Causas y aspectos psicológicos del consumo de tabaco: una revisión

AutorJosé Fernández Bóveda
Páginas158-173

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Introducción

El hábito y consumo de tabaco ha sido objeto de estudio por parte de múltiples investigadores que han abordado el tema desde muy diferentes campos. Dado el título del presente artículo, cabe esperar una revisión que se centre en el punto de vista cualitativo, es decir, en el análisis de las causas que hacen del tabaco una de las sustancias más consumidas, aún a pesar de las constantes llamadas de atención que los científicos vienen haciendo respecto de su nocividad.

Este tema ha preocupado a los psicólogos, siempre dispuestos a estudiar todo lo que sea susceptible de entenderse en términos de conducta, y el consumo de tabaco no deja de ser una conducta. En el breve repaso del que a continuación daremos cuenta, se expondrá algunos de los artículos que mencionan los aspectos motivacionales, de personalidad y psicosociales que habitualmente se han asociado (no siempre con igual resultado) con las causas que refuerzan este consumo para finalizar intentando algunas conclusiones que permitan establecer algún punto de contacto en todo lo expuesto.

I ¿Porqué un trabajo (más) sobre el hábito de fumar?

Si aceptamos la definición que establece que una droga es "cualquier sustancia que introducida en el organismo produce una modificación del estado físico y psíquico del sujeto de modo que le lleva a querer repetir su uso" (1) el tabaco entra claramente en el campo de la drogadicción.

Si además tenemos en cuenta que, según datos recientes fuman tabaco un total de 13 millones de personas en el estado español, que el tabaco provoca dependencia psíquica y síndrome de abstinencia, que el 62,7% de los fumadores consumen entre 10 y 20 cigarrillos diarios y que la edad de inicio del consumo está actualmente en 16,6 años (2) cualquier trabajo que aborde este tema queda sobradamente justificado. Se trata además de una conducta tanto más paradójica si tenemos en cuenta la evidente relación 'de la misma con enfermedades tan graves como el cáncer bronco-pulmonar, la bronquitis crónica, el enfisema pulmonar, el infarto de miocardio y en general con todas las enfermedades coronarias. Por otra parte al tabaco se le exigen pruebas y demostraciones científicas mucho más concluyentes sobre su toxicidad que a otros productos, los cuales al menos indicio de nocividad son retirados del mercado aceleradamente.

No parecen los adeptos al hábito muy dispuestos a aceptar el peligro demostrado que supone fumar, o si lo admiten las excusas más elaboradas se usan para justificar la adicción. De algún modo la conducta del fumador tiene rasgos muy similares a las de cualquier otro tipo de adicción; pero con unas diferencias esenciales. El tabaco es una sustancia legal, de fácil acceso para la mayoría de la población, barata, para cuya distribución y venta se cuenta con el apoyo de un monopolio estatal del que además el erario público obtiene pingües beneficios incluso en los tiempos de las crisis económicas más profundas.

Todas estas razones, y alguna más que se queda en el tintero, justifican sobradamente que los psicólo-cos nos asomemos al estudio y comprensión de la conducta fumatoria.

II Revisión sobre los factores determinantes del hábito de fumar Factores motivacionales:

El hábito de fumar es una conducta compleja que se incorpora a nuestro repertorio a través de aprendizaje social. Antes de encender un cigarrillo, puro o pipa, aparecen señales que desencadenan la acción, para posteriormente darse unas consecuencias reforzantes lo que, da como resultado final de este proceso el que el hábito se instaure en nuestro conjunto habitual de conductas para ir aumentando de frecuencia posterior y paulatinamente.

En este apartado daremos cuenta de los principales estudios que han buscado aquellos factores previos o posteriores a la acción de fumar, que en cualquier caso la refuerzan y acompañan y que, sin no parece claro que la desencadenan, si por lo menos puede decirse que correlacionan con ella.Page 159

Phanishayi (1951) diferencia entre factores de iniciación y de continuación que fueron el resultado de preguntar directamente a un grupo de estudiantes mujeres de enseñanza secundaria acerca de sus motivos para fumar.

Tabla 1

[VER ESQUEMA EN ARCHIVO ADJUNTO]

Tabla 2

[VER ESQUEMA EN ARCHIVO ADJUNTO]

Como puede observarse en la Tabla I, entre los llamados factores de Continuación destaca el que podríamos denominar "de acompañamiento" con un 75% de los sujetos que dieron la misma respuesta, al que le sigue el que puede pasar por "factor anti-aburrimiento". De otra parte, entre los llamados factores de Iniciación destaca el "placer al fumar" sobre todos los demás al que le sigue el hecho de "no considerarlo perjudicial".

En la misma línea que Phanishayi, Matarazzo y Sas-low (1960) hablan de dos tipos de factores; de Iniciación y de Mantenimiento también considerados como "de curiosidad" los primeros y "reductores de tensión" los segundos por su carácter apaciguador de los estados de ansiedad. Rusell, Peto y Patel (1974) proponen un modelo explicativo de la conducta fumatoria basada en la teoría del refuerzo. Para Russell y colaboradores hay dos dimensiones que mantienen la conducta que nos ocupa, compuestos a su vez por diferentes sub-factores. De un lado estaría la llamada "Dimensión Farmacológica" delPage 160 hábito que tendría que ver con el nivel de nicotina en sangre, ya que es la nicotina a la que le concede una mayor capacidad de habituación, de modo que los subfactores que componen dicha dimensión tendría una elevada relación con el número de pitillos fumados al día. En el caso de la "Dimensión No-Farmacológica" los subfactores que la componen no estarían relacionados con el número de pitillos fumados al día, siendo dicha dimensión la que parece sugerir que hay conductas fumatorias situacionalmente basadas y que, por tanto responde a la Teoría del Aprendizaje por contraposición a las conductas provenientes de la dimensión farmacológica las cuales surgen como respuestas a apetencias de tipo fisiológico difícilmente encuadrables en la teoría del Aprendizaje.

Tabla 3

Dimensiones del hábito de fumar (Russell y colbs., 1974)

DIMENSIONES SUB-FACTORES
FARMACOLOGIA ADICION, SENSORIO-MOTOR, ESTIMULACION, AUTOMATISMO
NO-FARMACOLOGIA PSICO-SOCIAL, COMPLACENCIA, (GUSTO)

No es esta última sin embargo una afirmación cerrada a la discusión. Numerosos estudios y autores lejanos al tema que aquí nos ocupa han demostrado la posibilidad de condicionar o de variar su probabilidad de aparición como se diría en términos de condicionamiento instrumental, respuestas a estructuras vegetativas del Sistema Nervioso (Mowrer, Spence, Dicara, Rescorla, etc.).

Llegado a este punto es conveniente aclarar que la nicotina circula por la sangre manteniendo un determinado nivel que podríamos denominar "mínimo-necesario de habituación" para posteriormente eliminarse por la orina. Lógicamente cuanta más orina se elimine mayor será el descenso de este nivel "mínimo-necesario" y mayor consiguientemente la necesidad sentida por el fumador de restablecer cuanto antes dicho nivel. Por otra parte es un hecho establecido que se elimina más orina cuanto más ácido sea su PH, siendo el proceso de acidificación especialmente sensible en momentos de stress, emoción y tensión, situaciones todas ellas condiciona-bles ambientalmente y que, entre otras respuestas producen alguna asociadas a estructuras vegetativas del Sistema Nervioso, como en el caso del proceso de acidificación de la orina, con lo que se producirá una mayor necesidad de fumar como consecuencia de unas apetencias fisiológicas provenientes de conductas condicionables ambientalmente, todo lo cual le resta valor de generalización a la división en dimensiones farmacológicas y no-farmacológicas formuladas por Russell y colaboradores (1974). En otro sentido Gilbert (1979) mantiene que la nicotina tienen un efecto tranquilizante y reductor de la agresividad, la emoción y la irritabilidad, induciendo además a sentimientos placenteros y a evitar así el aburrimiento, coincidiendo en este sentido con Ma-tarazzo y Saslow (1960) cuando hablan del efecto reductor de la tensión de los factores de Continuación.

Stanaway y Watson (1980) aplicaron a 296 sujetos, 115 de los cuales eran fumadores un cuestionario acerca del hábito de fumar diseñado por Russel y Colbs. (1974) y el cuestionario de Situaciones Preferentes (Frith, 1979). De un análisis de la combinación de ambos cuestionarios se pudieron identificar seis factores motivacionales; aditivo/automático, deautoimagen, de nivel de arousal, de relajación, de situaciones de stress y de efecto sedante. Stanaway y Watson se referían por "auto-imagen" a aquellas situaciones en las que la comunicación no-verbal es particularmente importante.Page 161

También Sanjuán e Ibáñez (1983) hablan de seis factores motivacionales que están en la misma línea de los hasta aquí mencionados, a saber; factor estimulante, manual, de relajación o placer, reductor de la tensión, de adicción psicológica y de hábito o reflejo.

Por último, pero sin haber agotado el tema, González Fenia, en un trabajo no publicado mantiene que el establecimiento de la conducta de fumar en el joven viene dado como consecuencia de situaciones multifac-toriales complejas y en muchos casos de índole subjetiva y que de modo muy general podrían resumirse en:

- Curiosidad por el Tóxico.

- Amplia difusión del hábito en los medios de comu nicación.

- Droga relativamente barata.

- Sustancia apegada al estereotipo del lider.

- Prohibición...

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