Conclusiones y propuestas

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España ha vivido una gran crisis que ha afectado a los cimientos mismos del pacto social. Pero nuestro país puede salir fortalecido si aprovecha esta oportunidad para repensar y mejorar las instituciones. Y es que un óptimo desarrollo del talento de los profesionales de nuestras Administraciones Públicas resulta determinante para mejorar la calidad y la eficacia de la acción de gobierno y, con ello, la confianza ciudadana en la que se sustenta la legitimidad de la acción pública.

No se nos escapa la dificultad de las reformas que aquí se proponen. Algunas de ellas, como la evaluación del desempeño, suponen modificar de manera profunda la cultura organizativa. En otros casos, como sucede con el análisis funcional de puestos de trabajo, exigen realizar un ejercicio complejo de estudio y clasificación. Por ello parece aconsejable fijarse distintos horizontes temporales para alcanzar de forma realista los objetivos deseados. Nada impide que los elementos más complejos formen parte de la última fase de un proyecto que se puede ejecutar por etapas, incluso a lo largo de varias legislaturas. La implantación de un nuevo procedimiento de selección de directivos públicos, mediante la aprobación de una ley que regule su estatuto, debería ser una de las medidas prioritarias, puesto que su papel resultará determinante para asegurar el éxito de estos proyectos. De la mano de un auténtico liderazgo público vendrá la dirección estratégica y, con ella, la necesidad de evaluar los resultados y las competencias. Posteriormente podrían desarrollarse los elementos más complejos, que en última instancia deberían incorporarse a la Ley de la Función Pública de la Administración General del Estado que desarrolle el EBEP.

De lo que se trata es de concebir un proyecto de mejora y de concitar los apoyos políticos y sociales necesarios para que este prospere. Debe existir un auténtico convencimiento por parte de los representantes políticos, de las organizaciones sociales y de los empleados públicos, de la importancia de desarrollar estas medidas para mejorar la efectividad de la acción gubernamental, más allá de la defensa de los intereses individuales, corporativos o partidistas108.

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Debemos insistir en que lo primordial es alimentar la confianza de todos los actores del sistema en que este puede funcionar de manera óptima si se interioriza el valor de la aplicación objetiva de las normas. Solamente así es posible urdir el cambio cultural que estas reformas promueven y que, en síntesis, son las siguientes:

  1. Reforzar la capacidad de planificación de los...

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