Ciudadanos precarios. La última red de protección social

AutorLuis Moreno
Páginas196 - 197

CIUDADANOS PRECARIOS. La ?última red? de protección social relevantes en el análisis del descenso observado en los niveles de fecundidad en España en general y en Andalucía en particular.

LUIS MORENO*

La «última red», de protección social está formada por aquellos recursos y medios que proveen unos mínimos de subsistencia e inserción a los ciudadanos que no pueden generarlos por sí mismos. Se trata de una «malla de seguridad» para los ciudadanos que «caen» en el transcurso de sus ciclos vitales y no disponen de otros puntos de apoyo para evitar su eventual muerte física o social.

Luis Moreno ordena su estudio en cuatro grandes capítulos (concepto y definiciones; las Europas del Bienestar; tejiendo la «malla de seguridad»; bienestar y progreso, pacto en tránsito) en los que se combinan los enfoques comparativos e interdisciplinarios en el ámbito de las ciencias sociales.

El autor realiza un repaso de definiciones clave que forman la base teórica sobre la cual se desarrollan reflexiones posteriores. Los conceptos seleccionados están muy relacionados con la discusión sobre las «últimas redes» de protección social, aunque no agotan el amplio campo temático del bienestar social. Los conceptos «Estado del bienestar» (conjunto de instituciones estatales proveedoras de políticas sociales dirigidas a la mejora de las condiciones de vida y a promocionar la igualdad de oportunidades de los ciudadanos); «agregado social del bienestar» (en el que debe incluirse a la familia como proveedora de prestaciones y servicios sociales); «ciudadanía social» (estatus conformado por el acceso a los recursos básicos para el ejercicio de derechos y deberes); y «política social» (intervenciones públicas que pretenden la disminución de los riesgos vitales de los ciudadanos y el aumento del bienestar) mantienen una estrecha relación con pobreza y exclusión social. La «pobreza» se define como «un estado carencial de recursos materiales». Según la Declaración de Copenhague la considerada pobreza «integral» abarca no sólo los aspectos de la renta de personas afectadas, sino el acceso a los servicios sociales que faciliten la cobertura de sus necesidades vitales básicas.

El concepto de «exclusión» se utiliza como descriptor de las situaciones en las que los ciudadanos afectados caminan por un itinerario de pobreza con dificultades de retorno a la «normalidad». La exclusión implica una falta de reconocimiento efectivo de titularidades y derechos sociales que inciden en un deterioro de los derechos económicos y políticos y está ligada a la construcción de una «última red» de solidaridad que sirve de apoyo mínimo de seguridad en situaciones de carencias externas.

Mediante prestaciones económicas, los programas de ingresos mínimos, procuran un bienestar indispensable a los menos favorecidos. Se les denomina «salario social» o «salario de reserva» y forman parte de políticas sociales en forma de prestaciones económicas que procuran un bienestar indispensable a los menos favorecidos.

En el capítulo dedicado a «Las Europas del bienestar», Luis Moreno revisa la naturaleza de los grandes regímenes que han formado el desarrollo del bienestar y protección social durante el siglo XX. El propósito es el de identificar sus lógicas internas y la naturaleza de sus modelos de solidaridad como factores conformadores de sus «últimas redes» de protección social. El autor sigue a Richard Titmuss (1958), Gosta Esping-Andersen (1990), Baldwin (1992) y Lewis (1992), entre otros. Aquí, analiza los cuatro regímenes del bienestar, en referencia general a países de la OCDE y cuya referencia geográfica en la UE se concreta en las distintas «Europas del bienestar»: la continental, la anglosajona, la nórdica y la mediterránea». El examen de sus diferentes características y formas de protección social evalúa los niveles de legitimidad social, política y el grado de solidaridad plasmado en sus entramados institucionales respecto a las «últimas redes» de protección social de sus ciudadanos precarios.

Durante el proceso de convergencia europea, ratificado con la constitución de la Unión Económica y Monetaria, lo «social» fue un asunto marginal en los debates políticos entre los Estados miembros. La Comisión Europea ha actuado principalmente como fuente de propuestas y de iniciativas. Respecto a la construcción de la Europa Social, es decir la concertación social, se espera la consolidación de un sistema neocorporativista de decisiones a escala continental. Entre las acciones a tomar por las instituciones comunitarias, en coordinación con los gobiernos nacionales de los países miembros, el autor apunta dos: a) la adopción de un marco estatutario de derechos fundamentales «sociales» en el ámbito constitucional de la Unión Europea, y b) la formulación de políticas de creación de empleo que no impliquen una disminución de los niveles de protección social ya consolidados, y que garanticen el grado de cohesión y paz sociales alcanzado por las sociedades continentales.

Respecto al tejido de la «malla de seguridad» el autor concentra su actuación en la interacción entre Estado, sociedad civil, mercado y familia, como ámbitos principales de producción y asignación de recursos del bien- estar. En su conjunto, tales entramados institucionales configuran y proveen los principales materiales que componen las «últimas redes» de protección social. En los elementos sociales intervienen actores sociales diversos: poderes públicos, organizaciones civiles de carácter privado o no gubernamentales (ONGs), así como la familia y otros soportes que ayudan a la convivencia.

Luis Moreno reflexiona acerca de los procesos de transformación de la familia como pivote esencial y recurso más sólido de las «mallas de seguridad». En el seno de las familias el papel desempeñado por las mujeres ha sido crucial como elemento e integración, reproducción y amortiguación sociales. Sus cometidos han sido sustanciales en la configuración y sostenimiento de los regímenes de bienestar, en particular en la Europa del Sur. Las reflexiones se concentran específicamente en el caso español, aunque los condicionantes demográficos, económicos y de valores pueden extenderse a otros países y sistemas de protección social.

El ciclo de las políticas públicas hasta su implantación y evaluación constituye el hilo conductor del análisis en cuanto a contenido y forma de las políticas relativas a las «mallas de seguridad». Una vez establecida la priori- dad política, se pasa revista a los criterios distributivos (programa universal para todos los ciudadanos o programa selectivo dirigido sólo a los grupos previamente identificados como destinatarios del mismo) que concitan buena parte de los debates de las últimas reformas de los regímenes del bienestar. Aquí se analizan las principales características de las redes públicas y se evalúan los recursos con los que cuentan los decisores públicos y los trabajadores sociales. También merece su atención los resultados en la implantación de los programas públicos de las «últimas redes» y las diversas dinámicas sociales no siempre visibles que generan; así como lo que puede denominarse «apropiaciones indebidas», por las que se benefician los ya beneficiados, y que constituyen un ámbito de actuación del bienestar público de capital importancia a considerar en la optimación de futuras actuaciones.

En cuanto a «bienestar y progreso» el autor revisa los fundamentos morales, económicos y políticos que configuran el marco de actuación para la renovación del pacto por la solidaridad, sostenibilidad y legitimidad del modelo socioeconómico del capitalismo avanzado del bienestar. Un pacto o contrato social a reflejarse no sólo en las «última redes» de protección social de las democracias del «Primer Mundo», sino en la construcción de «mallas de seguridad» en aquellos países pobres y menos desarrollados. Para parte de estas naciones, las «redes» significan una imprescindible garantía de supervivencia. para muchos de sus ciudadanos. Aquí se analizan algunos de los últimos desarrollos conceptuales o programáticos que han cobrado interés. La discusión sobre conceptos tales como los de «capital social», «globalización», «postindustrialismo», «capitalismo regulado», «estado competidor», «tercera vía», «euroestipendio», «subsidiaridad territorial», «mesogobiernos» y «localismo cosmopolita» sirve para ilustrar las propuestas para reformular un pacto social de amplio alcance y reforzar el nuevo contrato de ciudadanía.

A juicio del autor, Europa confronta su porvenir con la renovación de un pacto social entre bienestar social y progreso económico que consiga la satisfacción vital de sus ciudadanos y contribuya a la cohesión social de sus sociedades. Los escenarios de futuro en la consideración de las «últimas redes» de protección para los europeos precarios serán consecuencia de los grados de legitimidad popular hacia sus Estados de bienestar, los cuales están sujetos a procesos de ajuste y racionalización.

LUIS FERNÁNDEZ BRICEÑO

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