificar alguna de esas cosas después de una tan larga experiencia y del ejemplo de otros organismos, alguno de ellos tan ligado a los Registros de la Propiedad como es el Registro Mercantil.

Empecemos por la forma y tamaño de los libros. Cuando se idearon los actuales, las inscripciones eran verdaderas transcripciones, poco frecuentes las buscas y manifestaciones en las oficinas, y el número de libros en los primeros años no había llegado a crear un problema de local y acondicionamiento. Hoy, en los Registros de gran movimiento, la cantidad de libros, unida a la inútil balumba de legajos, hacen precisos enormes locales en donde colocarlos, dificulta el hacerlo en pisos que no sean bajos, por el peso enorme que acusan, y su manejo, tanto para escribir en ellos como para su uso por los manifestantes, es engorroso y molesto. Las inscripciones se han reducido actualmente en extensión; los libros se examinan y manejan más que nunca; ¿por qué no habría de reducirse su tamaño al que tienen los del Registro Mercantil? Ello produciría baratura, más fácil manejo y mejor posibilidad de colocación; y no se...

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