Configuración del escenario del debate público

AutorTomás Pedro Gomariz Acuña
Páginas45-68

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Como se ha venido señalando, todo fenómeno social es el efecto de la concurrencia de los agentes participantes en él. En este efecto, también influyen, con un carácter claramente determinante, los rasgos del entorno donde se producen estas situaciones de interacción social. Todo contexto social es a la vez el marco de la acción de los agentes protagonistas de los sucesos y la realidad surgida de las prácticas rutinarias de todos los miembros integrados en él. La iniciativa de los actores, de cualquier situación social, es llevada a cabo sobre la anticipación de los papeles, que deben de jugar los demás, en su participación del orden instituido para que éste se pueda mantener de forma estable. Lógicamente, la variabilidad de un determinado orden de cosas, que se constituye de esta forma, depende del grado de recurrencia de las prácticas necesarias para su existencia. En una sociedad compleja ya no hablamos meramente de recursividad de las prácticas cotidianas sino, más aun, de institucionalización.

La comprensión de todo fenómeno social requiere, además de la relación de los hechos acaecidos en él, del conocimiento de los rasgos del escenario donde éstos se producen. A partir de éstos podemos saber cuáles son los parámetros de la realización de las acciones y, por tanto, la lógica de lo acontecido. Hasta el momento nos hemos centrado en la justificación teórica de la necesidad de este apartado, para luego presentar cual ha sido la concepción general de este escenario. Como se apuntó en su momento, la metodología para este efecto fue la exposición sintética del objeto para posteriormente proceder a ilustrarlo con referencias a los hechos implicados en estas nociones. En este momento corresponde recurrir directamente a la

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descripción pormenorizada de la realidad referida. Esto se efectuará a partir de tres apartados, cuyas materias serán: la naturaleza del orden existente, los elementos constituyentes de esta escenografía y la lógica de articulación de estos elementos. En el primer caso, tratando de introducir los dos apartados siguientes, procedo con una descripción superficial de los aspectos más generales del orden social donde se produjo el fenómeno analizado. Esto lo hago sin buscar, como se ha hecho en el apartado anterior, el sentido profundo y la lógica del orden de las cosas. Se trata, ahora, de hacer una descripción, en términos generales, de la configuración de nuestro sistema político, jurídico, social y cultural. En el segundo caso, la atención se dirige a la descripción de los componentes de ese marco de desarrollo de los hechos estudiados en este trabajo de investigación: instituciones públicas, marcos normativos y sociedad civil. El último apartado tendrá como objetivo llegar a la comprensión de la articulación o del funcionamiento de todos estos elementos de ese complejo que es nuestra sociedad.

4.1. Naturaleza del orden existente

En el contexto del periodo analizado, destacan las características de todo proceso de transformación y cambio. Es una etapa, en términos generales, de profundos ajustes económicos, políticos y sociales. En esta tesitura destacan dos procesos en gran medida interrelacionados: la consolidación del orden constitucional y la adaptación al nuevo papel del estado Español dentro del sistema de las relaciones internacionales. Instituido el nuevo régimen político, su asentamiento habría de producirse mediante la asunción, por parte de la ciudadanía, de la legitimidad y buen funcionamiento del nuevo modelo institucional, donde los principales agentes, con capacidad de influir en la modelación de la esfera política, trataban de sacar mejores ventajas para sus planteamientos.53Este objetivo se conseguiría con la consumación de los fines perseguidos en este proceso: la creación de una nueva realidad apta para el desarrollo de las libertades y

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la puesta en funcionamiento de medidas destinadas a la atención de los ciudadanos en las necesidades surgidas durante el desarrollo de su vida.

Instaurado el nuevo "Estado social y democrático de Derecho"54 la siguiente etapa era la del desarrollo del contenido del texto constitucional.55Habida cuenta de la inestabilidad del momento, producida por el estado de agitación política e ideológica existente y el momento de penuria producida por la situación de crisis internacional, todo esto habría de llevarse a cabo mediante la ágil labor de un gobierno robusto, con expectativa de representar el contenido de las demandas sociales del momento. Los objetivos prioritarios eran la reducción de la conflictividad existente para poder provocar el necesario progreso económico. Claramente, el saneamiento de la economía fue primado por encima de las mejoras sociales. A este efecto, al menos a título de justificación de la política gubernamental, se partió de la consideración del buen efecto que podría tener para el interés general el desarrollo de la economía: se crearía más empleo y se podría contar con mas opciones en el ejercicio institucional de la distribución de la renta. Durante esta primera etapa del periodo fueron objetos del debate público las materias que habrían de corresponderle al nacimiento de un estado protector: la educación, la sanidad y el sistema de protección por desempleo. En un nivel mucho más alejado, que no se trató con ningún plan general de intervención, se encontraba el tema de la vivienda.

Los años correspondientes a este proceso fueron los del tiempo de la creación y rodaje del nuevo modelo de Estado. El marco legislativo estaba en proceso de creación y las instituciones públicas gozaban de muy poca experiencia. Aunque la opinión pública, en los primeros momentos, estaba aún exasperada, ésta permanecía inactiva, salvo en los momentos

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donde se producían actos triviales de desagravios contra los intereses de carácter general. Muchos problemas sociales no se traslucían en una respuesta crítica del orden político porque no existía una clara consciencia o sensibilidad social de las contrariedades que se estaban produciendo en este proceso de modernización. Además, cada vez era más visible otro fenómeno, el de la generación de una cultura social más individualista y menos solidaria, propia de los nuevos modos de vida. Destaca a este respecto el efecto que podría producir la nueva estructura del mercado laboral. Esta, tal como le correspondía a una economía tendente a la predominancia del sector terciario, cada vez era más fragmentada y diversificada, requiriéndose para el acceso a los puestos de trabajo de una estrategia competitiva de promoción personal. Además el cambio del panorama económico, que favoreció a un sector amplio de la sociedad, produjo que éstos cambiaran de forma de percibir los problemas generados por un reparto poco equitativo de la renta. El nuevo estatus de muchos les hacía despreocupados de este tipo de problemas de fondo a los que antes estaban tan ligados emocionalmente. La modernización ha moderado el discurso y ha debilitado la organización de la sociedad civil. Las organizaciones del lugar de trabajo, cívicas y comunitarias han decaído en número de miembros, autonomía y capacidad. Se ha debilitado el sentido de compromiso comunitario en los asuntos sociales y ha creado mayor atomización social y desarticulación de las organizaciones sociales, especialmente entre la gente joven.

La segunda etapa de este proceso se inicia con los primeros síntomas de decadencia de las legislaturas socialistas. Esto se culminaría con la sensación de vacío y crisis generados tras los grandes acontecimientos de 1.992 y el inicio de los escándalos públicos. Se inicia, en estos momentos, un proceso de animación del debate público. Desde finales de los años ochenta se empieza a incrementar la sensación generalizada de que algo no funciona. Pero todo esto no se edifica desde el contenido de la discursiva existente a principios de esa década. El marco de constitución de los viejos conflictos ha sido superado. La sensibilidad social se empieza a abrir a otras temáticas que previamente sólo fueron tratadas de una forma muy minoritaria por algunos sectores y organizaciones de alto nivel intelectual. La crítica surge con referencia a los problemas del orden existente y no a los defectos arrastrados por el modelo político anterior. En gran medida, todo esto fue el efecto de la maduración social del nuevo modelo político. Coinciden con estos cambios los efectos producidos en la modificación de la distribución de los escaños en el Parlamento. Durante las

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legislaturas donde la coalición socialista poseía mayoría absoluta, como siempre que ocurre esta situación, el tipo de liderazgo ejercido se concentraba en el Poder Ejecutivo. El nivel de negociación era bajo, o simplemente tenía un efecto muy reducido, porque el Gobierno no lo necesitaba para ejercer su función. Con la decadencia electoral de esta coalición se iría pasando a un modelo de organización de la actividad gubernamental basada en el consenso. Con ello las expectativas de logro, por parte de los interlocutores sociales, fueron en ascenso y esto se convirtió en un incentivo para el relanzamiento del activismo social y el desarrollo del tejido civil.

Dentro del marco del desarrollo institucional, durante este periodo también se producen hechos de relevante importancia. En lo que se refiere a la vertebración territorial del Estado, se culminó, a efectos prácticos56, el proceso de desarrollo de las Comunidades Autónomas.57En este proceso se destacan dos fases: la de la construcción del Estado de las Autonomías, efectuado entre 1977 y 1983, y la de la institucionalización de las Comunidades Autónomas, entre 1984 y 1991. En lo que respecta al organigrama de las administraciones del Estado...

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