Concepto, contexto actual y función de la Policía

AutorElena Cobler Martínez
Páginas122-131

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"No olvidar nunca que cuanto más grande sea la colaboración de la ciudadanía, menos necesaria serán la fuerza física y la coacción para conseguir los objetivos de la policía".

Sir Robert Peel (1788-1850)

La etimología del término "policía" es eminentemente ciudadana pues deriva de "polis" (ciudad). La policía no sólo es un instrumento del estado para imponer el orden cuando es necesario, sino que también se presenta como un servicio público para los ciudadanos, es por tanto un servicio ciudadano, puesto a disposición de sus habitantes para desempeñar unas tareas determinadas.

Históricamente la policía se ha correspondido con el concepto de modelo de estado de la época, por ejemplo según la definición de la función policial realizada por Blackstone, jurista inglés del siglo XVIII, la misión policial consiste en hacer frente a las ofensas o delitos contra la paz pública, ofensas que pueden ser de dos tipos: concretas o las que tienden a producir ruptura. Según eso, la función policial es una filosofía en sí misma, ya que se apoya sobre una

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lectura permanente de la realidad social, la función policial cruza orden y desorden y los disturbios son inherentes a la noción de orden. Nociones como Derecho, Autoridad, el sentido de lo justo y lo injusto, esa unidad estructural fundamental, se apoya en la percepción de identidad de un grupo social, así, la función policial aparece como una especialización y una profesión.

De la misma manera que ha evolucionado el concepto de estado, estamos en un estado de derecho social y democrático, también ha evolucionado el concepto y modelo de las funciones de la policía.

Antes se consideraba que el objetivo fundamental de la policía era exclusivamente de orden público con una función meramente profesional y ahora hemos pasado a una función de servicio público a la comunidad. Concebida así la policía como un servicio público, debe dispensar seguridad a la ciudadanía, en este contexto, el término seguridad va más allá del concepto policial para garantizar el bienestar social y evitar fracturas sociales, como hemos visto anteriormente.

La forma característica de intervención policial en modelos de carácter tradicional y burocrático se limita a resolver un conflicto puntual de manera rápida y momentánea, donde no se contemplan ni las causas o raíces de ese conflicto ni las consecuencias del mismo.

En la actualidad, el modelo policial se basa en la síntesis de dos vertientes: la funcionalista, (tiene unas funciones específicas) y la sociológica (que no es procurar asistencia social, pero sí averiguar las causas de muchas situaciones que provocan acciones contrarias a los derechos y libertades). Este modelo pretende un acercamiento a la ciudadanía que tiene como objetivo final conseguir una mejor calidad de vida para la comunidad.

Tenemos una nueva sociedad que demanda que por parte de la policía se preste un servicio a la comunidad profesional, ágil y eficaz, que proteja a las víctimas y al mismo tiempo sea respetuoso con los infractores y con el delincuente. Que ofrezca seguridad y el mantenimiento de la convivencia y la tranquilidad ciudadana protegiendo a las personas y sus bienes, garantizando el ejercicio de las libertades y de los derechos constitucionales, desarrollando a la

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vez el difícil papel que la sitúa dentro del marco legal y estratégicamente al frente de la resolución de problemas que la dinámica social genera.

La sociedad actual ya no ve al policía únicamente como un profesional del control social, como la fuerza del servicio de la ley, sino que lo ve además como un potente modulador de conflictos, un factor de mediación e integración social.

Hoy se le pide al policía que sea un profesional de la seguridad y de la convivencia, de la integración social, de la calidad de vida, pero sobre todo, se le pide que actúe de una forma determinada que actúe con una actitud de auténtica implicación en los problemas en los que interviene. Lo más importante no es en qué materias inter-viene, sino de qué forma se hace esta intervención138.

Por eso, el desarrollo de las funciones, actividades y el rol de la Policía es un trabajo continuo de los poderes públicos, para intentar conjugar los derechos humanos, las libertades públicas, los sistemas de garantías, el bienestar social y el equilibrio armónico entre la libertad individual y la seguridad colectiva.

Muchas de las policías europeas además de la nuestra, convergen en el modelo de policía comunitaria139, la policía francesa, la policía de Alemania, la inglesa y la holandesa; el cual está sustentado en la proximidad, la prevención, la asistencia y otros mecanismos que contribuyen a favorecer y enriquecer las relaciones entre la policía y la ciudadanía.

El modelo de policía comunitaria se sitúa en un nivel superior de la función meramente asistencial, ya que la función asistencial es una respuesta reactiva a una situación de emergencia; cuando se acude a una intervención policial con una óptica comunitaria se va más allá, se analiza si se trata de un problema latente o es la manifestación de otros secundarios, si es una...

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