Caracterización del empleo de las personas con discapacidad a partir de la MCVL

AutorVanesa Rodríguez
Páginas271-290

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1. Introducción

De acuerdo con las dos encuestas especializadas en discapacidad más recientes (1999 y 2008), en España la tasa de prevalencia de la discapacidad de las personas en edad laboral (de 16 a 64 años) era del 5,1% y del 4,8% respectivamente. Además, según los últimos datos de la estadística sobre el Empleo de las Personas con Discapacidad (EPD), en 2015 la tasa de prevalencia de las personas con discapacidad (desde el punto de vista legal2) era del 6,8%.

A día de hoy existe consenso en que este colectivo constituye un grupo con dificultades de integración tanto social como laboral y que acumula graves problemas en su relación con el mercado de trabajo. La literatura, tanto nacional como internacional, sobre discapacidad señala que ésta tiene un efecto negativo en términos de participación (aunque hay distintas características personales que moldean esta probabilidad), independientemente de la definición utilizada, la fuente de datos, el país o el periodo considerado. En España el gran problema de las personas con discapacidad, en relación con el mercado de trabajo, es su inactividad más que su desempleo.

Sin embargo, una vez que las personas con discapacidad se incorporan al empleo se siguen observando diferencias entre este colectivo y el de personas sin discapacidad. El objetivo de este capítulo es identificarlos aspectos básicos de los episodios de empleo de las personas con discapacidad en comparación a la de los trabajadores sin discapacidad.

Para ello, la estructura que se seguirá es la siguiente: a continuación de este apartado introductorio se presentan los principales resultados de la literatura académica sobre el empleo de las personas con discapacidad. En el apartado tercero se presenta la fuente de información utilizada, con mención específica a cómo identificar a las personas con discapacidad a partir de la información proporcionada por la misma y cómo se ha depurado la submuestra utilizada para los episodios de empleo. En el cuarto apartado se describen las principales características de los episodios de empleo vigentes en 2016 para terminar con un breve apartado de conclusiones.

2. El empleo de las personas con discapacidad en la literatura

Tal y cómo se indicaba en el apartado anterior los estudios sobre discapacidad y mercado de trabajo coinciden en la baja participación laboral de las personas con discapacidad. Asimismo, existe consenso en que ésta no es

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homogénea, sino que variables como el tipo de discapacidad, el género o la inversión en capital humano influyen en la probabilidad de participar en el mercado de trabajo de forma negativa y positiva respectivamente (Zwinkels, 2001, Dávila, 2003; Villa, 2003: Dávila &Malo, 2006 y Malo et al., 2009).

Sin embargo, estos trabajos no sólo se centran en la participación laboral (o la ausencia de la misma), sino también en distintas características del empleo de este colectivo. Zwinkels (2001) encuentra que las personas con discapacidad tienen una mayor edad media y un menor nivel educativo, además su ocupación se centra en trabajos a tiempo parcial y peor remunerados. Baldwin y Schumacher (2002) concluyen que las personas con discapacidad tienen una mayor probabilidad de cambiar de trabajo de forma involuntaria. En cuanto al salario, distintos trabajos (como Malo y Pagan (2012) y Rodríguez et al. (2012)) intentan medirlas diferencias salariales relacionadas con la discapacidad (haciendo mención a la existencia de discriminación basada en prejuicios o en problemas de información), encontrando que las personas con discapacidad sufren una penalización salarial. Otros estudios analizan la relación entre discapacidad y trabajo a tiempo parcial, Pagan (2012) concluye que las personas con discapacidad (en especial las mujeres) tienen una mayor probabilidad de trabajar a tiempo parcial que los trabajadores sin discapacidad. Respecto al análisis de la satisfacción laboral, Pagan y Malo (2009) concluyen que ésta es superior en el caso de las personas con discapacidad, diferencia que parece obedecer a que las expectativas sobre el empleo de las personas con discapacidad son más bajas.

Una característica personal de las personas con discapacidad que resulta recurrente en la literatura es su menor nivel educativo. En ese sentido, Dávila (2003) señala la existencia de una brecha entre los niveles educativos de la población joven con discapacidad y la población joven en general. Con datos más actuales, a partir de distintas oleadas de la EPD, Rodríguez (2017) encuentra que el nivel educativo de las personas con discapacidad ha mejorado en los últimos años.

El empleo de las personas con discapacidad es menos sensible a los cambios en el mercado de trabajo. En ese sentido Cueto et al. (2012) encuentran que entre la Encuesta sobre Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud de 1999 (EDDES-1999) y la Encuesta de Discapacidad, Autonomía personal y situaciones de Dependencia de 2008 (EDAD-2008) no ha variado mucho la relación entre las tasas de actividad, empleo y paro de las personas con y sin discapacidad. Rodríguez (2012a), con datos de contratación del Servicio Público de Empleo, encuentra que, a pesar de la crisis, en la primera etapa habían aumentado el número de contratos realizados con personas con discapacidad como consecuencia del fuerte aumento de la contratación en centros

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especiales de empleo (CEE) en detrimento de las contrataciones en empresas ordinarias.

También analizando los efectos de la crisis, García (2016), concluye que los incentivos para la inserción laboral de las personas con discapacidad han permanecido fijos en la legislación, y que el uso de las medidas específicas de fomento del empleo no ha sido especialmente perjudicado durante la crisis económica, observándose una reducción de las diferencias entre sexos y un incremento del uso de los incentivos en las personas con un grado de discapacidad de entre el 65 y el 74%. En un análisis temporal más amplio, Rodríguez (2012b) señala que, aunque las medidas de fomento del empleo de personas con discapacidad prácticamente no han variado desde sus orígenes su formulación hace que las ayudas a la contratación en la empresa ordinaria se hayan visto más perjudicadas por el paso del tiempo que las ayudas a CEE.

3. Fuente de información

Uno de los problemas a los que se enfrenta el investigador social a la hora de estudiar el empleo de las personas con discapacidad en España es la elección de la fuente de información que más se adecué a sus necesidades. A la hora de inclinarse por una fuente de información u otra, es importante conocer tanto sus posibilidades como sus limitaciones. En este caso la fuente de información utilizada es la Muestra Continua de Vidas Laborales (MCVL) en la que, en general, se vincula la discapacidad a estar en posesión del certificado de discapacidad (aunque también permite identificar discapacidad con pensionista de incapacidad permanente).

El certificado de discapacidad es el reconocimiento administrativo de la discapacidad, es un documento oficial destinado a personas con discapacidad psíquica, física o sensorial, que acredita la condición de persona con discapacidad. Es necesario tener reconocido un grado mínimo del 33 por ciento para que el certificado permita el acceso a las prestaciones derivadas del Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social3: políticas de mercado de trabajo, beneficios fiscales, ayudas a la vivienda, la educación y la movilidad. La finalidad de este certificado es compensar las desventajas sociales que la discapacidad implica, proporcionando acceso a derechos y prestaciones, con vistas a equiparar oportunidades.

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Sin embargo, se debe tener en cuenta que existen importantes diferencias en el número de personas con discapacidad, según las encuestas específicas sobre discapacidad, y el número de personas con certificado de discapacidad. En 1999, el porcentaje de personas con discapacidad en edad activa con certificado suponía el 35,1%, este porcentaje ascendía al 52,9% en 2008.

La principal diferencia entre la MCVL y el resto de bases de datos utilizadas tradicionalmente en el estudio de la discapacidad es que se trata de datos de registro administrativo. Tanto la EDDES-1999, la...

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