Clear and not so present danger: la época de la criminalización del anarquismo y el comunismo

AutorDavid Martín Herrera
Páginas97-106

Page 97

Durante la década de los años 1920 y 1930 –conocida como la década del primer terror rojo–, la revolución rusa generó una fuerte corriente opositora en la democracia estadounidense. Por miedo al bolcheviquismo, los estados promulgaron numerosas leyes anarquistas y sindicales que castigaban la defensa del ideario que persiguiera el derrocamiento violento del gobierno o de la propia organización industrial.184 En este contexto, alejado ya del peligro de la guerra, la USSC continuó el análisis de la Primera Enmienda sin hacer uso del clear and imminent danger test utilizando ahora un enfoque por el que las leyes superaban la barrera de constitucionalidad cuando en su aplicación el enjuiciamiento era razonable.185 Los casos más notorios fueron los de Gitlow y Whitney.

1. Brandeis y Holmes, del disenso a la atípica concurrencia

A pesar de que el test del clear and imminent danger test de Holmes no fuese un instrumento instaurado en la actividad de la Corte, con

Page 98

el inició de este nuevo periodo, en el que la libertad de expresión sería nuevamente puesta a prueba, el test comenzaba a considerarse en las decisiones de la Corte. Tal extremo lo vamos a comprobar en dos sentencias en las que se empezó a vislumbrar la utilización de la inminencia, en lo referente al peligro, y en las que los criterios del dúo Brandeis y Holmes pasaron de los ya casi habituales disensos a una concurrencia del todo inusual, pero meticulosa.

1.1. Gitlow vs People of New York

El asunto Gitlow de 8 de junio de 1925, es el primer caso en el que la sujeción de los estados a la Primera Enmienda es incorporada a la USSC a través de la enmienda del due process.186 Este proceso, que continuará de forma selectiva en los siguientes cincuenta años, proporcionó grandes cambios en la moderna legislación de las libertades civiles, garantizando a los ciudadanos un remedio federal en caso de que los estados les privaran de sus derechos fundamentales. Irónicamente, en este asunto la USSC rechazó la sujeción al derecho a la libertad de expresión de Benjamin Gitlow.187

En aplicación del Criminal Anarchy Statute of New York,188 por el que se condenaba la defensa de la doctrina anarquista, Gitlow, que

Page 99

era miembro de la sección izquierdista del partido socialista, fue acusado de violar el estatuto al defender la doctrina anarquista mediante la divulgación de dieciséis mil copias del Left Wing Manifesto.189 Todo ello sin que se obtuvieran evidencias de que su publicación produjera efecto negativo alguno.190 Mediante aquel manifiesto se condenaba el socialismo moderado y, en un lenguaje claro e inequívoco, se abogaba por la necesidad de llevar a cabo la revolución comunista basada en la lucha de clases y la movilización del proletario a través de revueltas industriales masivas, con el fin de conquistar y destruir el Estado parlamentario y establecer, en su lugar, un sistema social-comunista a través de la dictadura revolucionaria del proletariado, citando como ejemplos la celebración de varias huelgas.191

Para la opinión mayoritaria de la Corte (7-2), siendo ponente de la misma el juez Edward T. Sandford, se asumía que la libertad de expresión y de prensa estaban incluidas entre aquellos derechos fundamentales protegidos por la cláusula del proceso debido de la Decimocuarta Enmienda, frente a las agresiones de los estados.192 Entre los argumentos esgrimidos, se reconocía la ausencia de resultados concretos por la publicación del Manifesto: «El estatuto tal y como se ha interpretado y aplicado por el tribunal de primera instancia, sanciona la mera enunciación, como tal, de la “doctrina”».193

Pero sin valorar el riesgo real de las publicaciones de Gitlow, la USSC puso de relieve dos distinciones. Por un lado, diferenció la penalización de una doctrina abstracta o de discusión académica que no perseguía la incitación a la realización de acciones concretas, que no estuviera dirigida contra ensayos históricos o filosóficos, ni que tratara de frenar la forma de gobierno o de democracia. Y por otro, aquellas expresiones que pudieran poner en peligro los cimientos del gobierno, amenazando y organizando su derrocamiento por medios ilícitos, poniendo en peligro la propia existencia del Estado constitucional.

Page 100

«Freedom of speech and press, said Story [...] does not protect disturbances to the public peace or the attempt to subvert the government».194

Atendiendo a lo anterior, la mayoría de la Corte consideró probado que los enunciados que abogaban por el derrocamiento del gobierno por la fuerza o la violencia eran del todo hostiles para el interés general e implicaban un peligro que hacía posible su penalización. De esta forma, respondiendo al clear and imminent danger test, consideraron que las expresiones difundidas representaban el peligro de un mal sustantivo que suponían un peligro para la paz y la seguridad del Estado, dado que un peligro inmediato no deja de ser real y sustancial al no poder preverse con exactitud el efecto de un enunciado. No se puede exigir al Estado que mida de forma razonable el riesgo de cada palabra en la balanza de un joyero. Una única chispa revolucionaria podría encender un fuego, que, ardiendo por un tiempo, podría estallar en una destructiva conflagración. No puede decirse que el Estado actúa de forma arbitraria e injustificada, cuando en el ejercicio de su propio juicio […] trata de extinguir la chispa sin esperar a que se haya encendido la llama […] No puede razonablemente estar obligado a aplazar la adopción de las medidas para su propia paz y seguridad, hasta que las expresiones revolucionarias conduzcan a perturbaciones reales de la paz pública o a un inminente e inmediato peligro de su propia destrucción.195

Haciendo uso del más estricto bad-tendency test, la Corte confirmó la sentencia de Gitlow por considerar que tales expresiones resultaban un peligro para la seguridad del Estado196 sin sopesar que fueran o no dirigidas a un público en particular.

A través de votos particulares disidentes, los jueces Brandeis y Holmes hicieron una tímida exposición del clear and imminent danger

Page 101

test sin responder a las cuestiones que la Corte en su mayoría había enunciado.197 En su opinión, era evidente que no podía existir una situación de peligro inminente de derrocamiento del poder constituido al provenir tales doctrinas de una minoría conocida por la Corte. Como nota importante, puntualizaban que donde la Corte indicaba que el Manifiesto correspondía con un tipo de incitación, ellos consideraban que cada idea era propiamente una incitación.

«The only difference between the expression of an opinion and an incitement in the narrower sense is the speaker’s enthusiasm for the result».19...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR