Juicio a un conquistador, Pedro de Alvarado: su proceso de residencia en guatemala (1536-1538)

AutorPilar Arregui Zamorano
Páginas613-618

VALLEJO GARCíA-HEVIA, José María. Juicio a un conquistador, Pedro de Alvarado: su proceso de residencia en guatemala (1536-1538). Madrid: Marcial Pons, 2008. 2 v. (1330 p.). vol. 2 transcripción documental por Julio Martín Blasco. Marcial Pons Historia. ISBN 978-84-9646-764-4 (o.c.). ISBN 978-84-9646-768-2.

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La Guatemala indígena en los primeros compases de su trayectoria hispánica; la figura de pedro de alvarado, su conquistador, gobernador, capitán general y adelantado; y el juicio de residencia como instrumento de control y de exigencia de responsabilidad de los oficiales públicos, son los hilos con los que se entreteje la presente obra; hilos, todos ellos, bien conocidos, que han sabido concitar el interés de los especialistas y que,

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ahora, se unen para proporcionarnos, a través del juicio de residencia realizado a pedro de alvarado en su gobernación de Guatemala, una visión más rica, completa y profunda de la Guatemala alvaradiana.

Podría decirse, sin faltar a la verdad, pero desde luego también sin agotarla, que la publicación del expediente del juicio de residencia realizado a pedro de alvarado por el oidor de la segunda audiencia de México, alonso de Maldonado, (cuya transcripción paleográfica ha sido realizada por Julio Martín Blasco), es el motivo que propicia el estudio realizado por José María Vallejo, que se nos presenta, así, como necesariamente introductorio de tan rica y voluminosa documentación. no se trata de su primera experiencia. pensemos en su edición de la obra literaria del guatemalteco Miguel ángel asturias, Las Casas: el Obispo de Dios (La Audiencia de los Confines. Crónica en tres andanzas), precedida de una interesantísima y amplia introducción. no obstante, en esta ocasión, el trabajo de Vallejo es mucho más ambicioso.

La obra se presenta en dos volúmenes, y esto no sólo por razones prácticas, sino porque, desde el principio, se quiere dejar clara la duplicidad de su contenido: por una parte la investigación realizada por José María Vallejo; y por otra, la publicación de una fuente documental. ambas, aparecen juntas, pero mostrando su independencia hasta el punto de poder haber sido viables, cada una de ellas, sin el acompañamiento de la otra. en el primero, de título más expresivo y sugerente que el general de la obra («pedro de alvarado, gobernador de Guatemala, y su juicio de residencia (1536-1538). la imagen bifaz, auténtica, del conquistador, oficial real»), José María Vallejo nos embarca en un largo viaje en el que el juicio de residencia a Tonatiuh (apodo de alvarado entre los indios) se convierte en la excusa que le permite adentrarse en la realidad indiana de las primeras horas, aquellas que tan indeleblemente marcaron su ser. dicha realidad se muestra descarnadamente, sin disimulos, posibilitando así su mejor y más clara comprensión. no le falla al autor su fino olfato, «profundizar en el juicio de residencia que nos ocupa ha de resultar bien fructuoso, para desvelar, no sólo prácticas jurídicas e instituciones castellanas en el nuevo Mundo, sino también oscuros resortes del poder político, y de la prevalencia social y económica, en el quinientos indiano» (p. 37). si tal era la meta perseguida, ha sido satisfactoriamente alcanzada. efectivamente, todo ello se descubre, comprende y valora a lo largo del recorrido que propone realizar. el mencionado volumen aparece estructurado en cuatro capítulos precedidos de un preámbulo y clausurados por un epílogo.

Se abre el preámbulo (pp. 27-37) con dos citas, una de castillo de Bovadilla y otra de eugenio de salazar, que ponen sobre aviso de lo que terminaremos conociendo al final: aunque pedro de alvarado tenía mucho que temer de su juicio de residencia, en nada o en casi nada había de quedar por mor de las propias limitaciones del juicio de residencia y de las concretas circunstancias de la vida, o, mejor, de la muerte del propio protagonista. así, se repasan con detalle los acontecimientos que discurrieron desde el momento en el que pedro de alvarado, incumpliendo el deber que tenía de prestar personalmente residencia, salió «huyendo» de la provincia de Guatemala hacia la gobernación de higueras y cabo de honduras con la excusa de acudir a su pacificación, hasta que, con contumacia y violencia, esquivó la citación que le hizo llegar el licenciado alonso de Maldonado en su condición de gobernador interino de la provincia de Guatemala y su...

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