Conclusiones

AutorAlberto Colino - Antonio Javier Ramos Llanos
Páginas177-178

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La pobreza supone una herida moral para el individuo, las familias y la propia sociedad. Es el resultado de fallos estructurales socio-económicos y su erradicación debe ser un objetivo fundamental en todos los países y organismos económicos y sociales internacionales23. La mejora de la educación y la sanidad, la solidaridad social y, sobre todo, la creación de más empleo y de mejor calidad, son factores determinantes para lograr reducir la pobreza.

El desempleo y la pobreza son dos de los principales problemas económicos y sociales que España tiene en la actualidad. Ambos están íntimamente relacionados, puesto que el desempleo genera mayor riesgo de pobreza y el empleo facilita la salida de la misma.

Tener trabajo supone para un individuo tener ingresos y perspectivas favorables de calidad de vida, aunque ello, como hemos visto en este trabajo, dada la precariedad e inseguridad del trabajador, no implica necesariamente no ser pobre. Como nos muestra nuestra propia experiencia durante el período de intenso crecimiento económico de 1995-2007, la creación de empleo y la reducción del desempleo por sí solos no reducen la pobreza relativa.

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Otro factor que incide en la pobreza de las familias en la actualidad es el altísimo endeudamiento originado en el citado periodo de desequilibrado crecimiento económico de 1995-2007. Además, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria ha reducido el valor de las viviendas en España, y, por tanto, la riqueza de sus propietarios. Como señala Stiglitz24la caída del precio de la vivienda, el activo más importante de los de abajo y los de en medio, ha venido a agravar el riesgo de pobreza en España.

Por último, cabe destacar que detrás del elevado diferencial existente en la tasa de pobreza de nuestro país en relación a los países europeos de referencia, además del problema laboral, encontramos, antes y durante la crisis, una insuficiente y desequilibrada actuación redistributiva de nuestras Administraciones Públicas. Las políticas de austeridad han recortado programas de protección social esenciales para el bienestar de los grupos sociales más vulnerables.

En España debemos afrontar el reto de reducir tanto la tasa de desempleo como la tasa de pobreza llevando a cabo importantes reformas estructurales, principalmente en el mercado laboral y en el sector público, que permitan cambiar nuestro modelo productivo y de gasto, que permitan reducir el paro y crear empleo de más calidad y más estable. Y...

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