La clonación del ser humano óptimo. El reto del derecho a la indentidad genética

AutorFrancisco Yedó Llagüe
CargoCatedrático de Derecho Civil de la Universidad de Deusto

Nadie duda que la actividad médica aplicada a la seductora experimentación del Genoma Humano es un reto a una investigación cuyos límites todavía están por definir. Entre otras razones nos encontramos ante un problema cuya resolución no es estrictamente cientifista, sino que debe apoyarse en el ineludible concurso de otras disciplinas ajenas al campo de la aplicación biogenética y más cercanas a la reflexión ética en relación con los avances de la experimentación. La revolución científica en relación al Genoma Humano supone un reto determinante para la Humanidad, que en palabras de Marciano Vidal puede expresarse en la siguiente pregunta: ¿Todo lo que se puede hacer, se debe hacer?; es decir, nos encontramos ante una dura pugna entre la técnica y la ética, entre la ciencia y la conciencia.

Ami modo de ver no es un problema al que debamos catalogar de ilícito de entrada, sino que el aspecto fundamental estriba en consensuar entre todos unos aceptables límites a la licitud.

¿Cómo poner límites a la ciencia, a la experimentación biogenética?, ¿Cómo saber lo que ocurre dentro de un laboratorio?, ¿Acaso tengamos que prohibir la clonación? En el momento presente parece técnicamente posible la producción de hombres iguales en masa. A partir de un embrión original podría obtenerse un número indeterminado de seres humanos idénticos.

Es así, que hoy a nadie tiene que sorprender el hecho que se pueda alterar, modificar o programar la dotación genética del embrión, con lo que el mundo diseñado por Huxley pasa a ser una convencional realidad donde se divida y categorice a los ciudadanos en función de su programación genética. Esto es, una humanidad "a la carta".

La más contundente crítica que se puede manifestar, es que estas técnicas de clonación propician una seductora tentación de mejora genética porque atacan la identidad, unidad e irrepetibilidad del ser humano.

Al respecto, se concluye con razón que existe una convicción íntima en que la "identidad genética" no sea compartida con nadie, que nadie venga al mundo programado por los deseos o expectativas de los progenitores o la sociedad.

En mi opinión, una utilización deleznable sería no utilizar estas técnicas con la loable finalidad de mejorar los procedimientos de fecundación in vitro o no utilizarlas con la finalidad de detectar las anomalías o defectos genéticos, sino con la aviesa e despersonalizada intención de clonar con fines puramente reproductivos, porque entonces el científico usurpa el...

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