Conceptos básicos sobre las drogas

AutorEduardo Lopez Betancourt
Páginas19-40

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La confusión terminológica es uno de los aspectos más característico, a la vez que problemático en torno a las drogas. Ello, dado que las implicaciones morales, éticas, jurídicas y políticas que acompañan al fenómeno, dificultan marginarse de posturas, para intentar la construcción de nociones objetivas y precisas.

El clima social prevaleciente en la actualidad, ha generado una reacción de antipatía en la opinión pública, y aún dentro de círculos de académicos y especialistas, hacia el término mismo de droga; en el marco de la llamada guerra contra las drogas (política impulsada desde círculos de poder claramente identificables), la palabra se ha revestido de un contenido ajeno a su significado original, de tal suerte, que su mera enunciación, suele provocar escozor, pues se identifica casi como si el término fuese un enemigo, un objetivo perverso al cual hay que combatir y erradicar.

Esta atmósfera, en nada contribuye al análisis serio que exige el fenómeno. Por ello, con miras a aclarar un poco esta situación, se dilucidarán en este capítulo las nociones básicas, en torno a cuatro cuestiones: los conceptos relativos a la definición de la droga como tal, es decir, el elemento, sustancia o producto que es usado para provocar algún efecto; las expresiones afines, como narcótico, estupefaciente, psicotrópico enervante y fármaco; los conceptos que se refieren al narcotráfico, como mercado, comercio o tráfico, actualmente ilícito, de las drogas; y la ambigüedad en torno al usuario o consumidor, a quien se suele calificar indistintamente como adicto, dependiente, o incluso enfermo, entre otros términos.

1. Droga

Como se ha señalado, el vocablo mismo genera diversas problemáticas.

Droga se define según el Diccionario de la lengua española1 como “sustancia

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mineral, vegetal o animal, que se emplea en la medicina, en la industria o en las bellas artes”. En segundo término, el mismo tesauro apunta que droga es la “sustancia o preparado medicamentoso de efecto estimulante, deprimente, narcótico o alucinógeno”, e inclusive hace la distinción entre droga blanda, considerada como aquella que “no es adictiva o lo es en bajo grado, como las variedades del cáñamo índico”; y droga dura, aquella que “es fuertemente adictiva, como la heroína y la cocaína”.

La definición dada por el Diccionario de la lengua, establece a grandes rasgos, dos significados para el término droga: uno, amplísimo, como cualquier sustancia que funciona como ingrediente en actividades médicas, industriales o inclusive artísticas. Coincide con ello el Diccionario de uso del español, que define que droga es “en sentido amplio, cualquier sustancia que se prepara y vende para cualquier finalidad: para usos industriales, para pintar, para limpiar, etc.”2. El segundo significado, resulta más acorde a la noción común del término, en el cual se precisa que se trata de una sustancia o preparado que tiene como efecto provocar una alteración de la conciencia. Se trata entonces, de “cualquier sustancia natural o sintética que se emplea en medicina; especialmente, las de acción enérgica y las que se emplean para aliviar el dolor”.3La mayoría de los especialistas coinciden en señalar igualmente dos sentidos para el concepto. No obstante, a diferencia de la noción amplísima que de droga da el diccionario, como, prácticamente, cualquier sustancia; este sentido amplio se restringe a que dicha sustancia debe tener como finalidad provocar alguna reacción en el organismo, cualquiera que ésta sea. En el sentido estricto, se especifica que la naturaleza de dicho efecto en el organismo, debe ser una alteración o modificación del estado de vigilia.

Como puede verse, en sentido amplio, pueden ser drogas innumerables sustancias, basta con que se trate, se insiste, de:

  1. Una sustancia de cualquier naturaleza; b) Que produzca algún efecto en el organismo. Evidentemente, estos dos requisitos los cumplen no sólo todos los medicamentos o fármacos usados actual-mente, sino también el agua, el aire y los alimentos; por ello, para diferenciar las drogas de estos, algunos especialistas añaden una tercera característica, alusiva a que las drogas: c) Carecen de valor nutritivo, no son indispensables para la subsistencia, en condiciones de normalidad.

    Así, para Cruz Magallanes “es toda sustancia que, al introducirse en el organismo vivo, puede modificar una o más de sus funciones. También se define

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    como todo agente químico (que no sea agua, oxígeno o alimento) que al introducirse en el organismo, modifica o altera una o más de sus funciones normales, al producir cambios fisicoquímicos que en algunos casos pueden tener efectos psicológicos”.4 Según Patricia Caro es “todo aquello que introducido al organismo provoca alguna modificación”.5 De acuerdo con Velasco Fernández, “es cualquier sustancia química o mezcla de sustancias distintas de las necesarias para la conservación de la salud en condiciones normales, cuya administración modifica las funciones biológicas, y posiblemente también la estructura del organismo”.6 Ronald E. Smith, considera que “droga es cualquier sustancia que introducida al organismo, produce un cambio anatómico o fisiológico”.7 Massün, apunta que se trata de “un nombre genérico que designa cualquier sustancia que, al ser introducida en el organismo vivo, produce alteraciones en su estructura o funcionamiento normales (cambios físicos o mentales)”.8Según la misma autora, se distinguen de los alimentos en que no son nutritivas, aunque bien pueden tener en algunos casos propiedades curativas, como es el caso de los medicamentos.

    Esta noción amplia de drogas, deriva en buena medida de la concepción que se tenía en Grecia al respecto. Según apunta Escohotado, “por droga –psicoactiva o no– seguimos entendiendo lo que hace milenios pensaban Hipócrates y Galeno, padres de la medicina científica: una sustancia que en vez de ser «vencida» por el cuerpo (y asimilada como simple nutrición) es capaz de «vencerle» provocando –en dosis ridículamente pequeñas si se comparan con las de otros alimentos– grandes cambios orgánicos, anímicos o de ambos tipos”.9Etimológicamente, según el Diccionario de la lengua española, el término proviene del árabe hatrúka, que significa literalmente, “charlatanería”. Ello, puede relacionarse en buena medida con la utilización mayoritaria de las drogas de parte de curanderos, magos y hechiceros en todas las culturas. En otra versión, la palabra se identifica con la voz anglosajona drug; con drogue en francés; droga en italiano; y droge en alemán, que tienen su origen en la palabra holandesa droog, que significa seco o árido, y hace referencia al estado en el que llegaban antaño a Europa las plantas medicinales procedentes de América.10En sentido

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    similar, Adalberto Santana refiere que para González-Carrero y González-Isea, el vocablo proviene efectivamente de drog, en idioma holandés; pero para Juan Segarra, la palabra deriva más bien de la expresión neerlandesa droghe, que da lugar al término en lengua francesa drogue y coincide con el anglosajón drog.11De una u otra forma, en este sentido amplio, droga se utiliza comúnmente como sinónimo de fármaco.

    Ahora bien, en sentido que podría llamarse estricto, como se ha señalado, las drogas son sustancias que efectivamente provocan un efecto en el organismo, pero éste debe ser una alteración psíquica o anímica. Al respeto, Castro Sariñana habla de que “pueden ser cualquier producto psicoactivo, es decir, que altera alguna función mental, que al ser consumido reiteradamente tiene la posibilidad de dar origen a una adicción”.12Esta segunda noción, proviene de una utilización abreviada del término, por la cual, las que deberían calificarse propiamente como drogas psicoactivas, narcóticas, o estimulantes, etc., según su efecto, pasan a denominarse simplemente drogas. Así, como apunta David T. Courtwright, “el término «drogas» es muy problemático, en parte debido a sus connotaciones de abuso y adicción. Pero tiene una gran virtud: es corto. Uno de los motivos por los que ha pervivido, a pesar de las objeciones de los farmacéuticos ofendidos, fue el hecho de que los redactores de titulares periodísticos necesitaban algo más sucinto que «drogas narcóticas»”.13Las definiciones actuales siguen en buena medida los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En 1969, este organismo, manteniendo un criterio clínico, definió droga como toda sustancia que introducida en un organismo vivo, puede modificar una o varias de sus funciones. Sobre este respecto, Segarra Domenech apunta que se trata de una inexactitud, toda vez que la definición señala “equívocamente la necesidad ineludible de introducirse en el organismo, condición no imprescindible ya que existen numerosos compuestos que poseen el carácter de fármacos sin que sea obligado el alcanzar la intimidad orgánica”.14Husak, señala que la definición médica más citada, es la de droga como “cualquier sustancia distinta de los alimentos que por su naturaleza química afecta la

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    estructura o la función de un organismo vivo”.15Definición que el mismo autor critica por ser demasiado amplia.

    En 1982 la misma OMS intentó delimitar cuales serían las sustancias que producían dependencia y declaró como droga de abuso “aquella de uso no médico, con efectos psicoactivos (capaz de producir cambios en la percepción, el estado de ánimo, la conciencia y el comportamiento) y susceptible de ser auto administrada”.16Con ello, se supera el criterio previo dado por Informe 16º del Comité de Expertos en Farmacodependencia de la OMS, en el cual se había hablado de las drogas, como sustancias que por su consumición repetida provocan en el hombre un estado de intoxicación periódica perjudicial para él y la sociedad.

    A...

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