Conflicto y manejo de la ira en un procedimiento de mediación/conciliación

AutorReyna Vázquez Gutiérrez
Cargo del AutorUniversidad de Murcia
Páginas249-265

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Ver nota 1

1. Introducción

En el paso de las últimas décadas se ha acrecentado el interés y la participación en el estudio de los conflictos, factor quizá, relacionado con las desafortunadamente, crecientes formas violentas que la sociedad ha ido adoptando hacia la resolución de cualquier situación cotidiana que amenace nuestros propios intereses como individuos sociales.

Gracias al enriquecido catalogo académico con el que ahora contamos al respecto del estudio del conflicto, conocemos ya sus variadas definiciones y su cada día más aceptada naturaleza de apego al ser humano, en el presente capítulo plantearemos como objetivo primordial hacer un recorrido por algunos aspectos teóricos del conflicto enfocados hacia un punto de vista humanista, ya que partiendo de la aceptación de su inherencia a cada uno de nosotros, es de vital importancia conocerlo y estudiarlo desde ese punto de partida.

Por lo anterior, la intención será plateada a través del análisis de las diversas perspectivas teóricas que han abierto sus espacios hacia el estudio del conflicto en el ser humano, así como también se abordará la relevancia y repercusión social que hemos experimentado a lo largo de un proceso complejo que como resultado nos ha

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dejado un cambio en la percepción y la visión de los conflictos, de negativos, innecesarios y amenazadores, a herramienta tanto social como individual.

Posteriormente nos centraremos en un segundo apartado abordando el conflicto como herramienta individual ya que como seres humanos complejos que somos, manifestamos reacciones de diversas características ante cualquier situación que altere nuestro ciclo o rutina de vida, por lo que los interesados en el tema de la resolución de los conflictos y aún más en la mediación debemos conocer las formas de representación de las emociones de aquellos individuos que se encuentren inmersos en alguna situación conflictiva, para lo cual terminaremos el presente capítulo dando mención a aquellas herramientas con las que debe contar un mediador/conciliador referentes al control de estas emociones.

2. El individuo y el conflicto

Como seres humanos y organismos complejos, nuestro cuerpo y su aparato de conexiones orgánicas adquiere un importante papel en cada una de las situaciones a las que nos enfrentamos en el transcurso de nuestras actividades diarias, las vivencias, las reacciones, las emociones, la actividad cerebral, el procesamiento de información, etc. Adquieren la responsabilidad de hacerse notar mediante diversas reacciones, a veces observables y otras muchas veces no apreciables a simple vista para un tercero.

Empero, del mismo modo nuestras reacciones también están influenciadas por otros muchos factores a los que nos adentramos a lo largo de nuestro desarrollo tanto físico como social, tales como la cultura, los modelos, los grupos sociales, la personalidad, etc.

Es por ello que este apartado lo dedicaremos en un principio a exponer una visión general de cómo podemos definir el conflicto de acuerdo a su punto de partida, con la plena convicción de que es una rama de estudio muy amplia y diversa, y que sin duda se irá enriqueciendo aceleradamente con el paso del tiempo. Posteriormente, daremos paso a la mención de algunos de los factores que delimitan nuestras reacciones y comportamiento ante determinadas situaciones, específicamente ante aquellas que son conflictivas, siendo la representación conductual de estas reacciones, las que un mediador observa cotidianamente de sus participantes, por lo que es necesario partir del hecho de que ninguno de nosotros se comporta de forma similar ante un conflicto.

Ubicados desde un contexto general pero, partiendo de un punto de vista individual, colocamos al conflicto como un fenómeno de características cambiantes y complejas en el que su principal eje de nacimiento es una incompatibilidad de intereses entre dos o más individuos en interacción.

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Y, desde este mismo contexto Fisas, define al conflicto como un proceso interactivo que se da en un contexto determinado2 .

Ahora bien, algunos autores nos delimitan sus definiciones de conflicto ubicadas desde el punto de vista de la interacción social del individuo, es decir, como seres sociales por naturaleza, podemos definir al conflicto como un producto de tal condición, tal como nos lo mencionan por ejemplo:

Munduate, desde su enfoque de los conflictos organizacionales, nos expone que cuando dos personas tienen diferentes percepciones acerca de un determinado tema, aspecto o problema y se necesitan mutuamente para solucionarlo, hablamos de la existencia de un conflicto3 .

Rubin, Pruitt y Hee en 1986, aportan una definición en la que plantean que: El conflicto significa diferencia de intereses percibida o una creencia que las partes en sus aspiraciones normales no pueden alcanzar simultáneamente4 .

González y Capitel Martínez, lo definen como una divergencia de intereses, o la creencia de las partes de que sus aspiraciones actuales no pueden satisfacerse de manera simultánea o conjunta5 .

Para Johan Galtung el conflicto es una incompatibilidad de metas u objetivos y, a veces, incompatibilidad en los medios a utilizar para arribar a las metas u objetivos6 .

Hay autores que nos exponen sus definiciones contemplando en ellas la aparición de reacciones con manifestación agresiva en defensa de los intereses propios:

Soler, por ejemplo, describe el conflicto como una situación en la cual un grupo humano se encuentra en oposición a otro u otros grupos en razón de que tienen o persiguen intereses incompatibles; para su existencia se requiere una discrepancia que traiga consigo violencia, es decir, furia, engaño, peleas, agresión, insultos, acoso o gritos7 .

Para Freund, el conflicto, desde el mismo análisis de la interacción de grupos sociales, consiste en un enfrentamiento por choque intencionado entre dos seres o grupos de la misma especie, que manifiestan los unos respecto de los otros, una intención hostil, en general a propósito de un derecho, y que para mantener, afirmar o restablecer el derecho, tratan de romper la resistencia del

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otro, eventualmente por el recurso de la violencia, la que puede, llegado el caso, tender al aniquilamiento físico del otro 8 .

Y también podemos definir al conflicto desde la percepción única del individuo, es decir, como producto de la propia contradicción intrapersonal en la que cada uno de nosotros se enfrenta a dualidades entre el querer hacer y el poder hacer, como nos menciona Lewin, quién conceptualizó el conflicto como el resultado de una contradicción entre la intención de realizar algo y la contraposición a ello9 .

Ahora bien, sabemos que como individuos, dentro de nuestro comportamiento cotidiano estamos sometidos a una diversidad amplia de factores tanto internos como externos que son las guías silenciosas que marcan y delimitan nuestro comportamiento o conductas apreciables para los demás, estos factores forman parte del ámbito central del mediador tanto en la sesión como fuera de ella, ya que el mediador debe partir de la comprensión individual de las partes y no de una colectividad aparente a causa de la participación en el mismo conflicto, recordemos que el conflicto puede ser interpretado y valorado de muy diversas formas por las partes que lo integran10 .

Algunos de estos factores serán mencionados a continuación y veremos cómo cada uno de ellos es, en mayor o menor medida, influyente directo de nuestro comportamiento.

Factores Biológicos

Cada uno de nosotros realiza innumerables actividades a lo largo de nuestro desarrollo, seguramente imposibles de mencionar con exactitud, sin embargo, es sabido que en la edad adulta, el individuo se somete socialmente a las mayores exigencias en comparación con el resto de sus etapas de formación personal. Es así, que nos vamos dando cuenta que nuestro organismo comienza a manifestar constantes representaciones de alteración cada vez mas ligadas y correspondidas a las actividades, las presiones y las interacciones entre otras.

Es por ello que el mediador debe partir de que quizá el conflicto que tenga enfrente no necesita como atención primordial el restablecimiento de la comunicación, sino la identificación de una causa probablemente biológica que esté influyendo directamente con la visión y compresión del conflicto por parte del mediado.

En referencia a lo anterior, uno de los factores más cotidianos con los que compartimos nuestra vida diaria es el estrés, definido por el Dr. Soly Bensabat, Director del Centro Médico Francois I de Medicina Preventiva de París, como: Enfermedad de las civilizaciones modernas, debido a una demanda excesiva de adaptación (...) 11 .

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Actualmente el estrés es considerado el principal detonador de la mayoría de las enfermedades e incluso de las que son causas de muerte, además de que es uno de los factores biológico - social que en el caso que nos ocupa, es el principal alterador de la conducta real, es decir, en la mediación, si nuestro mediado está sometido a una gran carga de estrés lo más probable es que sus representaciones conductuales o reacciones no nos sean de ninguna ayuda hacia la resolución del conflicto, por lo que es recomendable acudir a caucus 12 o posponer la reunión.

Existen también otros factores biológicos que pueden estar influenciando directamente tanto la aparición como la conducción del conflicto por parte de los mediados, tales como: La mala alimentación, provocada por el exceso de grasas, sal o azúcar, el consumo exagerado de tabaco o alcohol, siendo estos últimos también factores de aparición social, al igual que el estrés, pero con repercusión biológica para el individuo.

Podemos concluir...

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