Algunas consideraciones interdisciplinares previas sobre el crecimiento poblacional y su relación con el urbanismo, ordenación del territorio y medio ambiente

AutorAina Salom Parets
Páginas297-308

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En el presente capítulo se exponen algunos de los principales pronunciamientos que se vienen realizando desde las diferentes disciplinas (economía, sociología, geografía, historia, etc.)529, en aras a reivindicar la consecución de un adecuado equilibrio entre el crecimiento poblacional y el no deterioro del medio ambiente. Especialmente, se plasmará la necesidad de reflexionar sobre la presencia del factor poblacional en las distintas medidas implantadas por las legislaciones autonómicas con el fin de ordenar el crecimiento urbanístico. Es necesario que tengamos un conocimiento sobre cuál es la opinión

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mantenida respecto a la relación existente entre la población, el crecimiento económico y el medio ambiente.

1. Planteamiento

En primer lugar, desde hace tiempo, en las conferencias mundiales de población convocadas por la ONU se puso de manifiesto la necesidad de poner en marcha políticas adecuadas de regulación demográfica. En 1954, se celebró en Roma la primera Conferencia Mundial de población organizada por las Naciones Unidas, con el fin de intercambiar información científica acerca de las variables demográficas, sus determinantes y consecuencias530. Las sucesivas Conferencias Internacionales sobre Población y Desarrollo siguieron enfatizando en estas cuestiones (así destacan: la celebrada en Belgrado del 30 de agosto al 10 de septiembre de 1965 y, sobre todo, la de Bucarest del 19 al 30 de agosto de 1974531; la Declaración de Roma de 1980; la que tuvo lugar en México del 6 al 14 de agosto de 1984,; la de El Cairo, del 5 al 13 de septiembre de 1994, y la celebrada en Nueva York, del 30 de junio al 2 de julio)532.

En idéntica línea debo destacar el relevante Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, aprobado por consenso el 13 de junio de 1994, que fue objeto de la correspondiente Resolución por parte de la ONU (49/128, de 19 de diciembre de 1994). «Esta resolución marcó el inicio de una nueva era en las esferas de la población y desarrollo. El objetivo del acuerdo trascendental concertado en la Conferencia fue mejorar la calidad de vida y el bienestar de los seres humanos y promover el desarrollo humano, reconociendo las interrelaciones existentes entre las políticas de desarrollo y población (…) encaminadas a lograr un crecimiento económico sostenido en el marco del desarrollo sostenible (…)533».

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En resumen, pese a las discrepancias existentes entre los distintos países, con el Acuerdo del Cairo, 180 países se manifestaron en torno a la necesidad de armonizar, entre otras, las políticas de población, desarrollo económico y la sostenibilidad antes del año 2015, a fin de estabilizar la población mundial en
8.000 millones de personas (para el año 2025). Dicha manifestación pone en evidencia el contexto actual del rápido crecimiento de la población, la urbanización e industrialización masivas, los cambios en la agricultura y la pesca que han intensificado determinados cultivos; en definitiva, toda una serie de circunstancias humanas que han influido de forma negativa en la conservación del medio natural.

2. La población en el marco del desarrollo sostenible Principales manifestaciones realizadas desde la economía

En la sociedad actual existe unanimidad en torno a la idea de que es necesario que la población de los diferentes territorios se incremente a un ritmo menor del que se ha dado en los últimos tiempos. Ello es así porque, como ya he señalado, el número creciente de habitantes, junto con la expansión urbana y la explotación de los recursos, no pronostican nada bueno para el futuro. Si no se practica un desarrollo sostenible tendrá lugar la consiguiente deterioración del medio ambiente, provocándose irremediables desastres ecológicos. Ya en el informe Brundtland se declaraba lo siguiente:

(…) Este desarrollo sostenible solo puede ser alcanzado si población y crecimiento están en armonía con el siempre cambiante potencial productivo de los ecosistemas.

(…) El tema no es solamente el número de personas, sino la relación de ese número de personas con los recursos disponibles. Pasos urgentes son necesarios para limitar las tasas extremadas de crecimiento poblacional. (…)534

.

Los estudios sobre el crecimiento poblacional y su relación con los recursos naturales tiene como primer referente obligado el estudio del economista inglés Thomas Malthus535, que se integra en los economistas denominados clásicos (John Maynard Keynes lo consideró su antecesor). El célebre autor, en su principal obra titulada «Ensayo sobre el principio de la población» (1798), se mues-

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tra pesimista pues considera que habrá un momento en el que la población no podrá subsistir por haberse agotado todos los recursos. (Catástrofe Maltusiana. En especial se refería a los alimentos.) No obstante, con el tiempo se pone de manifiesto que Malthus estaba equivocado pues no tuvo en cuenta los avances de la ciencia y de las nuevas tecnologías como mecanismos que actúan en aras a la consecución de un mejor aprovechamiento de los recursos naturales. Por tanto, si se actúa en consecuencia respecto a los problemas que puede plantear una continuidad del uso indiscriminado de los diferentes recursos naturales, la fecha de agotamiento de los no renovables puede ser pospuesta, posiblemente durante mucho tiempo. Ahora bien, lo manifestado por este último autor se puede extrapolar para el caso del recurso natural del suelo. En efecto, los avances tecnológicos no pueden producir suelo en los lugares donde dicho recurso, así como su capacidad de carga, ya han sido consumidos. Dicho recurso es limitado y totalmente agotable.

En mi estudio, incido sobre todo en este aspecto; es decir, se trata que los poderes públicos ejerciten las competencias que afectan al suelo desde la efectiva y racional disponibilidad del mismo536. En la actualidad, es conveniente caminar hacia la implantación de nuevos modelos de desarrollo urbano con los que no se sobrepasen las posibilidades de renovación de los recursos y que sean solidarios con las generaciones presentes y futuras. Se trata de aplicar, en el marco de la ordenación del territorio y del urbanismo, los principios en los que se concreta el denominado «desarrollo sostenible».

Por ejemplo, entre otras cuestiones, en el presente trabajo veremos cuál es el impacto del crecimiento de la población sobre el medio ambiente para el caso de Menorca. Especialmente, estudio la necesidad de controlar la afluencia de turistas con el fin de evitar la presión humana insostenible sobre el territorio insular537. Tal y como expondré, existe un cierto consenso social entorno a la necesidad de acabar con el modelo permisivo de crecimiento turístico cuantitativo; fenómeno que tiene como resultado un deterioro medioambiental muy importante. En este marco, se sitúa en una posición prioritaria la determinación de la capacidad de carga que, a modo general, se define como la población que puede sustentar un territorio atendiendo a sus necesidades mínimas. Se trata de un concepto, al que me referiré más adelante, cuya precisión requiere de las nuevas tecnologías para la incorporación de parámetros y estudios con los que conocer esta capacidad de manera concreta y detallada. Ya en la década de los 70 nos encontramos con el referido Informe

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del Club de Roma titulado «Los límites del crecimiento». Este ponía el acento en que el futuro estaba plagado de problemas tales como el agotamiento del petróleo, la insuficiencia de alimentos, etc. Sin embargo, se ha señalado, como error cometido por los redactores de este documento, el hecho de que al calcular la capacidad de carga no tomaran en consideración el avance de la ciencia y las nuevas tecnologías.

Desde siempre, en todos los países, el aumento poblacional se ha considerado un elemento positivo (mano de obra, más poderío militar, signo de buen funcionamiento económico, de la existencia de una buena política y gestión del empleo, etc.). Ahora bien, en la actualidad, la mayor parte de la población de los países desarrollados se caracteriza por su carácter consumista y despilfarrador de los recursos naturales.

Con anterioridad ya he avanzado que corresponde a las CC. AA. incorporar y desarrollar las premisas relativas al desarrollo sostenible expuestas tanto a nivel comunitario e internacional como las impuestas por nuestro texto constitucional. En efecto, tras la aprobación de la Constitución, las CC. AA. se convierten en los nuevos agentes responsables directos de la ordenación del territorio y del urbanismo, de la promoción y ordenación del turismo (artículo 148.1.18), así como también, en todo caso, de la aprobación de normas adicionales de protección y la ejecución en materia de medio ambiente (puesto que en este último caso corresponde al Estado dictar la legislación básica en la materia, de conformidad con lo señalado en el artículo 123).

3. Con carácter general, algunas referencias sobre la población y su incidencia en la planificación urbanística y territorial
3.1. La población en la normativa urbanística

En primer lugar538539, debo apuntar que las proyecciones demográficas vienen jugando un papel muy destacado en la planificación urbana desde que se

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aprueba la primera Ley del Suelo de 12 de mayo de 1956540. En este sentido, el artículo 9.2. e) de este texto legal, establecía los documentos que debían incorporar los planes generales y, entre estos, se recogía la necesidad de «justificar la ponderación entre el criterio de planeamiento que se sustenta y las reales posibilidades...

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