Clasificación

AutorJoaquim Homs Sanz de la Garza
  1. TMT EXÓGENO. REACCIÓN VIVENCIAL Y PASIONAL

    1. Introducción

      Como es sabido, el TMT puede ser causado por distintos motivos, ya sean exógenos o endógenos, puede aparecer tanto por la denominada reacción vivencial, o choque psíquico, sin base patológica alguna, así como a consecuencia de una alteración psicopatológica o por acción de drogas que inciden en la imputabilidad, perturbándola.

      La parte que vamos a desarrollar hace referencia al primer supuesto, es decir, a aquellas causas que son capaces de provocar una situación de TMT, sin que patología mental alguna ni base morbosa ni droga la desencadene.

      Durante un período considerable, la jurisprudencia exigió para la apreciación de TMT, además de una circunstancia desencadenante de notoria relevancia, una base patológica, es decir, que se diera en el sujeto una anomalía que, sin llegar a constituir enfermedad mental, sí supusiera una cierta anormalidad en la personalidad.

      El TMT por reacción viviencial plantea un mayor problema de prueba entre todos los existentes puesto que habrá que tener en cuenta las circunstancias ambientales y subjetivas que rodearon los hechos, ya sean de tipo pasional, provocadas por la víctima o terceros, o ya sean hechos extraordinarios o excepcionales que sólo en el juicio oral podrán calibrarse.

      La afectación psíquica por reacción ambiental tan sólo puede conocerla con precisión quien la sufrió, y en ocasiones ni el propio agente puede hacerlo dada la naturaleza de la perturbación, por lo que un grado de incertidumbre rodeará siempre estos supuestos.

      Este tipo de trastornos tiene una fundamentación médico-psiquiátrica, recogida en este trabajo, que pretende dar solidez a una anomalía transitoria que incide en la imputabilidad anulándola. Determinadas patologías aparecen repentinamente, anulan la conciencia y desaparecen sin dejar secuelas, sin ser previsible su reiteración y sin obedecer a una enfermedad mental determinada ya fuera de tipo psicótica u orgánica.

      La denominación de reacciones vivenciales anormales tiene su origen en SCHNEIDER, con una relación clara con las neurosis, puesto que se considera que son respuestas a un estímulo psíquico, es decir, psicógenas, con una motivación plena de sentido de una vivencia, esto es, la respuesta oportuna, motivada y sentimentalmente adecuada a dicha vivencia.(1)

      Según se entendía clásicamente estas reacciones vivenciales precisaban tres requisitos:

    2. La situación reactiva no surge sin la vivencia que la originó.

    3. El contenido de la situación se halla en relación comprensible respecto a su causa, es decir, una amenaza provoca miedo, una tragedia tristeza, etc.

    4. La reacción desaparece cuando la causa que la desencadenó finaliza.

      Entendemos que vivencias son los acontecimientos de la vida que provocan una resonancia afectiva influyendo emocionalmente en el sujeto. Esta reacción es habitualmente compleja, se compone de elementos psíquicos y físicos, por ejemplo, la angustia o el miedo provocan, además de la alteración psíquica, sintomatológica somática como taquicardia o temblores.

      Al tratar el tema del TMT motivado por reaciones vivenciales es preciso determinar la motivación de tal denominación, dado que la naturaleza de este trastorno puede llevar diferentes apelativos.

      El concepto de «reacciones vivenciales» fue introducido en la psiquiatría para denominar la aparición de desviaciones psíquicas de contenidos de conciencia, entendiendo que «son aquellas reacciones cuyo contenido está en relación comprensible con la vivencia, que no se habrían producido sin la vivencia y que dependen en su curso de la vivencia y de sus reacciones».(2)

      Con posterioridad se han dado otras definiciones que recogemos por su interés científico «Una reacción vivencial es la respuesta sentimental y dotada de una motivación plena de sentido a una vivencia; es decir, la respuesta oportuna, motivada y sentimentalmente adecuada a dicha vivencia».(3)

      Las reacciones vivenciales de naturaleza anormal son las que por su duración, intensidad y cualidad se alejan de los parámetros ordinarios,(4) por lo que ante cuestiones insignificantes se responde de forma desproporcionada. Muchos son los motivos que pueden desencadenar tales reacciones, como la tristeza que puede desembocar en depresión reactiva la cual a su vez da lugar en ocasiones a suicidios ampliados, es decir, que afectan a terceras personas. Los trances de peligro pueden dar lugar a reacciones de paralización emotiva, por ejemplo. La sensación de susto se caracteriza ocasionalmente por la no participación del agente en lo que normalmente se entendería que debe realizarse, por lo que se podrían cometer delitos de omisión.

      Estas reacciones han dado lugar a comisiones delictivas que la JD ha entendido que podrían beneficiarse de la exención de TMT y las hemos englobado en un apartado denominado «situaciones excepcionales» dado que se distinguen claramente de otras también vivenciales como las provocadas por la víctima o las pasionales.

    5. La reacción pasional. Evolución histórica y doctrinal

      Las reacciones pasionales son un fenómeno con varias vertientes, tanto jurídico-penal como psiquiátrica e incluso filosófica. En nuestro trabajo las abordaremos al tratar el TMT por reacción ambiental como al referirnos a los «otros estados pasionales» a los que se refiere el art. 21. del CP.

      Es preciso poner en relación las pasiones con las emociones; las primeras, el amor, el odio, el poder, la avaricia, la envidia, pueden dar lugar a actos irreflexivos muchas veces concomitantes con el delito. Las segundas son más duraderas y de mayor profundidad, tales como la alegría, la tristeza o la ira. Como podremos ver a través de nuestro estudio la alegría patológica se denomina manía que da lugar a delitos de diversa consideración, la tristeza empuja al suicidio, en ocasiones ampliado a terceros, y la ira, como es bien sabido, provoca agresiones. Por su parte las pasiones, como el amor, dan lugar a celos, a veces patológicos que derivan en paranoia y delitos pasionales graves, y el poder, la avaricia y la envidia a toda clase de agresiones a bienes jurídicos de terceros.

      Es evidente que pasiones y emociones mal canalizadas dan lugar a graves transgresiones no sólo de la moral sino del Derecho e inciden en la imputabilidad. Éstas no son necesariamente patológicas, sino que emergen por circunstancias de la vida y son incontrolables.

      Los filósofos dedicaron una parte de sus reflexiones a esta cuestión y así PLATÓN (5) creía que el alma estaba completamente libre en los sabios que han alcanzado la perfección pero en los que no alcanzan la sabiduría resulta formada en dos principios opuestos y en conflicto: el racional y el irracional. Los sabios y los irascibles constituían los dos extremos de la espiritualidad de los hombres. Los primeros son justos y los segundos injustos, viviendo las pasiones, según el filósofo, en una zona gris de indeterminación. Son los hombres versátiles o morbosos los que en confusa noción de instintos y deseos incontrolables desbordan los límites de la naturaleza. Este razonamiento comienza a abrir el debate que posteriormente se centraría en el motivo de las pasiones, su relación con las alteraciones psíquicas, la moral y finalmente el Derecho.

      HIPÓCRATES en el 460 a. C. sostuvo la teoría del equilibrio entre los fluidos corporales que determinan el temperamento o la respuesta emocional. Respecto al enojo, por ejemplo, lo relacionó con una sangre extraordinariamente caliente, señalando que el deseo de desquitarse o vengarse ante ofensas o injurias estimula y aumenta esta emoción. Su tesis se mantuvo durante dos mil años en occidente.

      DESCARTES también estudió las reacciones emocionales intentando localizar en el sistema nervioso una zona concreta donde ubicarlas. Por su parte, ESPINOZA definió la emoción como una composición de fuerzas fisiológicas y de ideas afines o conceptos mentales.

      HOBBES describió al ser humano como un organismo con reacciones e impulsos extremadamente agresivos que deben ser controlados por la sociedad. Posteriormente Rousseau teoriza que el infante nace con ideas nobles pero la sociedad las distorsiona.

      KANT decía que la emoción es el agua que rompe con violencia el dique y rápidamente se extiende, y la pasión el torrente que socava el cauce para discurrir por él. La primera aparece impensada y sorprendente y dura lo que un relámpago, mientras que la pasión ceñida al alma la acompaña como un lastre difícil de desplazar.

      Siguiendo el razonamiento kantiano la emoción es de breve duración, de brusca aparición y de mayor intensidad, lo que se asemeja al TMT. En cambio la pasión está más unida a la personalidad que la acompaña en su existencia. Es más cercana a Obcecación del AYO o incluso a la EM cuando es de tipo grave como las paranoides o neurosis obsesivas.

      RIBOT estudió estos fenómenos y publicó a finales del siglo pasado «La psicología de las emociones» donde sostiene que las emociones están arraigadas a las estructuras físicas innatas del hombre en impulsos, en sentimientos o en actitudes dominantes. Un poco antes Charles DARWIN editó «Expresiones de las emociones en el hombre y en los animales» donde la lucha por la supervivencia y la selección natural justificaban las reacciones emotivas. La emoción intensa, según este autor, ocasionó actitudes de ataque y defensa lo que permitió la continuidad de la especie.(6)

      En 1880 James LANGE estableció las relaciones entre emociones y movimientos reflejos, a los que nos referiremos en un capítulo determinado de esta tesis. Así, por ejemplo, al producirse el miedo, al que también dedicaremos un estudio pormenorizado, se contraen determinados músculos del organismo dando lugar a una alteración psíquica grave.

      En el presente siglo Bard acreditó que las emociones dependen de la actividad nerviosa de la corteza del cerebro con procesos talámicos descargándose impulsos sobre los nervios motores.

      La relación entre las pasiones y los impulsos psíquicos ya fue puesta de...

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