Conclusiones

AutorFrancisco Valiente Martínez
Páginas309-317
CONCLUSIONES
I. El discurso del odio es el fundamento ideológico de todos los delitos de odio
La discriminación no es un acto gratuito o azaroso. Es un acto normalmente
doloso en el cual hay un agresor (el discriminador), una o varias víctimas (los discri-
minados) y un contexto en el cual una acción llevada a cabo por el primero resulta
dañina para el o los segundos. Este carácter doloso cuenta con una justif‌icación, lo
que en la investigación criminal comúnmente se conoce como un móvil. El discurso
del odio es el proceso por el cual toda discriminación se justif‌ica y queda dotada de
una falsa apariencia de sensatez, de coherencia o, incluso, de justicia o necesidad.
II. El discurso del odio atenta contra la dignidad humana
La premisa fundamental de la retórica del odio es que niega la esencia de la
dignidad, es decir, el valor irrenunciable y común de todos los seres humanos, que
nos es propia por el mero hecho de ser tales. Con demasiada frecuencia, al estudiar
este fenómeno, se han analizado sus consecuencias y manifestaciones sin tener en
cuenta su fundamento. El emisor del mensaje discriminatorio se considera moral-
mente superior a su víctima y, desde esa posición, se siente legitimado para proceder
de forma discriminatoria.
Pero es que, además, el emisor refuerza esa supuesta superioridad anulando a la
víctima. Es decir, no se trata de un odio hacia una persona concreta (por ejemplo,
hacia alguien que nos hubiese causado algún mal) sino contra todos los miembros de
un colectivo, a quienes se cosif‌ica, ridiculiza y desprecia exagerando sus supuestos
rasgos negativos. Ello atenta contra la dignidad porque cosif‌ica a la persona y niega,
de facto, que todos los seres humanos somos/tenemos un proyecto de vida individual
y y un papel que desempeñar como miembros activos de una sociedad. A modo de
ejemplo, podría argumentarse como hecho incuestionable que una determinada raza
de serpientes es muy peligrosa o que el tabaco es dañino para la salud; pero no es
justo ni legítimo hacer una generalización similar con ningún grupo humano, pues
ninguno, per se, es peligroso o nocivo.
III. El discurso del odio presenta elementos propios y característicos
Todo mensaje del odio consta de tres elementos: un colectivo amenazado, un
mensaje ofensivo y un riesgo de discriminación. Esto diferencia al discurso del odio

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