Los condicionantes del consumo de bebidas alcohólicas

AutorFrancisco Alvira Martín
Páginas43-57

    Quiero agradecer a la Dirección General de la Salud Pública el permiso para utilizar los datos de este estudio, y asimismo quiero agradecer muy en especial la colaboración de la doctora Rita Enriquez de Salamanca, quien ha facilitado parte de los datos utilizados.


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1. El consumo de bebidas alcohólicas en España

El consumo de bebidas alcohólicas en España experimentó en estos últimos veinte años una evolución caracterizada por dos hechos básicos:

  1. Aumento paulatino de dicho consumo hasta llegar a la mitad de los años setenta, donde se produce una estabilización e incluso un ligero descenso a partir de los ochenta.

  2. Sustitución del vino, bebida tradicional, por cerveza y bebidas alcohólicas más fuertes.

Ambas pautas, reflejadas perfectamente en el cuadro 1 nos acercan algo más al tipo de consumo de bebidas alcohólicas que se produce en el centro y norte de Europa, aunque sigamos siendo el país del vino.

Estas cifras del consumo de alcohol absoluto son cifras aproximadas obtenidas a partir de la producción de las distintas bebidas, así como de su importación y exportación. Coinciden con otros indicadores de tipo directo/indirecto de modo que tanto la estabilización del consumo como el desplazamiento del mismo del vino a cerveza y bebidas de alta graduación deben tomarse como hechos ciertos.

La estabilización del consumo a nivel global oscurece un hecho clave: el consumo de tipo excesivo/abusivo se concentra en un porcentaje pequeño de la población, por lo que estabilizar no significa necesariamente disminución de los efectos negativos derivados del consumo de alcohol.

[ VEA LA TABLA EN EL PDF ADJUNTO ]

No todos los españoles consumen bebidas alcohólicas de un modo habitual, sino que cerca de una cuarta parte pueden considerarse No Consumidores o Abstemios. Del resto el grupo más importante es el de bebedores diarios, más de la mitad de la población, seguido del grupo de consumidores de fin de semana.

Precisamente este grupo de bebedores exclusivos -o casi exclusivos- de fin de semana ha aumentado en los últimos años, sobre todo entre los jóvenes. Las pautas de consumo de los españoles se aproximan así un poquito más a las típicamente europeas.

Las cantidades de alcohol consumidas son muy variadas y están en función directa de la prevalencia de los distintos tipos de bebedores y del tipo de bebida utilizada.

Como puede apreciarse en el cuadro 2, al aumentar la ingestión de alcohol absoluto dis minuye el número de personas que lo consumen, de modo que el porcentaje de bebedores excesivos, es decir, de personas que consumen cantidades excesivas es muy pequeño. La mayoría de los españoles (un 70 por 100) consumen menos de 25 centímetros cúbicos de alcohol absoluto al día. A pesar de ello, hay un alto porcentaje que consumen una cantidad importante: entre 50 y 75 centímetros cúbicos hay un 8 por 100.

La relación entre cantidad de alcohol consumida y número de personas implicadas en dicho consumo adopta la forma de una curva en forma de "J", de modo que se puede estimar que un 7 por 100 del total de la población adulta española realiza la mitad del consumo total dePage 44 bebidas alcohólicas y un 3,9 por 100 realiza la cuarta parte de dicho consumo.

En los gráficos adjuntos puede apreciarse perfectamente la concentración del consumo existente, tanto en el consumo realizado entre semana como en el del fin de semana.

[ VEA EL GRAFICO EN EL PDF ADJUNTO ]

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[ VEA EL GRAFICO EN EL PDF ADJUNTO ]

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En los últimos años, a partir de 1980, además de las pautas señaladas se ha apreciado un cambio radical en el consumo de bebidas alcohólicas por parte de los jóvenes españoles. En primer lugar, un descenso en la edad de comienzo de dicho consumo; en segundo lugar, un desplazamiento aún más acusado del vino a la cerveza y bebidas de alta graduación y por último, un aumento del número de consumidores de fin de semana. Todos estos cambios que se han producido en la juventud española parecen estar acercándonos cada vez más a pautas de consumo típicamente centro y norte europeas.

2. Condicionantes del consumo de bebidas alcohólicas

Explicar el consumo de bebidas alcohólicas o cuando menos explicitar los condicionamientos de su consumo quiere decir ante todo explicar no por-qué una persona bebe o no bebe, sino por qué bebe la cantidad que bebe. De la misma manera aunque es cierto que "de un modo u otro, todos nos drogamos ocasional, periódica, habitual o compulsivamente" (E. González Duro, Drogas: del consumo a la inseguridad ciudadana", Alfoz, 1985, pág. 21), no es menos cierto que este hecho no explica el consumo de drogas ilícitas.

La explicación puede hacerse a diferentes niveles. Achacar al "consumísmo" generalizado el origen del consumo de drogas es un nivel distinto del de hablar de la función que dicho consumo tiene a nivel socialPage 47 ("lubricantes psicosociales"). De la misma manera que aludir al efecto de la publicidad es situarse en un nivel diferente que cuando se afirma que "las drogas son productos del sistema y a él le sirven".

Señalar la supuesta "función" de un elemento de un sistema social -consumo de drogas en este caso- no es una buena explicación, sobre todo si tenemos en cuenta que:

- la función se presupone, y

- no sabemos si dicha función es necesaria para el mantenimiento del sistema y si po dría o no ser realizada por otro elemento social.

Es totalmente cierto que vivimos inmersos en una sociedad en que se favorece el consumo de bebidas alcohólicas. Estas se producen en grandes cantidades, se comercializan estando garantizada una oferta importante aunque no a bajo precio. Pero la existencia de la oferta no explica la existencia de la demanda, es decir, del consumo y menos aún de las variaciones de la demanda según individuos y grupos sociales.

La explicación de estas variaciones de los niveles de consumo debe buscarse en las características de la demanda y del consumidor y no en las de la oferta. La literatura científica existente sobre el tema que puede verse en la bibliografía al final de este artículo se ha centrado en un doble tipo de características:

- características de la situación en que tiene lugar el consumo de bebidas alcohólicas, y

- características del propio consumidor.

En este sentido formalmente, los modelos que tratan de explicar el consumo de alcohol no se distinguen de aquellos que tratan de explicar otros tipos de consumo. Sí que se distinguen en el hincapié que se hace en el proceso de aprendizaje del consumo que tiene lugar durante el proceso de socialización.

Al igual que otras pautas de acción o de consumo, "beber" es en gran parte cuestión de hábitos adquiridos y...

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