Concepto, contenido y protección del medio ambiente en el delito del artículo 325 del código penal (su relación con el artículo 328 tras la reforma LO 5/2010 de 22 de junio).
| Autor | Nuria Castelló Nicás |
| Cargo del Autor | Profesora Titular de Derecho Penal. Universidad de Granada |
| Páginas | 231-377 |
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La actividad humana y la tecnología no han resultado inocuas para nuestro medio natural, al que hemos sometido a un crónico pro-
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ceso de desgaste de los bienes de los que nos rodeamos, que han quedado inermes ante el desarrollo de una sociedad del bienestar que comienza a sufrir las consecuencias de un inadecuado proceso de «prosperidad» de nuestras actividades2. La preocupación por nuestro medio ambiente es patente en la sociedad actual, preocupación que se ha convertido en clara concienciación por parte de los organismos internacionales y los gobiernos de los distintos países3, y que gracias a la labor de difusión acerca de los peligros que le acechan, ha logrado la concienciación de gran parte de la sociedad y, en definitiva, del ciudadano de a pie4. Actitudes cívicas que se observarían como extravagantes hace unos años han pasado a convertirse en cotidianas en la
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actualidad. Sin embargo, la andadura por este camino no ha hecho nada más que comenzar, queda mucho trabajo por hacer y muchos años por delante, vinculados a la necesidad de provisión de partidas de inversión y de investigaciones que desarrollen recursos no contaminantes para que poco a poco nuestras futuras generaciones puedan reencontrarse con un planeta limpio5. Frente a ello, no hay que olvidar que no todas las intervenciones caminan guiadas por tan loables y benefactores fines, pues ruines intereses económicos se entremezclan haciendo prioritarios su objetivos6.
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Remontándonos a los orígenes del Cosmos en general y de nuestro planeta en particular, éstos parecen hallarse en la Gran Explosión (Big Bang), que sostiene que el Universo se creó a partir de una masa muy concentrada que hizo explosión. De conformidad con esta teoría, hace
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unos 15.000 millones de años el Universo se encontraba en un estado altamente condensado que estalló7. Pero el Sistema Solar y en particular la Tierra sólo tienen un tercio de la edad del Universo8. ERICKSON hace una clara exposición del origen de la Tierra que reproducimos: «La Tierra se formó a partir de polvo y gases del disco plotoplanetario que giraba inicialmente alrededor del Sol. En el momento en que la Tierra casi alcanzaba su tamaño final, el Sol explosionó y barrió su atmósfera exponiendo su superficie, que estaba en continua agitación, a grandes impactos de meteoros y enormes erupciones volcánicas. En ese momento llegó desde el espacio exterior un asteroide del tamaño de Marte que había sido expulsado por un come-ta del cinturón de asteroides que hay entre Marte y Júpiter. El asteroide asestó al joven planeta un poderoso golpe y, mientras se alejaba en el espacio, extrajo de él un remolino de rocas fundidas. Parte de este material se perdió en el espacio y parte cayó de nuevo sobre la Tierra, pero casi toda la masa empezó a girar alrededor del planeta y con el tiempo se integró para formar la Luna»9. «Cuando el planeta tenía
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4.000 millones de años, la vida salió de los océanos para conquistar la Tierra. Puede parecer extraño que necesitara tanto tiempo, ya que la vida existía desde hacía 3.000 millones de años, pero los organismos terrestres no se podían aventurar sobre la superficie hasta que no se hubiera desarrollado la capa de ozono en la parte superior de la atmósfera»10. «La densidad de la Tierra -la mayor de todos los plane-tas-, proporciona la gravedad suficiente para mantener la existencia de la atmósfera y de grandes océanos. Su distancia al Sol, 150+/- 2,5 millones de kilómetros, la mantiene a una temperatura media entre los puntos de congelación y ebullición del agua permitiendo el desarrollo de la vida. La inclinación de su eje, entre 22 y 25º, proporciona a la Tierra unas estaciones que favorecen la proliferación de una gran variedad de especies. Su elevada velocidad de rotación le da luz y oscuridad, así como calor y frío -una importante condición al principio de la historia de la vida. La cercanía de la Luna proporciona mareas regulares que, según se cree, es un importante requisito para el inicio de la vida. La Tierra desarrolló una densa atmósfera que en un principio fue reductora para convertirse en oxidante por la proliferación de la vida»11.
El ciclo más importante relacionado con la vida en la Tierra es el «ciclo del carbono» generado por la propia Tierra y llamado en ocasiones «Ciclo de las Rocas»12. «El dióxido de carbono representa cerca del 0.035% de la atmósfera, lo que supone 700.000 millones de toneladas de carbono. Juega un papel primordial como fuente de carbono, y es utilizado para la fotosíntesis de las plantas verdes y, por tanto, proporciona la base para toda la vida. El dióxido de carbono atrapa el calor -que de otra manera escaparía al espacio- actuando de forma similar a una manta térmica. En este aspecto, el carbono actúa como regulador
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de la temperatura de la Tierra. Si se eliminara de la atmósfera más dióxido de carbono del que se repone, la Tierra se congelaría. Si se generara más dióxido de carbono del que se elimina en la atmósfera, la Tierra se calentaría. Por tanto, cualquier cambio en el ciclo del carbono puede tener profundos efectos en el clima»13. Pues bien, el hombre, con su actividad, está cambiando el medio físico y biológico de la Tierra; el incremento de población obliga a convertir los bosques en suelo agrícola, a urbanizar el terreno. La superficie del suelo se está erosionando a un ritmo muy superior a su capacidad de regeneración. La combustión de los carburantes fósiles ocasiona enormes cantidades de dióxido de carbono que se emiten a la atmósfera, y que podrían elevar la temperatura media global, así como produce la mortífera lluvia ácida que destruye bosques, cosechas, peces, etc14. Asimismo, los contaminantes minan lentamente la capa de ozono de la zona superior de la atmósfera. Tampoco el mar se libra, pues las propias especies marinas resultan envenenadas por el agua contaminada y los vertidos de desechos en los mares15. Aunque el ciclo hidrológico limpia la Tierra de los contaminantes naturales y de los procedentes de la fabricación humana mediante un proceso de dilución, cuando el sistema está sobrecargado de residuos tóxicos, existe el peligro de que éstos se concentren en niveles letales. Muchas sustancias tóxicas que inicialmente se encuentran diluidas en ríos, lagos y océanos se aglutinan mediante la actividad biológica, empezando por contaminar el principio de la cadena alimenticia y avanzando hasta envenenar la vida acuática de la que después se alimentarán los seres humanos16. Igualmente grave es el problema de la
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pérdida de suelo, convirtiendo lo que era tierra fértil en desiertos por culpa de técnicas de cultivo destructivas, así como la tala de árboles también para la realización de cultivos y la explotación maderera, lo que ocasiona un incremento del contenido de dióxido de carbono que aumenta el efecto invernadero que puede cambiar los modelos climáticos mundiales conforme se calienta la Tierra. También las cenizas de los incendios forestales absorben la radiación solar y calientan la atmósfera. El resultado es el desequilibrio de las temperaturas17.
Partimos de la base de dos componentes fundamentales del medio: el medio físico o natural, esto es, los elementos ajenos al hombre, sean o no vivientes (relieve, aguas18, suelos19, vegetación, fauna20, paisaje21y
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atmósfera22); y el medio humano o socioeconómico, que abarcaría los asentamientos humanos, las formas de explotación económica y todo lo que constituye una ocupación del espacio, cualquiera que sea su finalidad23. El objeto principal de los estudios medioambientales es la actividad humana destructora, dejando a un lado las manifestaciones extraordinarias o catastróficas de los componentes básicos del medio ambiente y que obedecen a leyes físicas que rigen su evolución24.
Sobre la afectación negativa al medio ambiente, hay que atender a la alteración del relieve a través de diversas actuaciones humanas, entre las cuales están la agricultura y ganadería, la explotación de recursos minerales, la urbanización, la desaparición o implantación de masas de vegetación que puede hacer que la erosión quede reducida o incrementada (un incendio es un hecho grave pues la vegetación necesita tiempo para regenerarse), la construcción de embalses, canales, obras de defensa de cauces fiuviales, infraestructuras relacionadas con el transporte25.
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Por su parte, la degradación del medio acuático se produce por la contaminación de agentes físicos (temperatura, radioactividad, partículas en suspensión)26, químicos (concentración del ión pH, cloruros, sulfatos, fosfatos, oxígeno disuelto, compuestos nitrogenados, metales)27o biológicos (materia...
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