Causas y manifestaciones de la brecha salarial

AutorNúria Pumar Beltrán
Cargo del AutorProfesora de Derecho del Trabajo. Universidad de Barcelona
Páginas77-79

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Las diferencias retributivas entre mujeres y hombres, sea cual sea el tipo de ocupación o el sector productivo implicado, están presentes en todos los países del mundo y se han perpetuado desde los inicios del capitalismo, tal como denuncian organismos internacionales (OIT1, OCDE2) o la propia Unión Europea3.

Las diferencias retributivas son más pronunciadas en los sectores de actividad donde hay mayor presencia de trabajadoras como son el comercio, la hostelería o las actividades administrativas. Las mujeres están sobrerrepresentadas en el tramo de salarios más bajos (64,8%) lo que en un contexto de creciente desigualdad salarial y de devaluación constante de los salarios implica situar a muchas mujeres trabajadoras en situación de pobreza pese a su participación en el mercado de trabajo y con posterioridad a ésta cuando tengan la condición de pensionistas.

En realidad, la llamada "brecha salarial" es un indicador más de la desigual distribución del poder entre hombres y mujeres en una sociedad patriarcal. Ocurre así en las distintas facetas de la vida y tiene un fiel

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refiejo en la desigual participación de las mujeres frente a los hombres en el mercado de trabajo. Aun así, no olvidemos que la brecha salarial es un indicador importante pero no suficiente para englobar todas las desigualdades de rentas por género pues deja fuera a los trabajos no declarados provenientes de los sectores informales, el autoempleo y, por descontado, a todos los trabajos de cuidados no remunerados.

Los motivos que generan esta desigualdad son muy heterogéneos de manera que junto a factores en principio más neutros como son el nivel formativo de la persona trabajadora, su experiencia profesional o las características de las empresas, existen otros que son refiejo de la discriminación estructural por razón de género dentro y fuera mercado de trabajo: la segregación horizontal y vertical y las jornadas inferiores que realizan las mujeres dada la desigual distribución de las tareas de cuidados, son sus principales exponentes.

Ahora bien, los expertos coinciden en detectar que una parte considerable de la brecha no puede medirse con criterios objetivables: son una manifestación de la atávica infravaloración del trabajo y de las capacidades de las mujeres que hunde sus raíces en factores culturales e históricos (UE 2007 y 2013, OIT 2008,2013, 2015). Todas estas barreras no dejan de ser una proyección en la empresa de la desigual posición de la...

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