Las comunicaciones móviles
| Autor | Sylvia Alonso Salterain |
| Cargo | Abogada Socia de Cremades & Calvo-Sotelo |
| Páginas | 67-77 |
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Mucho ha llovido desde que empezamos a ver en el mercado aquellos primeros teléfonos móviles. Si hoy en día un niño tuviera la oportunidad de tener entre sus manos uno de eso primeros ter-Page 68minales móviles, creería que se trataba más de un maletín que de un teléfono móvil de los que está acostumbrado a ver. Mucho han cambiado las cosas desde aquellas primeras épocas. Pero no solamente en los aspectos físicos de los terminales, sino en la oferta de servicios, su calidad y sus precios. El sector de las telecomunicaciones (hoy ya llamado el de las comunicaciones electrónicas) ha sido puntero en inversión e innovación dentro de la Economía nacional, y esto podría decirse más aún específicamente del sector móvil.
También ha cambiado mucho el panorama regulatorio desde los años 80. Desde 1988, la liberalización se empezó a producir de manera escalonada y progresiva: equipos terminales, servicios de valor añadido, grupos cerrados de usuarios, transmisión de datos, servicios de comunicaciones móviles y servicios de televisión por cable, hasta que en 1998 se abolieron todos los derechos especiales y exclusivos sobre la provisión de servicios de telefonía fija y sobre el establecimiento y la explotación de redes públicas fijas de telecomunicaciones.
Respecto de la telefonía móvil, 1998 también fue un año fundamental. Si bien es cierto que ya en 1995 el mercado contaba con dos operadores en tecnología digital, la concesión de una tercera licencia en 1998 supuso un hito en el desarrollo de la competencia en este segmento del mercado. También el hecho de que en ese momento las telecomunicaciones en general, tras pasar por un breve período de duopolio en la provisión de redes y servicios de voz al público, se abrieran a la libre competencia fue fundamental para las estrategias y prácticas comerciales de los operadores de telefonía móvil. Así es que se enmarcan las comunicaciones móviles dentro del décimo aniversario de la liberalización de las telecomunicaciones en España.
Es evidente que la liberalización de los mercados ha traído consigo la entrada de nuevos operadores o proveedores de servicios, un aumento significativo en la posibilidad de elección de servicios para los consumidores, a mejores precios, una mayor innovación en servicios y un fuerte estímulo en la inversión en el mercado. Una inversión e innovación que tiene un claro reflejo en el tipo de ofertas de servicios y de dispositivos electrónicos que están al alcance del consumidor.
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En concreto, la oferta relacionada con la telefonía móvil es paradigma de la modernidad y la innovación. Observando el desarrollo de aquélla a lo largo de estos años, cabe concluir que en la popularidad y generalización de la telefonía móvil concurren una serie de factores, no limitados a los aspectos económicos, sino más bien sociales y de hábitos de consumo. Y esto debe ser así porque desde sus inicios el precio de la telefonía móvil fue superior al de la telefonía fija. Sin embargo, el número de clientes de los operadores móviles desde la segunda mitad de los años noventa creció exponencialmente. Contribuyó a este proceso tanto la incorporación de nuevos servicios y facilidades a un coste asumido como asequible por los usuarios, como la creciente necesidad cultural de comunicación de la población, que apreciaba la movilidad y la posibilidad de estar permanentemente localizable. En el año 2000, la penetración de la telefonía móvil en España ya superó la de la telefonía fija, lo que venía a apuntar el alto grado de reemplazo de una por la otra.
El proceso de liberalización del mercado de las comunicaciones electrónicas no sólo fue escalonado, sino que además estuvo muy ligado a la tecnología. En general, se regulaba de manera separada y específica cada tipo de servicio dependiendo de qué tipo de tecnología lo sustentaba. Este modelo quebró forzado por la convergencia tecnológica. La convergencia tecnológica, consecuencia de la digitalización, puso en evidencia que diferentes tipos de redes podían transmitir diferentes tipos de servicios. Con la tecnología digital increíbles cantidades de datos pueden ser transmitidas a un inmenso número de usuarios a través de diferentes redes. Al mismo tiempo, la tecnología digital permite la convergencia de medios separados tradicionalmente, pudiendo juntar texto, sonido, vídeo y voz en lo que se ha venido a llamar multimedia.
También es importante destacar la contribución del cambio tecnológico que se produjo en esa segunda mitad de los años noventa a este proceso de expansión de la telefonía móvil. La tecnología digital GSM-900 y DCS 1800 permitió, en principio, una mayor calidad y un mayor número de facilidades que las ofrecidas hasta la fecha por la tecnología analógica, lo que provocó que esta última entrara ya en 1999 en un claro retroceso tanto en facturación como en número de clientes y en tráfico cursado.
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Desde 1998, la competencia entre los operadores móviles en España ha existido. Es cierto que en un sector...
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