Clasificación del dolo - Orígenes del equívoco

AutorAntonio Sólon Rudá
Cargo del AutorJurista brasileño de Riachão, Maranhão
Páginas107-125
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FUNDAMENTOS DE LA TEOR ÍA SIGNIFICATIVA DE LA IMPUTACIÓN UN NUE VO CONCEPTO PARA EL DOLO Y LA IMPRUDENCIA BA JO LA FILOSOFÍA DEL LENGUA JE
1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES
Si intentamos entender todas las especies de dolo que ya fueron crea-
das a lo largo de siglos de historia del Derecho penal por la doctrina, desde
los más notables a los menos conocidos científicos es una de las más difíci-
les tareas. En el inicio, se tenía la idea de que dolo era la materialización de
una voluntad de hacer el mal, pero el mal producido por la conducta de los
agentes, algunas veces se mostraba de forma directa y otras de forma indi-
recta, o sea, algunas veces quedaba clara l a mala intención y en otras no. En
virtud de esto, hubo un momento en que algunos decidirán nombrar cien-
tíficamente las categorías de maldades, dando inicio a algo inimaginable
que es la gradación de la voluntad, haciendo surgir entonces las primeras
especies de dolo como se verá más adelante.
2. EL ORIGEN DE LA CLASIFICACIÓN DEL DOLO COMO
MITIGACIÓN DEL PRODUCTO DE LA VOLUNTAD
El título de este apartado da la clareza de nuestra posición en relación
a la clasificación del dolo que, sin ninguna dificultad, entendemos se tratar
§ 2º
Clasificación del dolo –
Orígenes del equívoco
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ANTONIO SÓLON RU DÁ
de mera mitigación de la figura dolosa y esta es la línea que pretendemos
desarrollar con alguna profundidad. En su origen más remoto, la impu-
tabilidad no posee tantas variaciones como vemos hoy en día. Lo que se
tenía era una simple bipartición (dolo e imprudencia) que, tanto desde el
punto de vista lógico como social, era fácilmente comprensible por la so-
ciedad. De esta suerte, los hechos que interesaban a la justicia pública solo
ocurrían de dos maneras, o como producto de la intencionalidad (acción
dirigida a una finalidad concreta) o como producto de la causalidad. En
otras palabras, solo ocurrían a título de dolo o imprudencia. Así, tenemos
que investigar cuándo se empezó a mitigar la importancia de los delitos
practicados con libre intencionalidad, y a partir de cuándo ellos pasaron a
perder importancia como producto de la voluntad.
En ese mismo sentido, lo que interesa a nuestra investigación es saber
cuándo los delitos que vinieron de la causalidad81 pasaron a ganar impor-
tancia por la naturaleza de su gravedad, una vez que no se trataban en
forma clara de delitos intencionales (dolosos), pero precisaban ser punidos
severamente, debido el grado de imprudencia en la conducta y de la con-
moción social.
En el inicio todo era intención. El significado de esta expresión puede
ser explicado en el hecho de que el principio de la causalidad atribuía al
agente de forma muy simple la responsabilidad de cualquier evento con-
trario a las normas y costumbres de aquellos días. No se medía y no inte-
resaba diferenciar la naturaleza de la imputabilidad, y no interesaba saber
si algo fue practicado con intención o si al contrario fue consecuencia de
una imprudencia cuando el resultado de la acción buscada era otro. Lo que
importaba era imputar responsabilidad a alguien que hubiese dado causa
al siniestro, con o sin intención, pues no hacia la menor diferencia en el
81 La ocurrencia de hechos delictuosos o de siniestros de una forma general bajo los aus-
picios de la causalidad como argumentación justificadora, hizo con que esta misma
causalidad surgiese como un principio. En esta misma línea, Giordani aduce que «en
todo el sistema jurídico la responsabilidad empieza a ser producida exclusivamente
del principio de causalidad».

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