La ciudad ordenada.

AutorJosé Luís González-Berenguer Urrutia

BREWER-CARIAS, ALLAN R. : La ciudad ordenada. Prefacio de Luciano Parejo. Instituto Pascual Madoz. Universidad Carlos III. BOE. 203 págs.

Uno de los más brillantes miembros de la luminosa pléyade de administrativistas iberoamericanos hace una segunda -segunda que yo sepa- incursión en el Urbanismo. Alegrémonos.

Como era de esperar, BREWER-CARIAS alcanza desde el primer momento el máximo nivel, y ello tanto como aportador de documentación, como analista de los datos o como manejador impecable de un gran lenguaje.

Paso, pues, a exponer lo esencial de lo que, según su autor, es «un estudio sobre el orden que se ha de tener en descubrir y poblar o sobre el trazado regular de la ciudad hispanoamericana, en particular de las ciudades de Venezuela».

Comienza el libro diciendo: «La América española fue, ante todo, producto de una descomunal operación de poblamiento desarrollada en los dos siglos y medio que precedieron el reinado de Carlos III. Ningún país del mundo, en toda la historia de la humanidad, ha fundado tantos pueblos, villas y ciudades en un territorio tan grande, en un período de tiempo tan corto y en una forma tan regular y ordenada como España lo hizo en América». Esto es exactísimo y sobre ello insistiré al final. El autor añade otras dos cosas tan lamentables como exactas: «Esto en lo interno, porque hacia América, España, resentida por la rebelión de su antiguas colonias, les dio la espalda y las abandonó. Por su parte, los pueblos liberados también abandonaron a la metrópoli, de tal manera que ni siquiera el derecho español influyó sustancialmente en la formación del orden jurídico criollo». «América ha sido la obra histórica más importante y el título de mayor orgullo con el cual España ha contribuido a la civilización occidental. Pero a veces la vocación europea actual ha hecho olvidar a este país su más grande obra. No debe dejar de mencionarse que España, en realidad, había sido parte de Europa con el Imperio, cuando reyes españoles la gobernaron casi toda. Al morir Felipe II, volvió a su Península y a su vocación americana, pero con la independencia de sus colonias, ésta desapareció, abandonando a América.

Y tiene más de un siglo queriendo ser europea, aun cuando, históricamente hablando, Europa sólo la ha considerado marginalmente suya», y luego dice: «El uso de la forma reticular en América española, por tanto, no significó otra cosa que el uso de lo que había sido normal en la antigüedad, redescubierto con el...

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