Conclusiones y propuestas de lege ferenda

AutorLaura García Álvarez
Cargo del AutorProf. Doctora de Derecho internacional privado, Universidad Pablo de Olavide
Páginas247-249

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La falta de legitimidad democrática del proceso legislativo en el seno de la Unión ha sido denunciada por no pocos auto-res críticos con la visión oficialista482del proceso de unificación jurídica que quiere impulsarse desde Europa, que está movido por un claro objetivo político de integración y flexibilización del mercado común, dominado por los intereses económico-empresariales y que impone normas que son ajenas -ex post y ex ante, por la propia configuración del proceso legislativo europeo- al control estatal de compatibilidad con el orden público nacional, cada cual diverso por su dimensión cultural propia. Esto, alegan sus críticos, lleva a la aniquilación de la diversidad y riqueza cultural de los ordenamientos jurídicos nacionales y a la creación de un Derecho anónimo, hiperespecializado y extremadamente técnico, al margen de las identidades múltiples que componen la Unión y del control democrático; de un Derecho que es creado por burócratas y técnicos para reforzar el poder la institución.

No obstante, sin perder de vista esta crítica, que debe ser ante todo un aliciente para reforzar el carácter democrático de la Unión y una llamada tanto a recordar la falta de inocencia de las

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organizaciones como a advertir el proyecto político intencionado que está siempre detrás de las normas jurídicas -de lo cual un jurista debiera ser siempre consciente-, no parece que sea aconsejable la negación de ese camino de unificación del Derecho en el mundo de hoy. Nos guste o no, es innegable la existencia de identidades múltiples, que conviven con la proporcionada por el Estado-nación pero la superan como identidad exclusiva y excluyente, la de las relaciones jurídicas cuyos efectos abarcan una pluralidad de países, la de un mercado que no entiende de fronteras territoriales y cuya acción -no siempre positiva para los ciudadanos ni para el planeta- difícilmente puede regularse y controlarse desde una óptica meramente nacional. No obstante, el fin no justifica los medios. Por ello, todo intento de unificación o armonización debería estar basado en valores compartidos por los ordenamientos nacionales y en un proceso de aprendizaje conjunto de los Derechos de los diferentes EE.MM. -alimentado, esto es, del Derecho comparado- que permita crear normas que respondan a las necesidades de regulación actuales en pro del beneficio social y de los más elementales derechos humanos y principios jurídicos internacionales, pero que sea fruto...

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