Los riesgos catastróficos y los mercados financieros

AutorM.ª Isabel Martínez Torre-Enciso
CargoReal Centro Universitario «Escorial-María Cristina» San Lorenzo del Escorial
Páginas287-303

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I Introducción

Definimos el sistema financiero de un país, en sentido amplio, como «el conjunto de instituciones, medios y mercados cuyo fin primordial es canalizar el ahorro que generan las unidades de gasto con superávit, hacia los prestatarios o unidades de gasto con déficit»12. De esta definición se deduce que la misión fundamental de un sistema financiero es encauzar fondos de aquellos que tienen exceso de dinero hacia aquellos que necesitan de él. Las instituciones que tienen capacidad para prestar dinero se llaman prestamistas y aquellas que necesitan pedir dinero prestado se las denomina prestatarios. Esta función principal del sistema financiero de atraer fondos de los prestamistas y encauzarlos hacia aquellos con necesidades de dinero es sumamente importante puesto que prestatarios y prestamistas son personas diferentes pero además, los deseos de unos y otros respecto a la liquidez, riesgo y rentabilidad de los recursos financieros en juego no son los mismos 3. Esta circunstancia permite a los mercados manejar un amplio rango de activos que se adaptan a esas preferencias. Por estas y otras razones como la globalización o la liberalización de los mercados financieros, los intermediarios canalizan estos ahorros transformando los activos financieros primarios 4 en secundarios 5. Page 288

Los intermediarios son aquellos que compran activos financieros primarios para sus carteras, prestan dinero durante un tiempo a los prestatarios (emisores de activos primarios) y emiten otros (los activos financieros secundarios) que venden en los mercados, obteniendo con esta transformación fondos para sus operaciones. Mediante este proceso de transformación los intermediarios canalizan el dinero de los prestamistas a los prestatarios finales, transfieren el riesgo al mercado y adaptan las preferencias de los diferentes inversores. Los intermediarios financieros pueden clasificarse en intermediarios financieros, bancarios e intermediarios financieros no-bancarios, y son precisamente dentro de este segundo grupo donde se encuadran las compañías de seguros y reaseguros6. Estas compañías se consideran intermediarios financieros puesto que tienen una actividad de transformación de activos subsidiaria de su actividad principal que es el seguro. El mercado del seguro es, por tanto, parte del mercado financiero. Estas instituciones acumulan grandes cantidades de fondos provenientes de las primas de los seguros que tienen concertados, dinero que colocan en bonos, acciones, fondos de pensiones, etc., canalizando de esta manera el dinero de prestamistas a prestatarios, a la vez que se transfiere riesgo al conjunto del sistema financiero.

Este artículo realiza un análisis rápido de cómo las compañías de seguros y reaseguros pueden utilizar nuevos métodos, tanto para transferir como para financiar riesgos extraordinarios, o catastróficos en los mercados financieros. De forma muy general, estos métodos se clasifican en dos grupos: el primero recoge la emisión de títulos que son activos financieros secundarios, mediante la titulización; el segundo grupo recoge los productos estructurados, principalmente los derivados.

II Los riesgos catastróficos y el seguro

El mercado financiero que tradicionalmente trabaja con los riesgos extraordinarios o catastróficos es el mercado del seguro. Para adentrarnos en este mundo comencemos por definir el «seguro». La definición más común dice que «el seguro es un mecanismo por el que las personas y compañías pueden manejar un riesgo particular agrupando y compartiendo la carga de cualquier pérdida en la que Page 289 ellos incurren». Los participantes en el contrato de seguro trasladan el riesgo y la incertidumbre de una pérdida potencialmente alta mediante el pago de una prima relativamente pequeña, conocida y constante. En condiciones normales, las compañías de seguros utilizan los mercados financieros para establecer acuerdos de intercambio eficientes y equilibrados respecto a riesgos comunes, como incendios de casas o accidentes de automóvil. Los problemas aparecen en la cobertura de otro tipo de riesgos considerados extraordinarios o catastróficos, como son los huracanes o los terremotos. Estos riesgos son muy diferentes a los que las compañías de seguros suelen asumir.

A estos riesgos se les conoce como «riesgos mayores», riesgos que son poco frecuentes y virtualmente impredecibles, si bien cuando ocurren suelen causar grandes pérdidas y muchos problemas, normalmente concentrados en un área geográfica. El riesgo de desastres naturales ha aumentado significativamente en los últimos años en todo el mundo por variadas razones. Por un lado, los cambios climáticos y otros cambios geológicos no sólo han aumentado la severidad y frecuencia de terremotos y huracanes, sino también de inundaciones, corrimientos de tierras, sequías, etc. Por otro lado, en la última década se ha producido una enorme concentración y crecimiento de los núcleos urbanos situados en áreas potencialmente peligrosas.

Algunos ejemplos de estas catástrofes mayores son: las inundaciones de Centroeuropa en 20027 por el desbordamiento de ríos como el Danubio o el Moldova con pérdidas aseguradas de $3 billones (dólares americanos), el huracán Georges en Caribe en 1998 ($3.4 billones en pérdidas aseguradas), el terremoto de Northridge en EE.UU. en 1994 ($12 billones), el huracán Andrew en EE.UU. en 1992 ($14 billones), el tifón Mireille en Japón en 1991 ($5.2 billones), las tormentas de invierno en Europa Central en 1990 ($10.2 billones), o el huracán Hugo en 1989 ($4.2 billones en pérdidas aseguradas), etc 8. A pesar de que el incremento del riesgo se ve reflejado en un incremento de las pérdidas aseguradas relacionadas con los desastres naturales durante la última década, los expertos están convencidos de que los desastres recientes son pequeños comparado con lo que podría ocurrir en el futuro. Page 290

Las compañías aseguradoras intentan adecuar su negocio a esta nueva situación de crecimiento y desarrollo extendiendo sus coberturas en las áreas de alto riesgo. La consecuencia directa es que las aseguradoras han aumentado su exposición a las pérdidas catastróficas y en algunas situaciones extraordinarias esta nueva posición en el mercado puede comprometer los recursos financieros de las comunidades donde los hechos se produzcan y los de las compañías aseguradoras. Hay muchas razones por las que los mercados de seguros han sido incapaces de financiar y diversificar suficientemente los riesgos catastróficos para asegurar su viabilidad financiera y proteger a los asegurados. De entre todas esas razones se pueden destacar dos: la primera, es el aumento en el «coste actuarial 9» del riesgo de la catástrofe; la segunda, el incremento de la severidad potencial de un desastre concreto por las razones antes mencionadas10.

Cuando una compañía aseguradora se encuentra con un problema de este tipo suele utilizar dos alternativas. Puede reducir sus pólizas de seguro en el área de alto riesgo y/o puede aumentar su reaseguro para cubrir una proporción mayor de sus pérdidas potenciales. En la segunda opción, las compañías reaseguradoras no disponen de los recursos financieros suficientes para cubrir las pérdidas de una catástrofe y deben aumentar los precios de los seguros que ellos ofrecen. Por esta razón, muchas aseguradoras se enfrentan a un riesgo de insolvencia socialmente inaceptable, o bien a serios problemas financieros derivados del pago de las indemnizaciones después de las catástrofes. Los mercados financieros podrían ser la solución para cubrir una parte muy importante de las pérdidas financieras de las catástrofes, si bien es un mercado incipiente aunque con un alto potencial de desarrollo.

III Los riesgos catastróficos y los mercados financieros

Esta nueva situación de continuos cambios climáticos y geológicos, junto con el importante aumento de la población y el desarrollo Page 291 de los núcleos urbanos, ha hecho que los expertos expresen su creciente preocupación respecto a la posibilidad de que las compañías de seguros y reaseguros no dispongan de recursos financieros suficientes para hacer frente a una catástrofe mayor11. M. S. Canter y J. B. Cole12 nos dicen:

La industria del seguro y del reaseguro en los Estados Unidos sólo dispone de aproximadamente $245 billones de capital para un país que tiene un valor en propiedades de entre $25 y $30 trillones. Si en Estados Unidos se produjese una catástrofe de $50 billones, la industria del seguro y del reaseguro vería reducido su valor en un 20 %.

De producirse una catástrofe con pérdidas en estos volúmenes el mercado del seguro se vería seriamente dañado.

Las compañías de seguros y reaseguros han empezado a buscar soluciones que proporcionen la capacidad necesaria para financiar los grandes riesgos catastróficos. Como puntos de partida para la búsqueda de soluciones se analizaron tanto la capacidad impositiva de los gobiernos como la capacidad monetaria de los mercados de capitales. La primera alternativa fue rápidamente descartada, tanto por motivos políticos como por razones sociales. La segunda alternativa ofrecía a las compañías aseguradoras y reaseguradoras la posibilidad de utilizar alrededor de $ 26 trillones de dólares USA para financiar sus pérdidas potenciales, por lo que...

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