Relación entre capital humano y crecimiento económico

AutorJaime Rojo de la Viesca
CargoIPTS

Introducción

El capital humano, en forma de conocimiento y cualificación adquiridos por los individuos, constituye uno de los más valiosos activos en las economías avanzadas. El capital humano puede definirse como las aptitudes, conocimientos y destrezas que el individuo adquiere mediante la educación, la formación (en gestión y en organización) y la experiencia. A este respecto, el volumen de capital humano constituye un activo intangible que incrementa la productividad de los trabajadores y por lo tanto el crecimiento económico general.

El capital humano puede definirse como las aptitudes, conocimientos y destrezas que el individuo adquiere mediante la educación, la formación (en gestión y en organización) y la experiencia

Recientemente, fuerzas tales como la globalización, el cambio tecnológico sesgado hacia un tipo de trabajo más cualificado y un funcionamiento más libre de los mercados en la economía han contribuido a un desplazamiento en el peso relativo del capital humano en el rendimiento económico. Estas fuerzas han llevado a un aumento en los beneficios obtenidos a partir de las inversiones en capital humano, por tanto incrementando la disparidad de salarios entre los trabajadores con diferentes niveles de cualificación.

Las bases microeconómicas que explican la acumulación de capital humano

El análisis de las bases microeconómicas que soportan las decisiones individuales de invertir en y acumular capital humano, nos permite mejorar nuestro conocimiento de las interacciones que existen a nivel agregado entre el capital humano y el crecimiento económico. Ya en los años sesenta, el premio Nobel Gary Becker formalizó un modelo teórico para ello, conocido como la teoría del capital humano (Becker 1964). En esta teoría, la dinámica de la acumulación de capital humano está determinada por decisiones personales, siendo la educación la componente fundamental del capital humano acumulado. El modo en que los individuos deciden invertir en formación y educación es análogo a la toma de decisiones en la empresa para invertir en nueva maquinaria o equipos. Las inversiones individuales en educación representan un coste tanto en gastos directos como en costes de oportunidad, puesto que el tiempo empleado en educación es tiempo laboral perdido. Como la inversión en capital humano aumenta la productividad del individuo, los beneficios de la educación se equiparan al valor actual de las mayores ganancias esperadas como resultado de los mejores niveles de cualificación. En general, las predicciones teóricas se confirman por la evidencia empírica, que muestra que los trabajadores más cualificados obtienen salarios más elevados que los que tienen niveles inferiores de cualificación, (apoyados por el uso de microdatos, tales como datos de panel, para observar las características de la mano de obra y su impacto en los salarios).

Con las recientes tendencias de globalización y aceleración del cambio tecnológico, la evidencia empírica indica que los retornos financieros de la educación han crecido de modo espectacular en casi todas las economías avanzadas. Por ejemplo en EE.UU. la media de lo que un trabajador a tiempo completo, con un diploma de licenciado, ganaba en 1979 era un 38% superior a lo que recibía un trabajador con sólo un diploma de bachiller, y en 1994 esta diferencia se había incrementado hasta un 74% (véase la Figura 1). Aparte de EE.UU., en países europeos tales como Italia, Gran Bretaña y Suecia también han aumentado las desigualdades salariales durante los años 90.

La evidencia empírica de un cierto número de países muestra un incremento en las desigualdades salariales entre distintos niveles de cualificación y formación

Figura 1: Salarios medios anuales de trabajadores varones según su nivel educativo en EE.UU.

Fuente: CEA (1995)

La reciente evidencia empírica que muestra un crecimiento de las diferencias salariales entre trabajadores con distintos niveles de cualificación ha recibido diversas explicaciones. La primera sugiere que el cambio tecnológico sesgado hacia un tipo de trabajo más cualificado ha sido relativamente importante a la hora de incrementar las disparidades salariales. Por ejemplo, la introducción del ordenador ha incrementado la demanda de mano de obra capacitada para trabajar con la nueva tecnología. Simultáneamente, los ordenadores han convertido en obsoletos algunos puestos de trabajo no cualificados rutinarios y mecánicos. Una segunda explicación apunta a la competencia de los países en desarrollo como la causa del incremento en la desigualdad de sueldos. Puesto que los trabajadores no cualificados son relativamente abundantes y baratos en las economías en vías de desarrollo, las economías avanzadas tienden a exportar bienes manufacturados de alta especialización y a importar bienes producidos con mucha mano de obra. Por tanto, en un contexto de comercio internacional creciente, las economías avanzadas experimentan un incremento en la demanda de mano de obra especializada mientras que desciende la demanda de la no especializada. Una tercera explicación atribuye el fenómeno a factores institucionales tales como el papel en declive de los sindicatos. Una cuarta explicación acusa a la globalización y al cambio tecnológico de la aparición de mercados de superestrellas tipo "ganador se lo lleva todo" (por ejemplo cantantes, personalidades del mundo del deporte, altos ejecutivos).

Las explicaciones del incremento de las diferencias de salarios incluyen la demanda de trabajadores capaces de utilizar las nuevas tecnologías, el desplazamiento del trabajo intensivo en mano de obra hacia economías en desarrollo y el papel en declive de los sindicatos

La perspectiva agregada: capital humano, desarrollo y crecimiento económico

A pesar del gran peso de la evidencia que relaciona el capital humano con los incrementos en la productividad a un nivel microeconómico, existe poco consenso sobre los canales a través de los cuales el capital humano lleva al crecimiento económico. Los modelos macroeconómicos agregados han tratado de dilucidar las relaciones existentes entre el capital humano y el crecimiento económico. Según estos modelos, las diferencias de niveles de renta entre países reflejan diferencias en su capacidad de innovación y su habilidad para aplicar las nuevas tecnologías. Esto implica que la capacidad de generación de riqueza de una sociedad está determinada por su volumen de capital humano y que el crecimiento económico represente el proceso de acumulación de capital humano que es consecuencia de las decisiones personales de invertir en capital humano. La teoría ha contribuido también a explicar los patrones de comercio internacional al considerar las diferencias en capital humano entre países.

Los modelos macroeconómicos agregados implican que la capacidad de una sociedad de generar riqueza viene determinada por su volumen de capital humano; el crecimiento económico es por tanto un proceso dependiente de la acumulación de capital humano

Posiblemente dos de los modelos macroeconómicos más representativos de la acumulación de capital humano son el modelo neoclásico de Lucas y el modelo "Schumpeteriano" de Nelson y Phelps. En el primero, las personas deciden si dedican su tiempo a la educación, acumulando conocimientos, o al sector productivo generando producción. Según este modelo la inversión de una persona en educación no sólo incrementa su propia productividad (que se considera como un efecto interno) sino que también genera un efecto desbordamiento o externo extendiendo la base del conocimiento general, y mejorando con ello la productividad de los demás trabajadores (1). A largo plazo, el capital humano dirige el proceso de crecimiento económico. En el caso de toma descentralizada de decisiones, la inversión en capital humano es demasiado escasa, puesto que los individuos no tienen en cuenta el efecto de sus propias decisiones de inversión sobre la productividad de otras personas. En este caso, el crecimiento económico en el modelo es demasiado lento, favoreciendo la intervención política con el fin de incrementar el nivel de capital humano que conduciría eventualmente a incrementar el nivel de producción.

Aparte de la educación formal, la experiencia adquirida en el puesto de trabajo es una fuente importante de formación de capital humano. Ahora bien, es muy difícil de cuantificar.

Otra fuente importante de formación de capital humano es la experiencia acumulada en el puesto de trabajo, lo que comúnmente se llama "aprender trabajando". El aprendizaje en este caso tiene lugar como un subproducto de la acumulación de capital. Aunque fundamental, esta fuente de acumulación de capital humano es extremadamente difícil de cuantificar. En relación con ello, el modelo de Nelson y Phelps mencionado antes considera que la acumulación de capital humano debida a la educación es un prerequisito para desarrollar las aptitudes necesarias para adaptarse al cambio tecnológico. Según este punto de vista, el capital humano es fundamental para aprender y comprender los nuevos desarrollos tecnológicos. En sus propias palabras "las personas formadas son buenos innovadores, de modo que la educación acelera el proceso de difusión tecnológica". El modelo resalta las interacciones y las fuertes complementariedades que existen entre el nivel de capital humano y otros factores de producción, tales como capital físico e inversiones en I+D que, combinadas generan mayor producción. Este modelo apoya la idea de una política pública activa para promover la acumulación de capital humano con el fin de estimular la innovación y la difusión tecnológica.

Las teorías de capital humano y crecimiento combinan dos componentes separadas del capital humano: el conocimiento privado, que pertenece al individuo, y un segundo componente que revierte a la sociedad en forma de efecto desbordamiento que amplía la base de conocimiento disponible

En resumen, las teorías del crecimiento endógeno basadas en el capital humano combinan implícitamente dos componentes separados de capital humano. Uno de los componentes pertenece al ámbito individual, mientras el otro componente revierte a la sociedad en forma de efectos secundarios que amplían la base de conocimientos. Según estas teorías, la producción en la economía mejora como consecuencia de la característica de "no-rivalidad" del conocimiento. El capital humano acumulado en las personas estimula la generación de ideas y conocimiento que pueden ser utilizados por otros sin coste alguno, si tienen el capital humano necesario para adaptarse a estas tecnologías, suministrando una fuente para el crecimiento ilimitado.

Evidencia empírica sobre el impacto del capital humano en el crecimiento

La literatura empírica que analiza las fuentes del crecimiento económico ha enfatizado el papel del capital humano como una fuerza interna que contribuye al proceso de crecimiento. La mayoría de estos estudios ha utilizado los años estimados de escolarización como variable proxy para determinar el volumen de capital humano disponible en la fuerza laboral (Levine y Renelt 1992, Barro y Sala-i-Martín 1995, Barro 1998). En general al utilizar regresiones de sección cruzada por países estos estudios han encontrado pruebas a favor de la hipótesis de que el nivel de educación y el crecimiento están altamente correlacionados y de modo positivo. Sin embargo algunos estudios recientes empíricos y de sección cruzada por países (Prichett 1996, Benhabib y Spiegel 1994) han mostrado dudas sobre la validez de la relación sugerida, concluyendo que el crecimiento económico parece no estar relacionado con los incrementos del nivel educativo de la población. Por ejemplo, Prichett (1996), adoptando un marco de contabilidad de crecimiento, encuentra una fuerte relación significativa y negativa entre el crecimiento del capital humano y la productividad total de factores. Este resultado parece contradecir la evidencia acumulada de los estudios microeconómicos que dan altos beneficios a las inversiones en capital humano.

La mayoría de estos estudios ha utilizado los años estimados de escolarización como variable proxy para determinar el volumen de capital humano disponible en la fuerza laboral, y muchos pero no todos encuentran una correlación positiva entre el capital humano y la productividad

Varias explicaciones posibles se han propuesto para acomodar la gran evidencia microeconómica existente sobre las primas salariales que resultan de niveles más altos de formación y el impacto no observado sobre el crecimiento a nivel macro. Primero, podría ser que la educación no tuviera efecto en la productividad o las aptitudes sino sólo en las subidas salariales (debido a las imperfecciones del mercado) (2). En segundo lugar, un proceso limitado de adopción de innovaciones en algunos países podría explicar por qué los retornos marginales están disminuyendo rápidamente en países en los que la oferta de mano de obra cualificada se expande rápidamente mientras la demanda permanece estancada. Tercero, el ambiente institucional en un gran número de países ha tenido un efecto perverso sobre el capital humano, absorbiendo este conjunto creciente de mano de obra capacitada en actividades de baja productividad (por ejemplo en trabajos burocráticos). En relación con ello, está la tendencia de muchos trabajadores con estudios superiores a introducirse en sectores de la economía cuya contribución al PIB está sistemáticamente subvalorada - por ejemplo el sector público y el de los servicios (Griliches, 1997). Quinto, los niveles educativos tienen un efecto medible sobre el crecimiento sólo si se combinan con una gran cantidad de conocimiento tecnológico o cuando están apoyados por una aún mayor cantidad de capital físico. Por tanto, destinar grandes cantidades para inversiones en capital humano no es suficiente para garantizar los amplios retornos económicos previstos para la educación.

Sin embargo, algunos estudios no muestran una correlación positiva entre el capital humano y el crecimiento a nivel macro. Esto puede deberse a distorsiones en el marco institucional y económico en las economías en cuestión

El proceso de acumulación de capital humano está también reforzado por la velocidad del progreso tecnológico, ya que el crecimiento más rápido promovido por la tecnología y conseguido ampliando la tasa potencial de retorno de la educación, proporciona incentivos privados para más formación. A este respecto, los estudios empíricos han encontrado que los sectores más dinámicos de la economía han incrementado la demanda de trabajadores cualificados y por tanto sus emolumentos. Además, la evidencia empírica encuentra que los trabajadores en sectores en los que la productividad crece más deprisa, se caracterizan por curvas de salarios con una mayor pendiente, menor rotación de empleo y menor desempleo (véase Figura 2).

Figura 2: Crecimiento del Empleo por Nivel de Cualificación Ocupacional

Fuente: Consejo de Asesores Económicos del Presidente de EE.UU. (CEA, 1995)

Rompecabezas no resueltos: elección de los indicadores adecuados

El hecho de que la teoría del crecimiento vaya muy por delante respecto a la investigación empírica tiene mucha relación con la cantidad y calidad de los datos disponibles. El indicador convencional utilizado para medir el capital humano, el número medio de años cursados, es una medida excesivamente burda, que da poca indicación del valor real del capital humano. Otras formas de capital humano tales como aprendizaje en el trabajo, los conocimientos en gestión y organización, por no mencionar la calidad de la educación recibida, quedan sin medir en este tipo de indicador. En relación con ello, Mulligan y Sala-i-Martín (1995a), empleando un índice como control de la calidad del capital humano encontraron pruebas en varias regiones de EE.UU. que muestran que el capital humano está creciendo a un ritmo que duplica el de la media de años cursados y que la desigualdad del capital humano en los estados de EE.UU. se amplía, si bien la variedad de la duración de la escolarización se estrecha.

Los indicadores de capital humano empleados en los estudios realizados hasta ahora sufren varias deficiencias. Se está intentando mejorar la cantidad y calidad de los datos disponibles en varias áreas

A pesar de la dificultad inherente en la medición del capital humano debido a su carácter intangible, algunos esfuerzos recientes se han dirigido a construir conjuntos de datos relevantes que proporcionen información más detallada sobre los niveles de capital humano. Barro y Lee (1996) han producido un gran conjunto de datos internacionales (puesto al día recientemente) sobre logros educativos, que cubren 120 países, en períodos quinquenales de 1960 a 1985. El conjunto de datos accesible en el National Bureau of Economic Research (http://www.nber.org) proporciona una indicación de los niveles de escolarización de la población – es decir, sin escolarizar, primaria, secundaria y educación superior – y por género, empleando el censo, encuestas y datos de matriculación escolar. Mulligan y Sala-i-Martín (1995b) construyen varias medidas del valor del capital humano que permiten pesos variables para captar los conceptos de calidad y relevancia de escolarización. Con el fin de controlar la existencia de diferentes niveles de capital por trabajador proponen una medida alternativa para el valor del capital humano, basada en la relación entre los ingresos laborales totales per capita y el sueldo de una persona que no haya pasado nunca por la escuela. Encuentran que su medida del capital humano está correlacionada positivamente con otras medidas del capital humano, tales como la media de años de escolarización. Algunos estudios (Hanushek y Kim 1995, Barro 1998) han ajustado las variables educativas por la calidad empleando información sobre los resultados obtenidos por estudiantes de ciencias y matemáticas a nivel internacional. Empleando estas variables de calidad ajustadas por la educación, observan una fuerte y positiva relación entre las variables de educación y el crecimiento económico.

La OCDE, con el fin último de mejorar las políticas relacionadas con el capital humano, está construyendo nuevos indicadores del capital humano (OCDE 1996). Incluyen indicadores sobre inversiones en capital humano, construidos con datos sobre inversiones en educación y formación y asignando cuotas de tiempo, el volumen del capital humano, empleando sustitutos tales como años de escolarización y niveles educativos cursados completos, e indicadores del impacto del capital humano en el rendimiento económico, empleando información sobre tasas de retorno de la educación, salarios y estatus de los empleos.

Conclusiones

El concepto de capital humano ha vuelto a surgir como factor clave para sostener el rendimiento económico en varios frentes. Los resultados de estudios empíricos que emplean datos microeconómicos apoyan la hipótesis de que el capital humano, medido por el nivel de educación, eleva los ingresos y la productividad de los trabajadores, contribuyendo al crecimiento económico general. Sin embargo, a nivel macroeconómico agregado, los canales a través de los cuales las inversiones en capital humano llevan a una productividad y a un crecimiento económico agregados son aún poco claros.

Se acepta ampliamente que con el fin de adaptarse a un ambiente de mayor competencia – enfatizando en particular el papel de la información, el conocimiento y la cualificación – las economías avanzadas necesitan elevar continuamente la calidad media de su fuerza laboral

Se acepta ampliamente que con el fin de adaptarse a un ambiente de mayor competencia – enfatizando en particular el papel de la información, el conocimiento y la cualificación – las economías avanzadas necesitan elevar continuamente la calidad media de su fuerza laboral. En este contexto, hay un claro papel para la política pública de mejorar el nivel medio de cualificación de dicha fuerza laboral.

Con el fin de dilucidar más este papel, es necesario realizar más trabajos empíricos y encontrar mejores indicadores. La mejora de las estadísticas en capital humano es un buen punto de partida para suministrar un marco en el que apoyar políticas sensatas. Las estadísticas contribuirán de modo ideal a la comprensión más en profundidad de varios temas que pueden aclarar las interacciones entre capital humano y crecimiento, tales como retornos económicos de las inversiones en capital humano, los efectos del capital humano sobre los salarios, las desigualdades y el crecimiento económico.

Los investigadores han señalado la utilidad de complementar el conocimiento actual sobre las interacciones entre capital humano y crecimiento con estudios de casos prácticos, que cubran aquellos países que están experimentando un rápido crecimiento económico. Analizando el comportamiento y las interacciones entre los mercados laborales, las instituciones, las políticas y el crecimiento, estos estudios podrían suministrar puntos de vista valiosos para apoyar los procesos de establecimiento de políticas dirigidas a mejorar el rendimiento económico.

Palabras clave

capital humano, cualificaciones, formación, educación, crecimiento económico, salarios, incentivos, desigualdades, externalidades, efectos secundarios, política pública, indicadores.

Notas

1- La teoría de señalización sugiere que los logros educativos son un mecanismo potencial que los empresarios utilizan como un índice para evaluar la productividad potencial de los individuos.

2- Este efecto recibe el nombre de "colocarse sobre los hombros de un gigante" en la literatura sobre crecimiento endógeno, parafraseando la famosa cita de Newton "Si veo más allá que los demás es porque me he colocado sobre los hombros de gigantes".

Referencias

Barro, R., y Lee, J., International measures of schooling years and schooling quality, American Economic Review, Papers and Proceedings 86, 2, 1996, págs. 218-223.

Barro R., y Sala-i-Martín, X., Economic Growth. Nueva York, McGraw Hill, 1995.

Barro, R., Human capital and growth in cross-country regressions. Harvard University, 1998.

Becker, G., Human capital. Nueva York, Columbia University Press, 1964.

Benhabib, J., y Spiegel, M., The role of human capital in economic development: evidence from aggregate cross-country data, Journal of Monetary Economics, 34, 1994, págs. 143-174.

Council of Economic Advisors. Educating America: An Investment for Our Future, Washington, 1995.

Griliches, Z., Education, Human Capital and Growth: A Personal Perspective, Journal of Labour Economics, 15, no. S330-342, 1997.

Hanushek, E., y Kim, D., Schooling, labor force quality, and economic growth. NBER working paper no. 5399, 1995.

Levine, R., y Renelt, D.A., Sensitivity analysis of cross-country growth regressions, American Economic Review, 82 (4), 1992, págs. 942-963.

Lucas, R.E., On the mechanics of economic development. Journal of Monetary Economics, 22, 1998, págs. 3-42.

Mulligan, C., y Sala-i-Martín, X., Measuring aggregate human capital, NBER working paper no. 50016, 1995.

Mulligan, C., y Sala-i-Martín, X., A labour-income based measure of the value of human capital: an application to the states of the United States, NBER working paper no. 5018, 1995.

Nelson, R., and Phelps, E., (1996) Investments in Humans, Technological Diffusion and Economic Growth, American Economic Review, 61, 139-162.

OECD, Indicators on Human Capital Investment: A Feasibility Study, Working Paper 87, París, 1996.

Pritchett, L., Where has all the education gone?, World Bank working paper no. 1581, 1996.

Contacto

Jaime Rojo de la Viesca, IPTS

Tel.: +34 95 448 83 27, fax: +34 95 448 83 26, correo electrónico: Jaime.Rojo@jrc.es

Sobre el autor

Jaime Rojo es licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid, y tiene un Máster en Economía Industrial por la Universidad Carlos III de Madrid. Sus principales áreas de investigación incluyen el análisis del cambio tecnológico y el crecimiento económico, I+D y políticas de innovación, geografía económica y economía de los derechos de propiedad intelectual y bienes intangibles.

The IPTS Report, is the refereed techno-economic journal of the IPTS,edited by D. Kyriakou, published monthly in English, French, German and Spanish.

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