Conclusiones

AutorDionisio Llamazares Fernández
Páginas189-193

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CONCLUSIONES

La Educación para la Ciudadanía no es una asignatura como las demás del currículo como a veces se afirma por sus defensores. Es algo más. Es la asignatura por excelencia, porque su contenido está constitucionalmente tipificado como el objeto de la educación; su titular próximo son los propios escolares, ya que forma parte de su derecho a la educación, pero los beneficiarios últimos son la comunidad misma y el sistema democrático, dado que el objetivo de la asignatura es formar buenos ciudadanos. Además es una disciplina no sólo para conocer, sino para despertar la actitud crítica, la capacidad creativa y para vivir y practicar como forma de experiencia y aprendizaje. De ahí que en ella hayan de conjugarse la transversalidad y la autonomía de su estudio, la teoría y la práctica.

Todo hace pensar en la necesidad de intensificar la enseñanza en ciudadanía, entendida como enseñanza en derechos humanos y en democracia. Esa intensificación parece aconsejar que el estudio y reflexión sobre estos temas haya de hacerse en una asignatura expresamente dedicada a ello en los dos tramos de la enseñanza obligatoria, primaria y secundaria, así como en el bachillerato. Lo que cabe preguntarse es si eso es suficiente o si el tiempo que se le dedica es más bien escaso para los objetivos que se pretenden. Esta enseñanza como asignatura autónoma e individualizada tiene que complementarse con la transversalidad e incluso con la integración de un estudio y una reflexión más detenida y profunda en otras asignaturas de algunos aspectos de su contenido.

La acusación de adoctrinamiento no deja de ser una ironía, viniendo de donde viene, porque adoctrinamiento sin paliativos es el que se hace en las clases de religión confesional, algo de difícil armonización con el principio del libre desarrollo de la personalidad y su expresión, el derecho a la

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libre formación de la conciencia, especialmente en edades de insuficiente

madurez en las que tan fácilmente se puede violar ese derecho.

Lo que se pretende con esta nueva disciplina no es crear fieles, sino ciudadanos libres, responsables, críticos y participativos que asuman los valores comunes, el compromiso de respetar escrupulosamente los no comunes compatibles con ellos, el derecho a la diferencia y al diferente, así como los valores que le identifican como tal, en garantía de la igualdad de todos en la libertad y de la paz social.

Los contenidos de la asignatura de suyo en cuanto...

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