Analisis comparativo desde una perspectiva de género: economía social versus mercado laboral

AutorMª Antonia Ribas Bonet
Cargo del AutorProfesora Titular de Escuela Universitaria Departament d'Economía Aplicada Universitat de les Illes Balears
Páginas263-287

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I Introducción

Existen pocos estudios cuyo objetivo sea abordar el tema del género en el ámbito de la Economía Social. Es por ello que resulta de interés el acometer dicho análisis, especialmente teniendo en cuenta la época recesiva que estamos atravesando en los últimos años que está afectando profundamente al empleo de una forma generalizada. Hay que destacar que los estudios realizados hasta el momento han puesto de manifiesto la existencia de desigualdades de género en el sector de la Economía Social. El Ministerio de Empleo y Seguridad Social (anteriormente Ministerio de Trabajo e Inmigración y antes Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales) desde hace ya varios años publica trimestralmente datos relativos a los/as trabajadores/as de determinadas entidades del sector de la Economía Social (Cooperativas y Sociedades Laborales) desagregados por sexo. Por su parte, la Confederación Española de Cooperativas de Trabajo Asociado ha sido una de las organizaciones pioneras en la realización de estudios sobre la situación de la mujer en el ámbito cooperativo, y en la promoción de publicaciones e iniciativas que puedan ayudar a la visibilidad de la problemática del colectivo femenino dentro el movimiento cooperativo.

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Otros trabajos (Senent, 2008) analizan las desigualdades de género en el marco de la Economía Social desde un punto de vista teórico, partiendo de los postulados que rigen las empresas cooperativas (principios cooperativos) y analizando la discordancia existente entre la situación de las mujeres en las cooperativas y las premisas teóricas que les son aplicables a dichas empresas. Quizá los estudios de Ribas (2005 y 2010) y los trabajos de Ribas y Sajardo (2004 y 2005) son los que abordan en mayor profundidad la cuestión del género en el ámbito de la Economía Social de una forma global, ya que se analiza el tema en las diversas entidades que componen el sector, y además de forma exhaustiva, dado que se acomete el estudio de las distintas variables relacionadas con el mercado laboral: porcentajes de participación globales, por sectores, por ramas de actividad...; tipología de contratos; jornada laboral; antigüedad, etc.

Las conclusiones de dichos trabajos destacan la existencia inequívoca de importantes desigualdades de género en un sector que presenta características específicas que podrían ser determinantes en la consecución de una mayor equidad entre los miembros de uno y otro sexo. Es por ello, que el presente trabajo retoma dicho ámbito de estudio para realizar un análisis de las principales variables del mercado de trabajo en una época marcada por la crisis económica que ha determinado un importante descenso del empleo. El objetivo es lograr una comparación entre las cifras relativas al sector de la Economía Social y el conjunto de la economía española, al mismo tiempo que se pretende ofrecer una visión temporal que permita observar la evolución de los datos de empleo desde la época anterior a la crisis hasta llegar al momento actual en que ésta se ha presentado de un modo más acusado.

La época de crisis que se ha desencadenado en los últimos años ha convulsionado el mercado laboral, siendo una de las consecuencias más visibles el importante incremento de la tasa de paro y del número de personas desempleadas. En este contexto, es evidente que la precaria situación laboral ha afectado a hombres y a mujeres, sin embargo, la cuestión clave que se puede plantear es si la crisis ha afectado por igual a los miembros de uno y otro sexo, o si ha habido diferencias sustanciales entre ellos. Asimismo, este trabajo tiene también como objetivo discernir si las diferencias de género existentes en el mercado laboral español se manifiestan del mismo modo durante la época de crisis, o bien se aprecian diferencias entre la época de recesión y la inmediatamente anterior.

En el contexto de crisis ya mencionado, interesa asimismo, evidenciar las eventuales diferencias y/o semejanzas entre las empresas de Economía Social y el resto de empresas de la economía española. Para lograr dicho objetivo se estudian de forma separada los datos de la Encuesta de Población Activa publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y las estadísticas de la base de datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social relativos a las empresas de Economía Social (cooperativas, sociedades laborales anónimas y sociedades laborales limitadas) estableciendo una comparación entre ambas

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fuentes. A lo largo de la exposición se incorporan también datos del reciente estudio dirigido por Martínez (2011) titulado El impacto socioeconómico de las entidades de Economía Social, en el cual se analizan 6.361 empresas de la Economía Social (en sus diversas formas) abarcando 15.080 trabajadores/as, junto con 6.978 empresas sociedades limitadas y sociedades anónimas con un total de 15.826 trabajadores/as. Esta muestra permite realizar una comparación de la situación de ambos grupos en diversos aspectos socioeconómicos incluyendo el ámbito de la igualdad de género, ya que presenta información en relación a diferentes variables según el sexo.

Para lograr los objetivos señalados, a lo largo de la exposición se analizarán diversas variables relativas al mercado laboral español en función del sexo como son las tasas de paro y de actividad, la población activa, ocupada y parada, los diferentes sectores de actividad, los tipos de contrato y el tipo de jornada laboral. Para el análisis se toma una franja temporal que abarca desde el año 2005 hasta el 2011, período que comprende la situación previa a la crisis económica y la evolución desde que se inició esta.

Los datos relativos al mercado laboral español son cifras tomadas del INE que están calculadas como medias anuales. Por su parte, los datos relativos a la Economía Social son datos tomados a 31 de diciembre de cada año. En relación al análisis abordado hay que tener en cuenta que la comparación se realiza entre una estadística obtenida mediante una encuesta (EPA para los datos globales del mercado laboral español) y los datos poblacionales del sector de la Economía Social obtenidos a partir de los ficheros de cotización de la Seguridad Social. Por su parte, el estudio de Martínez (2011) toma datos relativos a la Muestra Continua de Vidas Laborales del año 2009.

II Principios y valores de la economía social

En primer lugar y como forma de sentar las bases del presente trabajo, conviene analizar cuales son las características particulares de las entidades de Economía Social, así como los principios y valores sobre los cuales se asienta el sector.

Frente a otras conceptualizaciones existentes, como el enfoque de origen anglosajón (Non Profit Organization — NPO) que identifica el Sector No Lucrativo con el Tercer Sector, en España se sigue el enfoque de origen fran-cófono (Economía social) que incluye, como parte integrante del Tercer Sector, al Sector no Lucrativo. Esta es la definición utilizada en el ámbito académico, científico y la adoptada recientemente por la Ley 5/2011 de Economía Social.

La definición de Economía Social aceptada de forma generalizada define el sector como el «conjunto de empresas privadas organizadas formalmente, con autonomía de decisión y libertad de adhesión, creadas para satisfacer las necesidades de sus socios a través del mercado, produciendo bienes y servicios,

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asegurando o financiando y en las que la eventual distribución entre los socios de beneficios o excedentes así como la toma de decisiones, no están ligados directamente con el capital o cotizaciones aportados por cada socio, correspondiendo un voto a cada uno de ellos. La Economía Social también agrupa a aquellas entidades privadas organizadas formalmente con autonomía de decisión y libertad de adhesión que producen servicios de no mercado a favor de las familias, cuyos excedentes, si los hubiera, no pueden ser apropiados por los agentes económicos que las crean, controlan o financian» (Chaves y Monzón, 2007).

Según esta clasificación aparecen dos subsectores de la Economía Social. Por un lado conforman el sector las entidades que operan en el mercado produciendo bienes, servicios, asegurando o financiando con unas reglas específicas de toma de decisiones (un socio un voto) y de distribución de excedentes (no ligada al capital sino a las operaciones de los socios con la entidad), y por otro lado, quedan incluidas en el sector las entidades no lucrativas que prestan servicios no de mercado a favor de las familias, con el criterio de la no distribución de excedentes entre quienes controlan la entidad.

Entre el primer subgrupo encontramos sociedades no financieras como las cooperativas, sociedades agrarias de transformación y sociedades laborales, instituciones de crédito (cooperativas de crédito), y compañías de seguros bajo la forma de mutuas, mutualidades y entidades de previsión social. En el sector no mercado quedan incluidas entidades como fundaciones, asociaciones, instituciones religiosas, sindicatos, partidos políticos, clubs deportivos, federaciones, cofradías de pescadores y otras entidades auxiliares de los poderes públicos como puedan ser la ONCE, Cruz Roja o Cáritas.

Atendiendo a una clasificación desde una perspectiva jurídica se distinguen tres agentes estructurales básicos reconocidos a nivel internacional: cooperativas, mutuas y mutualidades de previsión social y asociaciones, frente a otros agentes propios de cada nación: en España Sociedades Laborales, Sociedades Agrarias de Transformación, Cofradías de Pescadores, ONCE, etc.

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