Ciberespacio y oportunidad delictiva

AutorFernando Miró Llinares
Páginas143-227

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1. Introducción

Ya hemos asumido que la nuestra es una sociedad nueva: la sociedad de la información, sociedad digital o sociedad red, caracterizada porque son las TIC las que impulsan múltiples cambios en la sociedad1. Vivimos, como ha señalado Castells, uno de esos raros intervalos de la historia «caracterizado por la transformación de nuestra cultura material», en este caso, por obra de un nuevo paradigma tecnológico organizado en torno a las TIC2 que ha interaccionado, además, con otro factor insustituible en la dinámica de cambio social, político y económico, como ha sido la globalización económica3.

La suma de evoluciones tecnológicas en el campo de la microelectrónica, la informática y las telecomunicaciones, entre otras, junto a la aparición del paradigma de innovación tecnológica que ha supuesto una mayor incidencia social, como ha sido Internet, que ha vuelto los mercados financieros transfronterizos, multiplicado las opciones de acceso a información de todo tipo, permitido transacciones económicas o personales transfronterizas y en tiempo real, creado nuevas formas de comunicación personal y modificado los contextos y sentido de cualquier forma de comunicación4; ha provocado múltiples cambios en lo económico, cultural y social5. a los efectos de lo que ahora nos interesa, las TIC, en general, e Internet como red global en particular, han supuesto la creación de un lugar

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de comunicación social transnacional, universal y en permanente evolución tecnológica que se ha venido en denominar ciberespacio6, y respecto al cual nos interesa plantearnos si el mismo puede definirse como un nuevo ámbito de oportunidad delictiva, un contexto de riesgo criminal distinto al espacio nacional físico tradicional o, por el contrario, idéntico a éste en sus caracteres esenciales. siguiendo la acertada metáfora de grabosky, la cuestión es si el cibercrimen es «old wine in new bottles»7, o por el contrario, constituye un tipo de delincuencia esencialmente nueva y respecto de la cual no son válidas las teorías criminológicas aplicables al delito llevado a cabo en el espacio físico-nacional. al fin y al cabo, y como he señalado en otro lugar8, son varios los sentidos que pueden atribuirse a la idea de que el cibercrimen es «vino viejo en botellas nuevas». Con ello se puede estar haciendo referencia, en primer lugar, y desde una visión más extrema, a que la ciberdelincuencia es un tipo de delincuencia nueva para la cual no son válidas las teorías tradicionales creadas para explicar el espacio físico. en el polo opuesto, con tal expresión que ha hecho fortuna en la literatura dedicada al estudio del cibercrimen, se puede estar afirmando que el ciberdelito es idéntico estructuralmente al delito cometido en el espacio físico, cambiando únicamente el aspecto del mismo, pero en ningún caso sus caracteres configuradores. Y también cabe una posición intermedia, conforme a la cual la cibercriminalidad comparte con la delincuencia todos los elementos definitorios del concepto de «crimen», pero dándose los mismos de una forma tal en el nuevo ámbito que es el ciberespacio, que puede influir significativamente en la explicación del delito y, por tanto, en su prevención.

Aunque esté anticipándome a las conclusiones, esta última parece ser la idea más acertada de una expresión que sería más precisa si fuera «es vino, pero se bebe de otra forma». al fin al cabo todo evento social es distinto en

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Internet, un nuevo ámbito estructuralmente distinto al físico en el que sucedían las cosas hasta el momento. Y el crimen es un evento social que cambia en Internet. de hecho, la criminología no ha negado nunca que el ámbito incide en el delito. si, como señalaran hace ya más de tres décadas Cohen y Felson9, el crimen se produce cuando se unen en el espacio y el tiempo un objetivo adecuado, un delincuente motivado y la ausencia de un guardián capaz de darle protección al primero, es evidente entonces que los especiales caracteres del ciberespacio en los que se ven modificados los parámetros espacio-temporales, pueden incidir en una modificación de los condicionantes del delito. esto ya tendría una gran relevancia, pues el descubrimiento de tales modificaciones será esencial para la comprensión, primero, del alcance real de esta criminalidad, y de las razones de su aparición y desarrollo, y para su prevención, después, por medio de la modificación de las reglas de la prevención situacional. Y eso, a la vez, no es incompatible con la afirmación de que el cibercrimen deba seguir siendo considerado un delito y explicado desde las teorías criminológicas.

2. Arquitectura del ciberespacio

antes de entrar en consideraciones sobre los caracteres del cibercrimen derivados de los propios del nuevo ámbito de intercomunicación social en el que se comete, resulta esencial concretar estos últimos, es decir, analizar en qué cambia el ciberespacio con respecto al espacio físico, cuáles son las singularidades de ese nuevo espacio que conllevan que cualquier evento social en él se caracterice de forma distinta a como lo es en el otro espacio de comunicación social. Obviamente no se pretende realizar una definición antropológico-social del ciberespacio, pero sí identificar los caracteres de su arquitectura, de su construcción como ámbito relacional, especialmente en lo que se diferencian de los del ámbito espacial o físico en el que tradicionalmente se han cometido las infracciones.

Para ello hay que partir del propio concepto ciberespacio que, como ha señalado graham, muestra la tendencia de las ciencias sociales para acudir a la geografía para utilizar metáforas sobre los nuevos ámbitos de comunicación surgidos en la sociedad de la información10. en realidad metáforas geográficas o sociales, como la del propio ciberespacio, sitio web, comunidad virtual o autopista de la información, ayudan a visualizar, en términos de funcionalidad social, lo que, en última instancia, no son más que circuitos de señales electrónicas que contienen información codificada. Tales pala-bras se convierten así en herramientas conceptuales utilizadas para entender

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el sentido y alcance funcional de una nueva tecnología; para traducir estas nuevas técnicas en términos de cuál es el uso social que se puede hacer de ellas, cuáles son los efectos de su desarrollo, y cuáles sus diferencias con las tecnologías anteriores. en el caso del término ciberespacio, el mismo sirve para poner de manifiesto que se trata de un lugar de comunicación que no tiene una naturaleza física primaria, sino esencialmente relacional.

Trataré, a continuación, de aclarar qué implica esto y cómo se configura ese nuevo ámbito con respecto a como lo hace el físico. después de definir los caracteres intrínsecos y esenciales del ciberespacio me ocuparé de aquellos otros que, aunque podrían ser otros, definen hoy al ámbito de comunicación objeto de estudio.

2.1. Tiempo y espacio en el ciberespacio

dice gotved que toda sociedad se caracteriza por su posición en el tiempo y el espacio, de modo que los nuevos significados asignados a tales ideas son fundamentales para los cambios culturales11. es lo que ocurre en la sociedad actual con el ciberespacio como ámbito social que tiene como caracteres intrínsecos una concreta configuración de las coordenadas espacio/tiempo diferente a la que tiene en el que podríamos denominar espacio real o físico. decimos que el ciberespacio es un espacio porque en él las personas se encuentran y relacionan, pero mientras que el espacio físico existe antes y seguirá existiendo después de que termine la relación (al menos mientras exista un observador), el ciberespacio agota su existencia en cuanto el mismo sirva para la comunicación entre los sujetos, dado que sin interacción no hay red12. así, frente al espacio geotécnico como la tierra, que existe independientemente de los actos de la gente que tengan lugar en ella, y que sólo puede ser ocupado a la vez por un mismo ente, el ciberespacio existe en cuanto en él se interacciona y es posible que sea ocupado por muchos entes al mismo tiempo13. de hecho, se suele utilizar como sinónimo de ciberespacio el concepto de «espacio virtual», como antitético al espacio «real». La simultaneidad, la unicidad de momentos, puede llevar a la impresión de que el ciberespacio es la ausencia de espacio, quizás fruto del equívoco de asimilar la idea de espacio a la de distancia14. evidentemente, el ciberespacio es real en el sentido de que existe, pero se trata de una «especie...

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