Percepción y elección del castigo en España: Resultados a partir de la Encuesta Social Europea (5ª ed.)

AutorDaniel Varona Gómez
Páginas145-193

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I Introducción

En un trabajo anterior1subrayaba que, a pesar de que son frecuentes, tanto en el ámbito de la política como en el académico, las alusiones a la (punitiva) ciudadanía para explicar las reformas penales acontecidas en los últimos tiempos2, en realidad poco sabemos de la opinión pública ciudadana sobre el funcionamiento de la Justicia Penal, y en particular, sobre sus actitudes más o menos punitivas. Y ello fundamentalmente porque con frecuencia se ha querido derivar o interpretar dicha opinión pública a partir de deficientes fuentes de datos.

Afortunadamente la situación ha mejorado desde entonces, porque en nuestro país existe ya un apreciable cuerpo de literatura específica sobre este tema, que nos permite poner en cuestión el denominado “mito del punitivismo ciudadano”. Así, al margen de la investigación piloto que pude realizar en su día con una muestra de estudiantes universitarios3,

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contamos, salvo error u omisión por mi parte, con diversos estudios en los últimos años sobre opinión pública y justicia penal4.

El presente trabajo trata de avanzar en la línea de investigación relativa a las actitudes punitivas de los ciudadanos, utilizando para ello la extraordinaria aunque poco conocida información presente en la Encuesta Social Europea, que como analizaremos a lo largo del estudio, permite, por un lado, analizar la percepción y elección del castigo de nuestros ciudadanos, y por otra parte, relacionar dicha percepción y elección del castigo con una gran cantidad de valores y actitudes sociales y políticas de los ciudadanos, tratando así de sacar a la luz alguno de los factores que podrían contribuir a su respectiva explicación.

II Objetivo de la investigación

El objetivo de la presente investigación es, mediante un análisis cuantitativo de datos, estudiar dos dimensiones de la opinión pública relativa a la Justicia Penal: en primer lugar, la percepción ciudadana sobre la benevolencia (o severidad) del castigo; y en segundo lugar, las preferencias sobre elección del castigo (esto es, la actitud más o menos punitiva). Pretendemos explicar la diferencia entre ambas dimensiones y analizar qué factores personales, actitudes o valores se relacionan con cada una de ellas.

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Para ello se ha escogido como fuente de datos, como ya hemos avanzado, la Encuesta Social Europea5(en adelante ESE) y en concreto su quinta edición.

— ¿Por qué la ESE? La Encuesta Social Europea, a pesar de ser poco conocida (y por ello utilizada) en el ámbito de la criminología española, es sin duda alguna la encuesta sobre opiniones y actitudes de los ciudadanos más robusta y fiable metodológicamente que existe a nivel europeo. Se trata de un instrumento que contiene cerca de 300 preguntas, con lo que proporciona una información extraordinaria tanto en calidad como en cantidad, sobre las opiniones y actitudes de los ciudadanos en relación con un amplio elenco de cuestiones sociales. La primera edición de la ESE se llevó a cabo en 2002 y, desde entonces, España ha participado en todas sus ediciones, que se repiten cada dos años. La ESE emplea unos rigurosos estándares metodológicos que pretenden asegurar la comparabilidad de los datos entre los diversos países europeos, así como longitudinalmente. No en vano, por su ambición y rigor metodológico, la Encuesta Social Europea ha sido descrita como el “Rolls Royce de las encuestas internacionales”6.

Por lo que se refiere a su contenido, vale la pena destacar que se compone de un cuestionario tipo que se repite en cada edición y abarca temas tan diversos como los valores sociales y morales, la salud, la confianza en las instituciones, el capital social, actitudes políticas, etc.; y unos módulos expresamente diseñados para cada edición que cubren temáticas diferentes7.

— ¿Por qué la 5ª edición de la ESE? Al margen de que sea esta 5ª edición la más reciente de la que tenemos datos8, hay que subrayar que en dicha edición se contienen diversas preguntas que pueden considerarse indicadores de la opinión pública ciudadana sobre el castigo y la

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justicia penal. Así, por un lado, se repite una pregunta introducida por vez primera en la cuarta oleada de la ESE (2008-2009), y que puede considerarse una medida relativa a la percepción ciudadana sobre los castigos aplicados. En concreto, se trata de la pregunta (D33 del cuestionario) siguiente:

Pregunta: “Quienes incumplen la ley deberían recibir condenas mucho más duras de las que se imponen actualmente”9 (muy de acuerdo / de acuerdo / ni de acuerdo ni en desacuerdo / en desacuerdo / muy en desacuerdo / No sabe)

Nos encontramos aquí ante una pregunta que ha sido tradicionalmente empleada para medir las actitudes punitivas de los ciudadanos, pues en últimas, se dice, estamos ante la expresión de un deseo de mayor o menor castigo. En otro lugar10he defendido que este tipo de pregunta no es, sin embargo, una buena manera de medir las actitudes punitivas de los ciudadanos, ya que fundamentalmente lo que refleja es la percepción ciudadana sobre la benevolencia (o severidad) del sistema penal. Es decir, los ciudadanos que contestan “de acuerdo” o “muy de acuerdo” a la pregunta planteada, están efectivamente mostrando con ello un deseo de mayor castigo, pero se trata en puridad de un castigo mayor del que creen que es aplicado por los jueces, no un castigo mayor del realmente impuesto por éstos. Por ello, esta medida relativa a la opinión pública sobre el castigo, que conformará nuestra primera variable dependiente en la presente investigación, no se toma como una genuina expresión de una actitud más (o menos) punitiva, sino como una medida relativa a la percepción de benevolencia (o severidad) de la justicia penal.

Para saber si los ciudadanos desean un mayor castigo que el realmente aplicado por los jueces penales, y por tanto, tienen efectivamente una actitud punitiva, deben recurrirse a preguntas diversas. Así por ejemplo, a la técnica del caso-escenario, que consiste precisamente en situar idealmente al ciudadano en el lugar del juez, pidiéndole que escoja la pena más adecuada para un determinado caso. Si resulta que el ciudadano escoge un castigo más severo que el que normalmente aplican los jueces en el caso planteado, entonces, efectivamente, podríamos decir que los ciudadanos desean mayores castigos, siendo por ello ésta una medida que sí estaría captando la expresión de una actitud punitiva. Pues bien, afortunadamente y por vez primera en la historia de la ESE, en la quinta edición se incluye

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una pregunta que emplea la técnica del caso-escenario. En concreto, el caso propuesto (pregunta D38 cuestionario) es el que viene utilizándose tradicionalmente en las encuestas internacionales de victimación:

Pregunta: La gente tiene opiniones diferentes sobre las penas que deberían imponerse a las personas que infringen la ley. Piense por ejemplo en el caso de un hombre de 25 años que es declarado culpable de haber entrado a robar en una casa por segunda vez. De las siguientes sentencias, ¿cuál cree usted que debería recibir?

Prisión
Libertad condicionada
Multa
Prestación de servicios comunitarios Una pena de otro tipo
No sabe

Posteriormente, si el entrevistado elige la prisión como pena adecuada para el caso planteado, se le pregunta por el periodo de tiempo que debería durar dicha pena (dentro de un rango de opciones que se le presenta que va desde los “1 a 3 meses” a “más de 10 años”).

A partir de estas dos preguntas, como a continuación explicaremos con más detalle, pretendemos definir una segunda medida de opinión pública sobre el castigo, que ahora sí hace referencia a la elección del castigo, y por ello denominaremos punitivismo11.

III Descripción de la investigación

Como hemos avanzado, nuestra investigación pretende analizar dos medidas diversas relativas a la opinión pública sobre la justicia penal. En primer lugar, la percepción sobre la benevolencia (o severidad) de la justicia penal. Y en segundo lugar, la actitud (más o menos) punitiva de los ciudadanos.

A continuación presentaremos los datos de la investigación en relación con cada una de esas dimensiones, mostrando, primero, los resultados generales de las preguntas presentes en la ESE con las que se

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construyen los conceptos relatados, y, segundo, los resultados del análisis multivariante realizado para cada medida (utilizada como variable dependiente), que pretende analizar sus respectivos factores explicativos.

1. La percepción de benevolencia del castigo
1.1. Resultados generales

Como avanzamos, la pregunta de la ESE a partir de la que podemos analizar la percepción que tienen nuestros ciudadanos de los castigos aplicados es la siguiente (pregunta D33 del cuestionario):

“Quienes incumplen la ley deberían recibir condenas mucho más duras de las que se imponen actualmente” (muy de acuerdo / de acuerdo / ni de acuerdo ni en desacuerdo / en desacuerdo / muy en desacuerdo / No sabe)

Pues bien, los resultados generales de esta pregunta en nuestro país son los siguientes: o Muy de acuerdo: 25,6% (n=476)
o De acuerdo: 50,9% (n=944; porcentaje acumulado: 76,5%) o Ni de acuerdo ni en desacuerdo: 16,2%(n=300)
o En desacuerdo: 6,7% (n=125)
o Muy en desacuerdo: 0,6% (n=11)
(no contesta/no sabe: 1,5%; n=29)

Como puede observarse, lo primero a destacar es que existe una abrumadora mayoría (76,5%) que manifiesta un deseo de que los delincuentes reciban penas más severas de las que se estima que son impuestas por los jueces penales. Esto no hace sino confirmar la ya documentada percepción ciudadana relativa a la benevolencia del sistema penal12.

Por lo que respecta a la...

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