Conclusiones del congreso: "la segunda controversia de Valladolid"

AutorDavid Bondía García
Cargo del AutorInstitut de Drets Humans de Catalunya Universidad de Barcelona
Páginas583-591

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El Congreso Internacional sobre los Derechos Humanos, celebrado en Valladolid los días 18, 19 y 20 de octubre de 2006, ha constituido para la civilización actual, un hito muy importante en materia de derechos humanos y libertades fundamentales, a semejanza del debate que generaron en su momento las ideas de Bartolomé de Las Casas, plasmadas en la Controversia de Valladolid de 1551.

En dicha controversia, como es sabido, se enfrentaron las ideas de Juan Ginés de Sepúlveda -nacionalismo renacentista- y las ideas innovadoras de Bartolomé de Las Casas -universalismo medieval-. Su resultado no está claro; más aún, puede decirse que no hubo un resultado definitivo de dicha contienda.

No ha pasado lo mismo con esta Segunda Controversia de Valladolid. El Congreso Internacional de Derechos Humanos de 2006 se ha convertido en la Segunda Controversia de Valladolid, al acordar unas conclusiones que permitirán seguir adelante y apostar incondicionalmente por un sistema eficaz de garantía de los derechos humanos, que tenga en cuenta los cambios geopolíticos, las nuevas tecnologías y los diferentes planteamientos entre las diversas culturas.

El Congreso Internacional sobre los Derechos Humanos de Valladolid ha tenido un eje fundamental: la necesaria interacción entre la democracia y los derechos humanos. Por un lado, la democracia, no sólo desde su vertiente de técnica política, sino también y principalmente, desde su consideración como sistema de valores propios de una sociedad, se ha convertido en el marco idóneo para la promoción, el respeto y la consolidación de los derechos humanos y las libertades fundamentales.

Y, por otro lado, los derechos humanos no pueden concebirse como un instrumento de dominación e imposición ideológica o de los intereses de un sector sobre otro de la Humanidad, pero tampoco podemos obviar que existe un consenso acerca del valor universal de los derechos humanos.

Es necesario, por tanto, un intento de conciliar la universalidad de los derechos humanos con la diversidad de las condiciones nacionales y regionales. Universalismo y Regionalismo en materia de derechos humanos no son fórmulas excluyentes o incompatibles, sino sistemas que deben coordinarse con Page 584 el objetivo de profundizar en la salvaguardia de estos derechos. De este modo, el panorama en que deben actuar estos particularismos ha de consistir en su función de elevar, nunca rebajar ni suprimir, los estándares universalmente aceptados en materia de derechos humanos.

Este eje o premisa fundamental (democracia/derechos humanos) se ha dejado traslucir de forma constante en los seis grandes temas que se han abordado durante el Congreso. Sus conclusiones finales deberán servir para marcar los alineamientos futuros en materia de derechos humanos y guiar el comportamiento de todos los Estados que configuran la Comunidad Internacional y la Sociedad Civil, en la permanente búsqueda del bien común de la Humanidad.

Conclusión primera: los derechos humanos en la historia y su actualización De bartolomé de las casas hasta nuestros días

El análisis de la figura de Bartolomé de Las Casas nos sitúa ante un pensador clásico en un doble sentido: ser un autor cuya lectura resulta vital para interpretar su propio tiempo, y, a la vez, ser un autor que podemos leer a la luz de los problemas actuales. Hoy en día, en pleno siglo XXI y ante un mundo tan convulso, el pensamiento de este dominico está más vigente que nunca. La mayor parte de sus argumentos pueden ser adaptados sin ninguna dificultad a la realidad actual: necesidad de superar la división de la Humanidad entre civilizados y bárbaros (véase, el actual debate sobre el falso choque de civilizaciones); cambios en la religión que no pueden imponerse por la fuerza, sino que deben ser el resultado de una tarea evangelizadora (véanse los hasta ahora erróneos intentos y procedimientos utilizados para transformar algunos regímenes autoritarios en democracias); y, la sustitución de unas relaciones interhumanas ultranacionales basadas en el dominio, la desconfianza y el temor, por un orden interno y externo, cifrado en la solidaridad fiduciaria y en la cooperación (es preciso tener en cuenta las ideas subyacentes al debate sobre la Alianza de Civilizaciones).

De esta forma, una reflexión actual sobre los derechos humanos no puede evitar hacerse eco del pensamiento de Bartolomé de Las Casas. Él supone un hito decisivo en el camino hacia el reconocimiento del otro, que culmina en la alteridad aceptada como condición misma de la universalidad. De la...

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